Íñigo Errejón en una entrevista con la publicación chilena The Clinic hizo en noviembre de 2018 una cerrada defensa del régimen de Nicolás Maduro. Su argumento revolucionario, que con Nicolás Maduro, los venezolanos podían hacer tres comidas diarias. Su entrevistador, no salía de su asombro y recordaba al joven aspirante español a gorila totalitario, que en Venezuela lejos de tener alimentos de sobra, había experimentado un descensoen el peso medio de los ciudadanos muy preocupante en los últimos años.
También fue Errejón quien, dos años antes, señaló que si en Venezuela se formaban colas de varios días en los supermercados, no era por problemas de escasez o adesabastecimiento, sino porque, "la gente tiene más dinero para consumir más". Pues bien, ahora, años después, y tras una pandemia, el Gobierno parece querer abrazar ahora las tesis errejonistas sobre el consumo, los supermercados, el intervencionismo y los efectos de la inflación.
En su pelea, cada vez más violenta, contra la realidad, el Gobierno sigue presumiendo de un desempeño económico brillante, mientras mantiene las mayores tasas de desempleo, déficit, o deuda del mundo desarrollado. Un país, España, en el que la inflación está arrasando con el escaso poder adquisitivo de los españoles (que somos cada vez más pobres en comparación con nuestros homólogos europeos).
Pues bien, para el Ejecutivo, el hecho de que la cesta de la compra se haya disparado de media según el INE más de un 15%, pero cuya subida efectiva sea de más del 20% poco tiene que ver con la fuerte caída del consumo de alimentos básicos en España. Una caída que supera el 8%.
Así, para el Gobierno, que los españoles gasten cada vez menos en la cesta de la compra o en alimentos como la carne o el pescado, no tiene que ver con que los precios de las hipotecas se hayan disparado, o porque el precio de la cesta de la compra esté en niveles récord, o que ahora los consumos del hogar sean tres o cuatro veces más caros de lo que eran hace dos años. No, si los españoles cada vez consumimos menos en el supermercado, es porque los españoles ahora, con el fin de las medidas de seguridad de la pandemia están yendo a comer más de restaurantes que en casa. Como lo leen.
Esto es lo que señala el Ejecutivo en su respuesta parlamentaria a Néstor Rego Candamil, diputado del BNG, quien denuncia un "alarmante descenso en el consumo de pescado y marisco" y pide que se rebaje el IVA de estos alimentos y que es el "tipo impositivo del lujo".
En su respuesta, según refleja el diario El Mundo, el Gobierno admite que "es cierto que el consumo alimentario en los hogares, a nivel general, ha descendido durante el último año", en concreto, un 8,7 interanual en 2022. Si bien asegura que "este descenso, sin obviarla influencia que pueda tener el incremento de los precios, no se puede achacar a un solo motivo (…) es muy posible que este año 2022, en el que se han eliminado la mayoría de las medidas derivadas de la Covid-19, se haya producido un cierto efecto rebote en el consumo, en el que los consumidores españoles hayan salido más a consumir fuera –según sus datos, el consumo extraodméstico ha crecido un 16,8%- y hayan viajado fuera del país al retirarse las restricciones". Sin embargo, la caída del consumo en los supermercado ha caído 5 puntos, también respecto al momento anterior a la pandemia.