En las últimas semanas se ha intensificado el debate sobre las trampas estadísticas que estaría realizando el gobierno de Pedro Sánchez para ocultar el nefasto impacto de sus políticas sobre los niveles de ocupación y trasladar la idea de que el paro va a menos, cuando realmente está en aumento. Los datos presentados por Libre Mercado muestran que, merced a estas malas artes contables, el ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz habría ocultado la situación de 604.000 trabajadores que son parados efectivos pero no figuran como tal.
Estos cambios son suficientes para deformar por completo la conversación sobre el desempeño del mercado de trabajo. Así, aunque las cifras oficiales nos hablan de una reducción sostenida del paro, los números despojados de "maquillaje estadístico" muestran que el desempleo está aumentando de forma progresiva desde junio de 2022. Lo vemos en el siguiente gráfico, elaborado a partir de las investigaciones que ha realizado el think tank Fedea:
El grueso de la "contabilidad creativa" se concentra en la reclasificación de los fijos discontinuos, que ahora figuran como ocupados mientras su contrato está en vigor, a pesar de que la relación laboral de estos trabajadores solo se activa puntualmente. Pensemos, por ejemplo, en una persona que tiene un acuerdo de este tipo con unos grandes almacenes para sumarse a su plantilla en las campañas de Navidad y rebajas. Bajo este supuesto, el contrato se activaría unos dos o tres meses del año, pero la metodología estadística implementada por Yolanda Díaz hace que dicho trabajador figure como contratado durante todo el ejercicio.
Pero la polémica de los fijos discontinuos no es la única que rodea al gobierno. En las últimas semanas ha salido a la luz una polémica en torno a la clasificación estadística de los parados registrados. Y es que, a lo largo de 2022, el Servicio Público de Empleo ha reclasificado a unos 122.000 personas que figuraban en esta categoría y ahora constan como ocupados. El SEPE se defiende de las críticas recalcando que siempre se han hecho cambios de este tipo, debido a la posibilidad de que algunos demandantes de empleo no hayan registrado correctamente su situación.
Sin embargo, desde la plena aplicación de la reforma laboral impulsada por Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, esta cifra se ha multiplicado de forma exponencial y, mientras que lo habitual era realizar unas 25.000-30.000 correcciones al año, en 2022 se han registrado 122.000 reclasificaciones, con el agravante de que 52.000 de las 122.000 modificaciones se hicieron repentinamente, el pasado mes de octubre.
Tomando los datos de paro oficial, este baile de cifras explicaría el 45% de la reducción del desempleo comunicada por el gobierno de PSOE y Podemos, si bien un escrutinio más general de la situación revela que el paro real va en aumento desde junio de 2022, como ya explicó este diario, a raíz del "maquillaje estadístico" de 604.000 personas que ya no figuran como parados, a pesar de que lo están.
Esta circunstancia ha provocado discusiones internas entre los responsables autonómicos de las políticas de empleo y el gobierno central. También los sindicatos vienen alzando la voz contra estas malas prácticas, especialmente en el caso de USO y, en menor medida, UGT. Además, numerosos servicios de estudios vienen reclamando al gobierno que ponga fin a estas artimañas contables y vuelva a comunicar información rigurosa y fehaciente.