Gran parte de la miel que consumimos es falsa. La Unión Europea importa cada año unas 150.000 toneladas de miel, el 40% procedente de China, según datos del Parlamento Europeo. Muchas de esas importaciones, ni siquiera son miel. Se trata de productos adulterados con siropes de maíz o de arroz imposibles de distinguir. De hecho, la Comisión Europea realizó una investigación con 320 muestras de miel y en 140 no pudo constatar si se trataba de una falsificación.
Este fraude está destrozando el negocio de los apicultores españoles, incapaces de competir con productos falsificados. Y después de años reivindicando una mayor trazabilidad del producto y más transparencia en el etiquetado para que los consumidores puedan identificar claramente el país de origen de la miel, sus peticiones han sido escuchadas.
Este martes, el Parlamento Europeo ha revisado las llamadas "directivas sobre el desayuno" y los eurodiputados han votado a favor revisar el etiquetado de la miel para que en los envases figuren el país o países donde se ha recolectado el producto.
De esta forma se pretende acabar con el truco de las triangulaciones permitido por la legislación europea. Por ejemplo, si una miel tiene un 51% de origen portugués y un 49% de origen chino, la ley permite mezclar ambos productos y etiquetarlos como miel de Portugal. De este modo, los distribuidores pueden hacer desaparecer la miel china de las etiquetas.
"Una indicación más precisa de los países de origen de los productos proporcionará más transparencia y facilitará a los consumidores la elección de productos más sanos y regionales. Acabaremos con las prácticas fraudulentas en torno a las etiquetas de la miel, que en el futuro deberán indicar claramente los países de origen y, en el caso de las mieles mezcladas, las proporciones respectivas de los países de origen en porcentajes. Esto, junto con otras medidas, protegerá a los consumidores y apicultores de la miel adulterada y facilitará la elección informada de los consumidores a través de una mayor transparencia", ha señalado el eurodiputado del Partido Popular austriaco, Alexander Bernhuber.
Además del nuevo sistema de trazabilidad, el Parlamento Europeo también plantea establecer un laboratorio de referencia para la miel para detectar si ha habido adulteración mediante análisis sistemáticos.
La propuesta se ha aprobado con 522 votos a favor, 13 en contra y 65 abstenciones. De este modo, el europarlamento está listo para iniciar negociaciones con el Consejo de la UE sobre la forma final de la legislación.