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José María Rotellar

El profesor Velarde: un referente y un economista colosal

El profesor Velarde era un gran profesional, un economista colosal, minucioso en la preparación de sus intervenciones y clases, que documentaba en profundidad, encerrándose en su despacho los fines de semana para poder leer y estudiar.

El profesor Velarde era un gran profesional, un economista colosal, minucioso en la preparación de sus intervenciones y clases, que documentaba en profundidad, encerrándose en su despacho los fines de semana para poder leer y estudiar.
Juan Velarde (i) en un acto en el Centro Asturiano de Madrid | LD

Amanecía este viernes en Guatemala con la triste noticia que llegaba de España: el fallecimiento del profesor don Juan Velarde, todo un referente de la economía española de, al menos, los últimos sesenta años. Lo hacía a los noventa y cinco años de edad en un hospital de Madrid, tras sufrir una caída el pasado martes de la que no pudo recuperarse.

A lo largo de su vida, desarrolló una importantísima carrera donde dejó una profunda impronta en la economía española: desde su colaboración en los planes de estabilización y desarrollo que la sanearon e impulsaron en su crecimiento, con la llegada de un importante incremento de prosperidad, que permitió la creación de la clase media, hasta su trabajo minucioso durante más de dos décadas como consejero del Tribunal de Cuentas, y siempre, siempre, hasta el final, su vocación académica, donde transmitió sus conocimientos a multitud de alumnos, tanto como Catedrático en la Universidad Complutense de Madrid, así como profesor en ICADE y, desde hace años y como lugar final en el que enseñó, como profesor de Economía Española en el Centro de Estudios Superiores Cardenal Cisneros, de Madrid, adscrito a la Universidad Complutense.

Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales —entre otros muchos premios, honores y condecoraciones—, fue presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, entre otras instituciones, patrono de FAES y director de los Cursos de Verano de La Granda, donde disfrutaba enormemente en su tierra, Asturias, expandiendo académicamente el estudio de la economía.

El profesor Velarde era un gran profesional, un economista colosal, minucioso en la preparación de sus intervenciones y clases, que documentaba en profundidad, encerrándose en su despacho los fines de semana para poder leer y estudiar toda la actualidad económica, todas las nuevas aportaciones y novedades de la ciencia económica y poder transmitirla de manera excelente.

Enseñó hasta el final. El pasado lunes, tuve la oportunidad de hablar telefónicamente con él para comentar algunos aspectos de una lección magistral sobre "La Escuela de Madrid de Economía" que iba a impartir ese mismo miércoles a las diez y media de la mañana a un grupo de estudiantes de ADE en el Cisneros, centro universitario que tuvo el acierto de mantener la colaboración del profesor Velarde hasta su fallecimiento, pues su docencia era un elemento diferenciador en la universidad. Desgraciadamente, el martes se cayó, fue hospitalizado y no pudo impartir la clase, y, tristemente, no superó dicho accidente. En la conversación del lunes me detalló la estructura de esa lección magistral, que dividía en dos partes, de una hora cada una —que había ensayado para medir los tiempos—: una primera parte histórica y otra de la importancia de dicha Escuela en la Economía. Pese a su accidente, hizo llegar dicha lección, que sus alumnos han podido leer, documento que ya se ha convertido en algo histórico, pues constituye, desgraciadamente, la última lección de este gran economista que contribuyó tanto a la prosperidad de la economía española, que ha sido un referente de la misma y que el tiempo agrandará, todavía más, la importante impronta que ha dejado en la materia y en la profesión. Descanse en paz.

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