Los datos de la EPA del cuarto trimestre de 2022 que el INE publicó ayer jueves han sido muy malos. Tienen la tendencia que en el pasado mostraron los datos trimestrales previos a crisis profundas en el mercado laboral. Así, simplemente el dato de empleo es terrible, al disminuir en 81.900 personas el número de ocupados respecto al trimestre anterior, siendo el peor dato de empleo de un cuarto trimestre desde el año 2013.
Del mismo modo, es el peor dato de paro trimestral desde 2012 y el peor dato empleo y de paro interanual desde ese año 2012 (con la excepción de 2020 donde operaban múltiples restricciones).
Esto conforma por sí mismo una EPA malísima, desgraciadamente, para el mercado laboral, pero el dato es todavía peor, como veremos a continuación.
Y es que, el descenso del empleo no es mayor debido a que en el sector público se crean 20.000 puestos de trabajo. En el sector privado, que es el que recoge el efecto de la evolución económica real, se pierden 101.900 puestos de trabajo.
Pero es que, adicionalmente, desciende el empleo a tiempo completo en 241.500 personas en el trimestre, mientras aumenta en 159.900 personas el empleo a tiempo parcial, que muestra que, además de destruirse empleo, realmente se está produciendo un reparto del empleo con jornadas parciales que sustituyen a las completas.
Es decir, que si no se destruye más empleo se debe a que hay una parte importante que es a tiempo parcial.
Y, por último, lo peor es que cunde el desánimo en la población: como cae más el empleo que lo que aumenta el paro, desciende la población activa en 38.100 personas, ya que muchas de las que pierde su puesto de trabajo no buscan uno nuevo ante el desánimo por empeoramiento de expectativas.
Este desánimo es especialmente preocupante entre los jóvenes, que ya parte, de hecho, con una tasa de paro elevadísima, la mayor de la UE. Así, cae el empleo de los grupos más jóvenes: se pierden 50.600 empleos entre 20 y 24 años y disminuye el empleo en 28.500 personas entre 16 y 19 años, de manera que vuelve a ser un pésimo dato para el empleo juvenil. Paralelamente, desciende el paro en los grupos de edad donde más destrucción de empleo había: entre 16 y 19 años y entre 20 y 24 años, que muestra que estos jóvenes han perdido el ánimo y la esperanza de encontrar un nuevo puesto de trabajo y al perderlo ni siquiera lo buscan, porque creen que no van a poder encontrarlo ante el deterioro de las expectativas sobre la economía.
Todo ello, conforma un escenario terrible para el empleo, tanto por los datos directos de ocupación y paro, como, sobre todo, por su composición.
Este intenso deterioro del mercado de trabajo se produce ante la equivocada política económica de Sánchez, que está endeudando a los españoles y creando nuevos impuestos, que provoca que las inversiones se esfumen y, con ello, la actividad económica y el empleo, generando, además, una inseguridad jurídica e incertidumbre que empeora las expectativas y que deteriora, todavía más, la economía y el empleo, provocando la destrucción de puestos de trabajo y el desánimo generalizado entre los trabajadores.