Menú
José María Rotellar

La deuda desde que gobierna Sánchez ya alcanza los 8.400 euros por persona

Es imprescindible reducir el gasto ineficiente y devolver a los ciudadanos la recaudación extra que el Gobierno está consiguiendo gracias a la inflación.

Es imprescindible reducir el gasto ineficiente y devolver a los ciudadanos la recaudación extra que el Gobierno está consiguiendo gracias a la inflación.
Pedro Sanchez | EFE

Un mes más, recogemos la tendencia creciente del endeudamiento generado por la gestión del presidente Sánchez, que, como hemos repetido hasta la saciedad, mes tras mes, no tiene límites. El Gobierno, ahora en funciones, cree que puede endeudarnos hasta el infinito, que no habrá problema para colocarla en los mercados y que siempre nos financiarán, además sin incremento de coste, espoleado, además, por la reducción artificial del endeudamiento sobre el PIB, pues se produce a costa del incremento del PIB nominal derivado del proceso inflacionista y de la revisión del PIB llevada a cabo, no por reducción del valor absoluto de deuda, que no se produce.

Con cada incremento de deuda, peor calificación tendremos, que dificultará más la colocación de la misma y que la encarecerá. Dicho encarecimiento vendrá también por el hecho de que ante el incremento de los tipos de interés, el dinero cuesta más, con lo que financiar a cualquier agente económico también se encarece.

Así, el endeudamiento público sigue incrementándose de manera desmedida, como muestran los datos de junio, últimos publicados:

Tras la disminución técnica de julio, en agosto, la deuda subió de nuevo y lo hizo en 5.919 millones de euros.

Sánchez, en realidad, sigue incrementando la deuda igual que lo ha hecho durante todo el quinquenio de su mandato.

La tendencia alcista de déficit y deuda continúa, pese al exceso de recaudación derivada de la inflación, que, además, ya se va ralentizando (crecimiento de ingresos fiscales de un 19% en los primeros ocho meses de 2022 frente al incremento del 4,5% en los primeros ocho meses de 2023, que con la deriva del gasto presionará más sobre el déficit y la deuda).

1.jpg

La deuda supera ampliamente los 1,5 billones de euros y se sitúa en agosto en 1,563 billones de euros de endeudamiento, con 400.000 millones de euros de incremento desde que gobierna Sánchez (406.098 millones), según las notas iniciales de deuda de las AAPP emitidas por el Banco de España con carácter mensual.

De esta forma, la deuda sigue incrementándose en alrededor de 200 millones de euros al día (211,73 millones) -casi 1.500 millones a la semana, 6.000 millones al mes, más de 8,8 millones cada hora- desde que gobierna Sánchez.

O dicho de otra manera, Sánchez incrementa la deuda cada minuto en 147.035 euros.

Es decir, mientras un ciudadano hace una pausa de quince minutos para tomarse un café por la mañana, Sánchez habría incrementado la deuda en más de 2 millones de euros.

Y durante una jornada laboral completa, en la que un ciudadano habrá estado trabajando duramente ocho horas, generando actividad económica, empleo y pagando sus impuestos, Sánchez habrá aumentado la deuda en 70 millones de euros.

2.jpg

Este grave problema puede poner en peligro a la economía española, tanto por su capacidad para financiarla si el BCE deja de comprar deuda, como por la repercusión de sus intereses en el presupuesto, que mermará recursos para servicios esenciales y que, a su vez, incrementará el gasto.

Esto hay que tenerlo especialmente en cuenta ante las turbulencias financieras ocurridas hace algunos meses, que han tenido alguna repetición en Estados Unidos: si se reprodujesen más y de forma persistente, que esperemos que no suceda, podría haber un cambio en la política del BCE que dejase más frágil el respaldo de deuda española por parte del BCE o que encareciese su financiación. De momento, se mantiene la política monetaria contractiva a ambos lados del Atlántico, con una pausa por parte de la Reserva Federal, pero con un horizonte de dudas pese a una resistente inflación, en el que las subidas de tipos parece que van llegando a su máximo, pero sin que todavía se haya llevado a cabo la necesaria reducción de sus balances.

El incremento del gasto es un problema importante, con el déficit estructural, construido sobre un gasto desmedido, que se ha ido consolidando en el tiempo, como principal problema.

Así, sobre la base de unos ingresos coyunturales, se ha ido asumiendo un incremento del gasto anual en el sector público, especialmente en el Gobierno de la nación, que nos lleva a una situación de insostenibilidad: con una recaudación adicional de más de 30.000 millones en 2022, el déficit sólo se redujo 2 décimas sobre el objetivo, que denota el importante incremento del gasto que se está produciendo (tres décimas si empleamos la revisión del PIB, pero no es comparable con la previsión inicial, realizada con un PIB estimado menor, al no haberse revisado entonces).

Este endeudamiento se agravará a lo largo del año, pues los PGE para 2023 vuelven a sustentarse sobre unos ingresos coyunturales, derivados de la inflación -que ya están desacelerándose de manera intensa, con mayor crecimiento de gasto, que incrementará el gasto estructural y el déficit estructural, especialmente con las medidas electorales que tomó Sánchez ante el adelanto electoral.

De esa manera, el déficit estructural español se situará en 2023 cerca de cinco puntos porcentuales sobre el PIB, elemento que señala un grave desequilibrio de la economía española. Déficit estructural que es la gran preocupación de la Comisión Europea. El déficit final en 2023 se prevé del 3,9% del PIB.

De hecho, la Comisión Europea, pese a revisar ligeramente al alza la previsión de crecimiento, considera que España no cumplirá con el objetivo de estabilidad del 3% en 2024, al situarlo en el 3,3% del PIB. Eso se debe a que el gasto se está acelerando, de manera que se están desperdiciando los ingresos adicionales derivados de la inflación para reducir el déficit y la deuda. Así, el Gobierno ni deflacta para no subir los impuestos a los ciudadanos como consecuencia de la inflación, ni lo aprovecha para cuadrar las cuentas, ni reduce la deuda, que es una losa que se traducirá en más impuestos futuros para pagarla.

Sánchez no rectifica, pues la disminución de la deuda que algún mes se produce no es real, sino por efecto estadístico del distinto decalaje entre amortizaciones y nueva financiación.

La tendencia, así, sigue siendo alcista -y así seguirá mientras siga habiendo déficit, pues la deuda no es más que el sumatorio de los distintos saldos presupuestarios de cada ejercicio- con la aportación de inestabilidad a la economía que ello supone, como también ha sucedido en el pasado 2022 y sucederá en 2023, pese al incremento extraordinario de recaudación motivado por la inflación, que ya se desacelera a pasos agigantados.

La deuda con esos más de 1,5 billones de euros, supone el 108,1% del PIB español sobre la estimación de crecimiento de PIB nominal del plan presupuestario 2023 que el Gobierno envió a la UE), debido a la importante revisión del PIB llevado a cabo por el INE, no a reducción de deuda, que es del 110,8% si se emplea el PIB agregado de los últimos cuatro trimestres publicado por el INE.

3o.jpg

Aunque es obvio que el efecto del denominador derivado del crecimiento del PIB mitiga el cociente, como vemos, seguirá siendo muy elevado porcentualmente y, lo que es más preocupante, creciente en valores absolutos. La cifra de cierre prevista para 2023 por el propio Gobierno es del 108,1%.

4o.jpg

Todo ello, nos lleva a que desde que gobierna Sánchez la deuda se ha incrementado en 406.098 millones de euros. Durante el primer año, aumentó en 38.688 millones, y al cabo cinco años de mandato el incremento es de 400.000 millones de euros, según las notas mensuales iniciales publicadas por el Banco de España sobre la deuda de las AAPP.

5o.jpg

Así, si durante el primer año creció la deuda por persona en 828,03 euros, en los más de cuatro años de mandato de Sánchez la deuda por persona ha aumentado en más de 8.000 euros (8.400 euros, más de diez veces el incremento del primer año).

6o.jpg

O visto de otra manera: en el primer año, la deuda se incrementaba a un ritmo de 105,99 millones de euros al día. Ahora, tras casi cinco años de Gobierno de Sánchez, la deuda crece 211,73 millones de euros cada día.

7o.jpg

De esa forma, seguimos con un incremento exponencial del gasto, manteniéndonos en el furgón de cola de la recuperación de la UE, pese a la revisión extraordinaria al alza que ha realizado el INE, en un entorno económico complicado, de elevada inflación, siendo muy preocupante la subyacente -la mayor desde hace más de treinta años-, fuertes costes energéticos -que están propagando ese incremento de precios por toda la cadena de valor-, y un optimismo imprudente por parte del Gobierno en funciones.

Es más, la mejora en las revisiones puede ser temporal de materializarse los innumerables riesgos que existen sobre la economía, donde la actividad del sector servicios disminuye y la de la industria cae con fuerza, desplomándose ambas sobre los registros del mismo período del año pasado.

Los ciudadanos necesitan que el Gobierno les aligere de cargas, como, por ejemplo, la deflactación del IRPF, y la bajada de impuestos, no que los endeuden más.

Es imprescindible, por tanto, reducir el gasto ineficiente, porque es el origen del problema y vuelve insostenible el mantenimiento de la estructura económica con semejante endeudamiento, y devolver a los ciudadanos la recaudación extra que el Gobierno está consiguiendo gracias a la inflación, que asfixia a los españoles, les hace perder poder adquisitivo y les impide llegar a fin de mes y poder competir, en el caso de las empresas, en los mercados.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios