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La "espiral del intervencionismo" es la desencadenante de la crisis financiera

Los problemas derivados de esta violación abierta de los principios del capitalismo terminan atribuyéndose al capitalismo.

Los problemas derivados de esta violación abierta de los principios del capitalismo terminan atribuyéndose al capitalismo.
El problema del intervencionismo en los mercados. | EFE

Es imposible entender la turbulencia actual que atraviesan los mercados financieros y los problemas que enfrentan no pocos bancos sin echar la vista atrás y recordar lo que supuso la crisis financiera de 2008 y, sobre todo, los métodos que se emplearon para "combatirla". No en vano, fue entonces cuando se sentaron las bases para esta nueva sacudida.

La leyenda de la crisis financiera de 2008 cuenta que fue causada por una desregulación radical. En realidad, de un total de 28 normativas financieras aprobadas entre 1980 y 2009, 5 fueron desregulatorias y 23 supusieron un refuerzo de las obligaciones impuestas al sector. Sin embargo, se insiste en que fue entonces cuando se impulsó una desregulación sin restricciones.

De hecho, en los mercados financieros no había mucho que recordase al capitalismo de laissez faire. Inmediatamente antes de la crisis financiera, el gobierno federal tenía a 12.190 personas trabajando en Washington en distintas áreas y oficinas del Ejecutivo dedicadas a la regulación de los bancos y los mercados. En 1960, esta cifra era cinco veces menor. Por otro lado, el gasto anual de las agencias encargadas de regular las finanzas experimentó un salto de 725 a 2.300 millones de dólares desde 1980 hasta 2008 (ajustado a la inflación).

Los economistas británicos Paul Collier y John Kay, que han defendido erróneamente que el "fundamentalismo de mercado" domina la política económica de los países occidentales, han admitido lo siguiente:

"Aquellos que culpan de la crisis financiera a la desregulación no reconocen que hoy, como en 2008, hay mucha más normativas financieras que en cualquier otro periodo de la historia. El Estado era cada vez más activo, pero cada vez menos efectivo".

En mis dos libros más recientes, El capitalismo no es el problema, es la solución (Unión Editorial, 2020) y En defensa del libre mercado (Unión Editorial, publicación prevista para mayo de 2023), he puesto de manifiesto que la crisis de 2008 se produjo como resultado de una regulación excesiva y mal diseñada y, sobre todo, de una demencial política monetaria por parte de los bancos centrales.

En 2019 predije que las medidas tomadas por gobiernos y bancos centrales para combatir la crisis de 2008 provocarían crisis aún mayores en el futuro próximo. Así fue mi advertencia:

"Diagnosticar mal las causas de la crisis financiera significa también que las terapias propuestas también están equivocadas. La crisis financiera fue causada por tipos de interés excesivamente bajos, por intervenciones de mano dura que deformaron la operativa del mercado y por un problema generalizado de sobreendeudamiento. ¿Acaso se puede defender seriamente que la terapia correcta implica adoptar tipos de interés aún más bajos, intervenir aún más los mercados y emitir más deuda? Estas medidas pueden tener un impacto aparentemente positivo a corto plazo, pero lo único que hacen a medio y largo plazo es que los mercados dependan cada vez más de los continuos estímulos de la banca central. Con tipos de interés tan bajos no se pueden resolver los problemas subyacentes, solo se suprimen los síntomas y se pospone el estallido hacia el futuro. La combinación actual, con una regulación excesiva y unos tipos de interés cercanos a cero, provocará considerables problemas a medio plazo para muchos bancos y es el perfecto caldo de cultivo para que surjan nuevas crisis que podrían ser aún más graves.

Me preocupa que en algún momento enfrentemos una nueva crisis en los mercados financieros. Y me preocupa que, probablemente, esta crisis tampoco servirá para volver a adoptar una verdadera economía de mercado. Más bien, me temo que sucederá todo lo contrario: los políticos y los medios verán en la crisis la prueba de las fallas inherentes al sistema capitalista y concluirán, como han hecho tantas veces antes, que el Estado necesita intervenir aún más intensamente en la economía En mi opinión, este intervencionismo es una de las mayores amenazas que enfrenta el capitalismo".

El sector financiero se basa cada vez menos en la lógica de la economía de mercado y está más fuertemente regulado que cualquier otra industria. El hecho de que las áreas más intervenidas presenten también ciertos problemas de inestabilidad debería dar que pensar a los anticapitalistas…

Las políticas de los bancos centrales han causado y exacerbado la inestabilidad financiera. El dinero gratis ha significado, como predije en su momento, que las empresas, los gobiernos, los inversores y los hogares tienen ahora una deuda de alrededor de 280 billones de euros, ¡casi el doble que antes de la crisis financiera de 2008!

La FED, el BCE y el resto de bancos centrales están ahora atrapados en una trampa que ellos mismos han creado: sus políticas de dinero barato y sus compras de bonos han disparado la inflación, primero en los precios de los activos (inmobiliario, acciones, etc.) y después en los precios que pagan los consumidores. Para luchar contra la inflación, se ven obligados a subir las tasas de interés y, en el momento en que lo hacen, desencadenan una crisis bancaria.

Se trata de un círculo vicioso que el economista Ludwig von Mises describió como la "espiral del intervencionismo". Lo más pérfido de todo es que los problemas derivados de esta violación abierta de los principios del capitalismo terminan atribuyéndose al capitalismo. Es como un pirómano apagando un incendio que él mismo ha provocado. Como era de esperar, es probable que los políticos, para desviar la atención de sus propios fracasos, vuelvan a señalar a los "codiciosos banqueros" como los culpables – pero eso es como culpar a la gravedad por un accidente aéreo.

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Rainer Zitelmann es empresario, doctor en Historia y Sociología y autor de más de 20 libros. Sus últimos lanzamientos en español son "El capitalismo no es el problema, es la solución" (Unión Editorial, 2021), "Los ricos en la opinión pública" (2022) y "En defensa del libre mercado" (Unión Editorial, publicación prevista en 2023).

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