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Fiasco en Hungría: registra la inflación más alta de la UE tras intervenir el precio de los alimentos

Las agrupaciones de comerciantes han empezado a pedir al Gobierno de Hungría levantar esta medida por sus malos resultados.

Las agrupaciones de comerciantes han empezado a pedir al Gobierno de Hungría levantar esta medida por sus malos resultados.
Europapress

Fiasco en Hungría por la limitación de los precios de los alimentos. El Gobierno húngaro ha extendido la intervención de los precios de los alimentos hasta finales de abril de 2023, lo que ha indignado a los comerciantes del país, que han pedido al Ejecutivo levantar esta medida porque, como era de esperar, no ha surtido el efecto deseado y supone una dura carga para los supermercados y comercios.

"No se puede mantener. Como la medida no ha logrado resultados, al no reducir la inflación de los alimentos, pedimos al Gobierno que la elimine lo más pronto posible", señaló Katalin Neubauer, secretaria general de la Asociación Nacional de Comercio de Hungría (MNKSZ), a la emisora ATV. Y es que, tener que vender buena parte de los productos a precios reducidos artificialmente es problemático para los comerciantes, lastrados ya por "la guerra (de Ucrania), la sequía y el precio de la energía".

El Gobierno de Viktor Orbán introdujo el año pasado, en dos ocasiones, límites a los precios de diversos alimentos básicos como, entre otros, la leche, los huevos, carne de pollo, cerdo, aceite de girasol o la harina y las patatas. Al mismo tiempo, dispuso que los comerciantes deben tener siempre almacenadas suficientes cantidades de esos productos para poder cubrir la demanda nacional.

Es necesario recordar que este tipo de medidas fueron propuestas por Yolanda Díaz en España el año pasado. La ministra fracasó en su intento al no poder llegar a un acuerdo con los supermercados que tacharon la idea de "inviable y contraproducente" y avisaron de que podría suponer, o bien escasez, o bien un descenso en la calidad de los productos.

La inflación más alta de la UE

Hungría registró en noviembre la inflación más alta de la Unión Europea (UE), con una tasa interanual del 22,5%, y fue mucho mayor, del 43,8%, justo en el sector alimentario y en los productos intervenidos. En algunos casos se disparó aún más: los precios al consumidor de los huevos subieron en noviembre en un 102% interanual, el pan se encareció en un 81,8%, y los productos lácteos, en un 79%.

Así, de nuevo, se vuelve a demostrar que topar los precios provoca distorsiones del mercado, con el riesgo de agravar y alargar la inflación que se debe a factores ajenos, en este caso, al sector de la alimentación.

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