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Bruselas incrementa su ataque al aire acondicionado: más restricciones y más impuestos

El Parlamento y el Consejo Europeo han sellado un acuerdo para reducir y encarecer el uso de gases fluorados de manera progresiva hasta 2050

El Parlamento y el Consejo Europeo han sellado un acuerdo para reducir y encarecer el uso de gases fluorados de manera progresiva hasta 2050
Bruselas incrementa su ataque al aire acondicionado: más restricciones y más impuestos | Europa Press

En España ha sido Pedro Sánchez el encargado de impulsar el castigo fiscal a los gases fluorados que utiliza el aire acondicionado, y Bruselas la encargada de ir a por una segunda batalla contra el mismo. La Comisión cuenta ya con el acuerdo necesario para impulsar la nueva legislación que pretende evitar una emisión de "500 millones de toneladas de gases fluorados y sustancias que agotan la capa de ozono". Y, como no, han pensado en seguir usando el castigo fiscal como mecanismo de restricción del uso del aire acondicionado.

La Comisión Europea tiene ya el respaldo del Parlamento Europeo y del Consejo para proceder al "fortalecimiento de las normas para reducir masivamente las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) procedentes de los gases fluorados (gases F) y las sustancias que agotan el ozono (ODS)".

No se trata de un ataque novedoso. "La legislación existente de la UE ya ha limitado significativamente el uso y las emisiones de estos gases", pero los nuevos reglamentos "evitarán casi 500 millones de toneladas de emisiones adicionales para 2050". Todo dentro, por supuesto, de "los objetivos climáticos de la UE para 2030 para reducir al menos un 55 % de las emisiones, y ayudar a que Europa sea climáticamente neutra en 2050". Neutra, y tremendamente más cara para los usuarios y consumidores.

"Utilizados en los electrodomésticos de la vida cotidiana, por ejemplo, en la refrigeración y el aire acondicionado, los gases F y los SAO son gases de efecto invernadero muy potentes y producidos por el hombre con algunos de los peores potenciales de calentamiento global, a menudo varios miles de veces más fuertes que el dióxido de carbono (CO2)", explica en una reciente comunicación la UE.

Y, por ello, Bruselas ha impulsado un nuevo reglamento de obligado cumplimiento para los Estados miembros que proporcione "incentivos para utilizar alternativas respetuosas con el clima, estimulando aún más el mercado mundial y ayudando a otros países a hacer la transición también". Porque, según ellos, "el mercado mundial de equipos que utilizan gases F está creciendo rápidamente debido al aumento de las temperaturas y a los niveles de vida más altos".

El Reglamento de gases F, con este objetivo, "endurece el sistema de cuotas para los hidrofluorocarbonos (reducida gradual de la FCH). El uso de hidrofluorocarbonos (HFC), los gases F más utilizados que representan alrededor del 90 % de las emisiones de gas F, se reduciría en un 95 % para 2030 en comparación con 2015, bajando a cero para 2050. A partir de 2025, la cuota de HFC que la Comisión asigna cada año se venderá por 3€ por tonelada de equivalente de CO2". Más costes para el consumidor.

Pero, además, el "acuerdo introduce nuevas restricciones para asegurarse de que los gases F solo se utilicen en equipos nuevos donde no haya alternativas adecuadas disponibles o que solo se utilicen los gases F más respetuosos con el clima. Por ejemplo, el nuevo aire acondicionado, las bombas de calor y los equipos eléctricos deben utilizar los gases más respetuosos con el clima y algunos tipos de equipos deben estar libres de gas F". De nuevo, más costes.

Un segundo reglamento actuará sobre las sustancias que agotan la ozono. "El uso de sustancias que agotan la capa de ozono (ODS) en equipos nuevos ya está prohibido en la UE. Al introducir estas nuevas medidas dirigidas a los productos en los que los SAO se utilizaron legalmente en el pasado, la UE evitará el equivalente a alrededor de 200 millones de toneladas de emisiones de CO2 y 32.000 toneladas de emisiones potenciales que agotan el ozono para 2050", aclara el comunicado de la UE.

¿Y cómo actuará Bruselas? "La mayor parte del ahorro de emisiones adicional se logrará al exigir que los SAO se recuperen o destruyan de las espumas de aislamiento cuando los edificios se renueven […]. El uso de SAO en la industria química ahora también estará más estrictamente regulado".

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