Pedro Sánchez está encantado de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, esté protagonizando la primera y última visita de Estado que reciba nuestro país en todo el año 2023.
Esta semana, el mandatario izquierdista ha tenido oportunidad de dar un discurso en el Congreso e incluso ser recibido por los Reyes, a quienes despreció tras incumplir el protocolo de vestimenta. Además, el ex miembro del grupo terrorista M-19, ha aprovechado la visita a nuestro país para acusar a España de llevar a América "una sociedad de yugo feudal".
Pese a la actitud del presidente colombiano, su sintonía con el Ejecutivo español parece ser total, tanto por el sector de Podemos y Sumar como en el socialista. Y es que, recordemos, el PSOE participó "activamente" en la campaña electoral que culminó con la victoria de la izquierda radical en Colombia, tras ganar Petro en un apretada segunda vuelta al empresario Rodolfo Hernández.
Empleo e impuestos
Desde su llegada al poder, el colombiano ha centrado buena parte de su agenda en la política de negociación con el crimen organizado, bajo su pretendido plan de "paz total". Esta estrategia, consistente en negociar con organizaciones terroristas como las FARC, le ha valido multitud de críticas, como las desplazadas por The Economist. El medio británico considera que la búsqueda de la paz de Petro "parece más inestable que nunca" y prefiere referirse a su plan como "caos total".
Aunque uno de los pilares de la agenda de Gustavo Petro, y quizás el que más gusta a la ministra de Empleo, Yolanda Díaz, está siendo su política económica. La líder de Sumar ha dejado claro su entendimiento con el presidente colombiano, al que ha saludado con un efusivo abrazo y con quien ha firmado este jueves un "memorando de entendimiento" en materia laboral.
Concretamente, Petro, que está preparando una reforma en materia de empleo inspirada en la de Yolanda Díaz, ha asegurado que Colombia quiere "una reforma laboral como la que aquí se ha logrado, de dignidad laboral". El plan del mandatario colombiano plantea, entre otros puntos, reducir la jornada de 48 a 42 horas semanales o un aumento de las vacaciones de 15 a 20 días hábiles al año. Por su parte, Díaz ha afirmado que desde el Gobierno de España se está monitorizando la evolución de la ley, que considera una apuesta "decidida" por los trabajadores.
Otro de los planes de Petro en materia económica pasa por la fiscalidad. En este sentido, el colombiano ya ha avanzado en sus promesas electorales de subidas de impuestos, llevando a cabo la reforma tributaria aprobada a finales del año 2022. Esta incluye, por ejemplo, la introducción de un nuevo impuesto sobre el patrimonio: se fija en el 0,5% para las fortunas superiores a 3.000 millones de pesos (unos 585.000 euros), en el 1% por encima de 5.000 millones y en el 1,5% si se rebasan los 10.000 millones, siendo este último de carácter temporal, con una vigencia de 4 años.
Además, se eleva el impuesto a las ganancias ocasionales del 10 al 15%, se elimina el Día sin IVA aprobado por Iván Duque o se establecen duras penas de prisión para los evasores. Todo ello, sumado a los nuevos impuestos verdes y sanitarios, como el tributo sobre los plásticos de un solo uso, el impuesto especial sobre las empresas petroleras y carboníferas o la tasa a las bebidas azucaradas.
Pensiones, la reforma pendiente
Entre los planes pendientes del mandatario de ultra izquierda figura su controvertida reforma del sistema de pensiones. Esta, junto a la revisión del modelo sanitario o la reforma agraria –que contempla la expropiación de tierras– abarcará buena parte de los cambios sociales y económicos que Petro quiere, a toda costa, efectuar en el país. El dirigente, en este sentido, amenazó este lunes a sus opositores asegurando que "querer coartar las reformas puede llevar a la revolución".
En el caso concreto de las pensiones, el modelo presentado por Petro contempla que los trabajadores tengan que aportar la mayoría de sus cotizaciones al sistema pensional público, frente al sistema actual que deja libertad para elegir fondos privados, preferidos por la ciudadanía. Así, la cantidad correspondiente a los primeros tres salarios mínimos deberá aportarse al sistema estatal Colpensiones, y solo a partir de esa cantidad se podrán destinar dinero a fondos privados. En la práctica, esto supondrá que la práctica totalidad de los colombianos coticen únicamente en el sistema público.
Asimismo, la reforma mantiene la edad de jubilación actual de 62 años para hombres y 57 para mujeres, si bien estas últimas se verán beneficiadas con nuevas condiciones especiales. De igual manera, se incorpora un "pilar solidario" que aportará 223.000 pesos mensuales (alrededor de 45 dólares) a los colombianos que no opten a pensiones contributivas.
Aún está por ver si los cambios que Petro quiere introducir en el sistema pensional incluyen una de sus más radicales propuestas: la de expropiar los ahorros acumulados en los fondos privados. Tal y como advirtió Libre Mercado, el político prometió en campaña electoral nacionalizar el dinero del sistema privado de pensiones con la excusa de destinar esos fondos a un subsidio básico que llegaría a tres millones de personas. De ejecutarse finalmente dicha medida, 18 millones de colombianos verían expropiado su ahorro, pasando a estar en manos de la promesa de pago y la voluntad política del Gobierno.