Las normativas europeas en materia de bienestar animal podrían repercutir sobre los costes y los beneficios de los productores y en el precio de algunos alimentos para los consumidores. De este modo, los costes de los productores de huevos podrían aumentar hasta en 140.000 euros y el precio de la carne de pollo podría triplicarse para los consumidores. Así lo denuncia la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que ha iniciado una ronda de contactos con las autoridades comunitarias y españolas con el fin de presentar un informe en el que se detalle el impacto económico y social que podrían llegar a tener las regulaciones que desde la UE se están aprobando al respecto.
"Queremos trasladar a las diferentes administraciones, tanto estatales como europeas, el impacto de la modificación en la normativa de bienestar animal y alertar del problema económico y de abastecimiento que puede generar. Y al mismo tiempo mostrar a los consumidores la realidad de la ganadería en España y las repercusiones que tendría en la inflación del precio de los alimentos por el aumento de los costes a los ganaderos", ha explicado Jaume Bernis, responsable de sectores ganaderos de COAG.
Prohibición de las jaulas en la producción
Los sectores cunícola, avícola y porcino de COAG han analizado las posibles consecuencias que la nueva "Normativa Europea Reguladora del Modelo de Producción de Carne" puede suponer, sobre todo en lo relativo a la prohibición de las jaulas en la producción de carne de conejo, cerdo y pollo.
En este sentido, los efectos no deseados son claros. Por un lado, esta iniciativa supondría un coste adicional de 140.000 euros para los productores de huevos si se redujera, como se propone, la densidad de población de pollos de engorde convencionales a un máximo de 11 kg/m², porque, con ello, el número de aves en las granjas se reduciría en un 72% y la UE, por otro lado, solicitaría a los productores avícolas convencionales que realicen importantes inversiones en las granjas.
Por otra parte, el precio de la carne de pollo llegaría a triplicarse para el consumidor, puesto que la bajada de producción fruto de las nuevas regulaciones llegará a repercutir en un aumento de precio desorbitado para perjuicio del consumidor. Así, desde COAG señalan que mientras que "en estos momentos, en los lineales el precio es de 3,25 €/kg el pollo entero, se estima que podría llegar a los 9,75 €/kg". Lo peor de todo es que estas medidas no se fundamentan en evidencias científicas, sino en pura ideología. "el bienestar animal no tiene por qué mejorar con estas medidas", destaca Eloy Ureña, responsable del sector avícola de COAG, quien añade que criando a menor densidad "puede ser más difícil y costoso conseguir mantener las temperaturas de una forma adecuada", afectando así a las condiciones de los animales.
Del mismo modo, también se verían afectados los mercados de carne de porcino, con un coste de más de medio millón de euros por granja de madres, y de carne de conejo, puesto que en este sector de limitado dimensionamiento, más del 95% de la producción se realiza en jaulas, por lo que es evidente que su prohibición "tendrá una extraordinaria repercusión en toda la estructura productiva". En este sentido, COAG estima que "si se aprobara esta normativa, cada granja perderá entre un 40 a 50% de producción".
Un impacto mucho más amplio
Apuntan desde COAG que "la posible prohibición de las jaulas es sólo una parte limitada de una ecuación mucho mayor; el impacto global de la revisión de la legislación sobre bienestar animal será mucho más amplio y todavía no conocemos el alcance exacto determinado por la Comisión para esta prohibición".
De esta forma vemos cómo, de nuevo, las autoridades comunitarias -aunque también lo hacen las españolas- están trabajando sin tener en cuenta todas las consecuencias que sus iniciativas pueden llegar a tener sobre la vida de los europeos. En Libre Mercado hemos informado de cómo han aumentado los abandonos y la matanza de gatos durante los primeros días de la ley animalista en España y de cómo ésta ha condenado a morir de hambre a las serpientes domésticas. Del mismo modo, las iniciativas ambientales europeas dispararán los costes del transporte por mar.