
Que el mercado laboral español tiene problemas es evidente, desde el momento en el que somos el peor país de la OCDE en desempeño laboral, con una tasa de paro récord, por encima de países incluso como Grecia, donde ha sido también tradicionalmente alta. El Gobierno, lejos de flexibilizar el mercado de trabajo sigue interviniéndolo y lo hace, además, desde el punto de vista estadístico, para maquillar los desequilibrios y fallas del sistema. No en vano, mete a un millón de parados, cada mes, debajo de la alfombra de la estadística.
Este jueves, después de que los Servicios Públicos de empleo publiquen los datos de paro y de que el Ministerio de Seguridad Social haga lo propio con los datos de afiliación, tanto la ministra Yolanda Díaz como el ministro Escrivá han salido ufanos a celebrar lo que consideran datos "históricamente buenos" para el mercado de trabajo. Unas declaraciones que nos estamos acostumbrando a escuchar mes tras mes, sean o no realmente históricos. Lo cierto es que la estadística permite el titular optimista, pero esconde ineficiencias claras que evidencian que el desempeño laboral español está lejos de ser óptimo. Estas ineficiencias han sido señaladas por el economista Daniel Lacalle en redes sociales, para disgusto de Escrivá que no ha dudado en publicar un comentario acusando al economista de intoxicar.
Me pregunto si este intento de @dlacalle de ensuciar con informaciones falsas el extraordinario desempeño del empleo, ratificado con datos históricos de abril, indulta del ámbito de las falsedades los datos de Madrid y Andalucía, vistas lo dicho hoy @IdiazAyuso y @JuanMa_Moreno👇 https://t.co/HJDk0pAqBE pic.twitter.com/DPFlaWyo2C
— José Luis Escrivá (@joseluisescriva) May 4, 2023
En este comentario Escrivá acusa a Lacalle directamente de "ensuciar con informaciones falsas el extraordinario desempeño del empleo". Sin embargo, Lacalle se ha despachado a gusto destacando todos los agujeros negros de la estadística del Gobierno. A saber: la realidad sobre los contratos expedidos y su número de horas trabajadas, o los parados que buscan empleo y que no aparecen en las estadísticas:
No hay récord de empleo cuando 20,6 millones de afiliados, +2,95% más que el año pasado, trabajan menos horas que 19,8.
El paro cae, pero continúa maquillado: No hay 2,8 millones de parados, si no más de 3 millones y otro millón de ocupados que buscan empleo.
4.314.000… pic.twitter.com/2qfNI1wHe7
— Daniel Lacalle (@dlacalle) May 4, 2023
La realidad sobre los contratos indefinidos:
De los 1,1 millones de contratos firmados, 630.000 son temporales, 120.000 indefinidos a tiempo parcial y 185.000 fijos discontinuos. Es decir, solamente el 18% son indefinidos a tiempo completo.
El 52% del empleo creadones en Hostelería por la Semana Santa. pic.twitter.com/ZAACQk6zL0
— Daniel Lacalle (@dlacalle) May 4, 2023
Los problemas de los empleados del campo o los autónomos:
La política fiscal extractiva se sigue cebando con los colectivos más vulnerables. El sistema agrario no levanta cabeza y hay casi 23.000 personas menos trabajando que hace 1 año.
En el último año tan solo se han creado 2.600 autónomos, la mayor parte de ellos en Madrid. pic.twitter.com/3MrzcdUzsh
— Daniel Lacalle (@dlacalle) May 4, 2023
O la falta de dinamismo empresarial con 70.000 empresas menos que antes de la pandemia:
Lo mismo ocurre con las empresas: La variación mensual es positiva por el efecto semana santa, pero en términos interanuales el efecto acumulativo es prácticamente nulo. Aún hay casi 70.000 empresas menos que antes de la pandemia. pic.twitter.com/FDRDyS02Vu
— Daniel Lacalle (@dlacalle) May 4, 2023
O el número de contratos por cada nuevo afiliado:
Paro abril.
El número total de desempleados registrados en el SEPE es de 3.313.921 a lo que hay que añadir 14.975 trabajadores en ERTE.
El 57% de los contratos indefinidos registrados en abril no son a jornada completa.
28 contratos por cada nuevo afiliado y menos horas. pic.twitter.com/uU7exJ2Arz
— Daniel Lacalle (@dlacalle) May 4, 2023
En definitiva un repaso en toda regla que pone en entredicho el optimismo del Gobierno. En este caso, tanto Escrivá como Yolanda Díaz han aprovechado el buen desempeño que ha tenido en abril la Semana Santa en la hostelería con un tiempo que ha acompañado. Pero no puede esconder las ineficiencias de un mercado laboral extraordinariamente intervenido e ineficiente.