La nueva idea del partido de Oriol Junqueras no es facilitar la competencia del sector agrícola español. No. Es todo lo contrario: endurecer los controles ecologistas en España mientras se suavizan los requisitos a la entrada de productos agrícolas para "garantizar el suministro", por ejemplo, en Cataluña.
El Grupo Parlamentario Republicano en el Congreso (ERC) ha colado un peligroso principio de forma oficial en el Parlamento. Uno que de facto ya golpea al campo español pero que los de Junqueras quieren que se baraje ya como fórmula legislativa: el de que los controles sean más rígidos para la agricultura nacional que para las importaciones de productos agrícolas de terceros países.
ERC ha usado el café como elemento de introducción de este planteamiento pero, obviamente, una vez colado como argumento legislativo, su aplicación podría generalizarse a otros productos. Además, y por si los separatistas no lo saben, Canarias produce café. Y Canarias es España.
El texto registrado en el Congreso por ERC señala que "el sector del café es uno de los principales motores económicos y de empleo en Cataluña. Siendo Barcelona el principal puerto cafetero del Estado español y un enclave estratégico de distribución de este sector en el ámbito del Mediterráneo". "Esto es, el 90 % de las importaciones del café entran a través del «Port de Barcelona». […] A su vez, Barcelona importa café verde desde 40 países de todo el mundo, además de exportar internacionalmente" explican desde ERC.
Los separatistas señalan que "en los últimos años se está produciendo un importante desarrollo de la cultura del café; así como un mayor conocimiento del producto por parte del consumidor. Se estima que, en el Estado Español, el café llega a casi 228.000 establecimientos de hostelería y se sirven 19 millones de tazas de café cada día". Y añaden que "es un sector de gran importancia tanto en el consumo en el hogar como en el sector hostelero".
Sin embargo, añaden, "en la actualidad, el sector cafetero debe hacer frente a nuevos retos
derivados del contexto internacional, como son los problemas de logística y el aumento del
coste de producción y de energía. Todo esto exige nuevos enfoques y propuestas que permitan abordar los principales desafíos actuales del sector". Olvidan en ERC que esos factores afectan al campo español y nunca han pedido medidas de alivio para él.
Uno de estos retos está relacionado con "su competitividad a nivel europeo, ya que la inserción del café verde, en el año 2017, como uno de los productos objeto de control sanitario en frontera, ha supuesto una pérdida de capacidad de mercado y de competitividad al no existir los mismos controles sanitarios en otros Estados miembros de la Unión Europea", aseguran los separatistas.
"Este fenómeno ha provocado que se hayan incrementado las importaciones de café verde vía Alemania, Francia, Bélgica, Países Bajos y Portugal debido a sus facilidades para la importación en términos de ahorro de tiempo y costes de los despachos aduaneros. Como consecuencia de ello, según los últimos datos disponibles, en 2021 en el Estado español el volumen de las importaciones de café verde se redujo en un 2%". Y a los separatistas les molesta que entre café desde la UE.
"Cabe señalar que hasta el momento en el que se implantaron los Controles Sanitarios a la Importación (SANIM), el café verde como materia prima destinada a un tratamiento ulterior (tueste) no estaba sujeto a este control previo a la importación. Y, en consecuencia, tampoco lo estaban las muestras de café verde desprovistas de valor comercial".
Efectivamente, el Real Decreto 1676/2012 establece que el café verde es una materia prima que ha de ser sometida a un tratamiento posterior, es decir, el tueste. Y así se consigna en la documentación aduanera que se presenta para el despacho. Según los datos ofrecidos por el Gobierno español, desde 2017 a 2022 se han controlado en las instalaciones fronterizas 30.718 partidas comerciales de café verde, realizando análisis a 391 partidas, y obteniendo en 17 de ellas resultados analíticos desfavorables.
De todo ello, ERC, concluye que "la situación actual determina una pérdida de competitividad en el sector del café, por la elevación de los costes en la importación de las muestras no comerciales de café verde y el retraso en el tiempo de los despachos aduaneros, que permiten disponer de las mismas para su análisis organoléptico antes del cierre de los embarques de las expediciones comerciales".
Y, en consecuencia, "se debilita la posición en el mercado tanto de los importadores como de los representantes aduaneros y de los operadores logísticos que intervienen en el proceso de la importación, beneficiando a los competidores de otros estados miembros con más facilidades para la tramitación. Esta anomalía puede acabar consolidando una desviación de tráfico a favor de esos otros países y una pérdida de actividad empresarial y comercial para Cataluña y también para el Estado español", afirma ERC.
El argumento choca, básicamente, porque el campo lleva denunciando el exceso de costes controles contra ellos desde hace años y ERC nunca ha salido en su defensa. Y ahora lo invoca para terceros países.