El pasado verano, el estreno del largometraje dedicado a la muñeca Barbie provocó una conmoción en el mundo del entretenimiento. La película protagonizada por Margot Robbie y Ryan Gosling recaudó 1.441 millones de dólares en taquilla, muy por encima de los 128 millones que se habían desembolsado para acometer su producción.
Semejante fenómeno terminó traspasando la gran pantalla y llegando al mundo financiero, con una fuerte apreciación de las acciones de Mattel, la empresa responsable de la famosa muñeca rubia. El presidente y CEO de la compañía, Ynon Kreiz, sacó pecho declarando que "la película ha sido el mejor escaparate de la relevancia cultural de nuestra propiedad intelectual, de nuestra capacidad de generación de demanda a gran escala y de nuestra habilidad para atraer talento de primera fila. Hay un gran potencial cinematográfico en Mattel y nuestra estrategia se basa en capturar todo ese valor asociado a nuestra propiedad intelectual, que gestionaremos con mirada de largo plazo".
Sin embargo, si repasamos la evolución de la cotización de Barbie, la cruda realidad es que, más allá del boom observado a lo largo del verano, la confianza que habían depositado los inversores en Mattel parece haberse esfumado en menos de un trimestre. Así, aunque la acción se revalorizó de 18 a 22 dólares entre julio y septiembre, el mes de octubre ha estado marcado por el retorno de los títulos al valor previo al estreno del film.
Lo vemos en el siguiente gráfico:
Mattel ha reconocido que está "operando en un entorno macroeconómico complejo", así como los problemas de una "notable volatilidad" asociada a una "elevada inflación que tiene un impacto en la demanda de los consumidores". No es la única empresa del ramo que se muestra pesimista de cara a la campaña navideña: el otro gigante del sector, Hasbro, también espera que las fiestas se salden con un descenso de ventas de entre el 13% y el 15%.
Uno de los problemas centrales con los que lidia Mattel es la relativamente baja tasa de conversión de los beneficios de la película en compras de productos de la compañía. En total, hablamos de unos 125 millones de dólares que suponen menos del 10% del valor generado en taquilla por un largometraje que despertó una verdadera fiebre sociocultural, pero también levantó críticas por el tipo de mensajes feministas incluidos en el guión.
Si se analiza la trayectoria de largo plazo de Mattel, resulta evidente que la cotización de la compañía lleva mucho tiempo apuntando a la baja, hasta el punto de que ha caído un 60% durante la última década. Por comparación, Hasbro ha conseguido que su valorización suba un 3% a lo largo del mismo periodo, invitando a algunos inversores a especular sobre el potencial de una fusión entre ambos fabricantes de juguetes, cuya facturación conjunta supera los 11.000 millones de dólares.