La política de Sánchez, basada en el gasto público, las subidas de impuestos, el déficit estructural, la deuda exponencial y, sobre todo, la inseguridad jurídica, está suponiendo un freno importante a la inversión empresarial, tanto a la nacional como a la extranjera.
Así, la creación de empresas en octubre cae un 2,7% interanual, cifra que se eleva a una caída del 19% si se compara con el momento en el que Sánchez llegó al Gobierno tras la moción de censura.
También baja interanualmente el capital suscrito de las mismas, al hacerlo un 5,8%, así como el capital suscrito medio, que baja un 3,2%.
Por su parte, el deterioro también se deja ver en las sociedades disueltas, que crecen un 8,8% interanual, que llega a ser un 34,2% en variación mensual. Desde que gobierna Sánchez aumenta el número de sociedades disueltas un 25,9%.
En cuanto a la inversión extranjera recibida, retrocede en 13.677,03 millones respecto al IITR-2018, un 68,1%, que en términos trimestrales retrocede un 19,6%.
Esto es fruto de la política económica equivocada del Gobierno, sólo preocupado en su bienestar en lugar de preocuparse por el bienestar de los ciudadanos y de la economía. Con su incremento de gasto, aumento de impuestos, elevación de déficit y deuda e inseguridad jurídica, ahuyenta inversiones y dificulta la actividad económica, perjudicando la creación de puestos de trabajo, dejando muy maltrecha a la economía española, que hace que el horizonte se presente muy difícil.
Todo ello, refleja un escenario económico que cada vez se complica más. La ralentización es global, pero es especialmente importante y preocupante en España. Importante, porque se está frenando de manera más clara y está expuesta a mayores perturbaciones, como el incremento del coste de financiación y la prima de riesgo por su elevado endeudamiento; y preocupante, porque somos los que más alejados estamos de recuperar los niveles previos a la pandemia, en términos constantes, y nos estamos estancando.
Y un riesgo adicional: Sánchez puede empeorar mucho más esta situación para intentar sobrevivir. Eso nos hace pensar que en el año que queda de legislatura va a acelerar el gasto, va a hacer populismo electoral con él y va a dañar más todavía a la economía española. Si la UE no le pone freno, Sánchez puede deteriorar mucho más la situación.