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Los cambios en el sistema de la Seguridad Social aprobados por el actual Gobierno se centran en cobrar tributos más elevados a las rentas medio-altas.

Los tres nuevos impuestos que nos cobrarán para pagar la reforma de las pensiones

Los cambios en el sistema de la Seguridad Social aprobados por el actual Gobierno se centran en cobrar tributos más elevados a las rentas medio-altas.

"Un esfuerzo pequeñito": así, con estas palabras, definía José Luis Escrivá (hasta este martes, ministro de Seguridad Social) su reforma de las pensiones. Una reforma que, en realidad, no deberíamos llamar "de las pensiones" o "de la Seguridad Social", porque no lo es. Estamos ante tres subidas tributarias. Si es reforma, es "fiscal" (y para incrementar el coste tributario que abonan las familias).

Como no siempre nos lo cuentan con claridad, esta semana, Nuria Richart y Domingo Soriano nos traen a La Pizarra todas las cifras y explicaciones para que sepamos qué es lo que se esconde tras las modificaciones. Porque nuestros políticos (y en esto hay una cierta unanimidad, a izquierda y derecha) han tomado una decisión: blindar las rentas de las personas de más de 65 años pase lo que pase. ¿Y cómo lo quieren lograr? Incrementando el peso de los impuestos al trabajo que soporta la población activa, especialmente en el caso de las rentas medias-altas (nuestro cálculo es que los más afectados serán aquellos que cobren de 55.000 a 120.000 euros aproximadamente).

Por supuesto, este tipo de decisiones tiene consecuencias. La primera, obvia, es que el coste laboral en España va a subir, dañando nuestra competitividad. Esto tendrá un impacto en la capacidad de las empresas españolas para atraer talento y remunerarlo, especialmente en el empleo cualificado. También puede generar menos inversiones. Y lo normal es que las empresas y sus empleados busquen fórmulas imaginativas (desde radicar el domicilio social fuera de España a incrementar los pagos en especia) para sortear, en la medida de lo posible, esta nueva carga fiscal.

Y siempre con una amenaza: que ni siquiera estas subidas de impuestos sean suficientes y al final haya que hacer ajustes en las prestaciones (o, en el peor de los casos, que vivamos fuertes recortes, a la griega). El ministro Escrivá (ahora de Transformación Digital) cree que no será necesario. Otros expertos alertan de que estamos entrando en una zona muy peligrosa. Nosotros explicamos en qué consisten las medidas, con un principio básico, el contribuyente debe saber la verdad de lo que significan las nuevas medidas: y no son cotizaciones, ¡son nuevos impuestos! Estemos a favor o en contra de los mismos, al menos el punto de partida debería ser reconocer su verdadera naturaleza. Ni un euro de lo que paguemos por estos tributos (llámense Mecanismo de Equidad Intergeneracional, Cuota de Solidaridad o Ampliación de la base máxima) va a generar un euro de derecho a futuro. Aquí no hay salario diferido ni nada que se le parezca. Esto es un impuesto al trabajo puro y duro. ¿Necesario? ¿Imprescindible? Ése es otro debate, pero al menos que no nos engañen con el titular.

- Pizarras publicadas en los últimos meses sobre la diferencia entre el sueldo bruto teórico y el coste laboral total:

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