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Los ganaderos, hartos de las denuncias por tener perros pastores sueltos: "Es una sociedad desconectada del campo"

Laura ha sufrido tres denuncias de personas que entraron en su finca, se acercaron al rebaño de cabras y se toparon con los mastines.

Laura ha sufrido tres denuncias de personas que entraron en su finca, se acercaron al rebaño de cabras y se toparon con los mastines.
Un mastín vigila un rebaño de ovejas. | Flickr/Dominio público/abel.maestro

Laura es copropietaria de pequeña cabaña ganadera de 170 cabras de leche que pastorean diariamente por el valle de Bustarviejo (Madrid) en una finca privada de más de 200 hectáreas de robledal y monte bajo. En esa labor, cuenta con la ayuda de perros de carea y varios mastines que protegen al ganado de los ataques del lobo, presente en la sierra norte de Madrid. Sin embargo, ha sufrido tres denuncias por tener a sus perros sueltos en su propia finca. Y, según cuenta ella misma, no es la única ganadera que se enfrenta a la incomprensión de "una sociedad cada vez más desconectada del campo".

"Tengo que tener mastines porque he sufrido ataques de lobo y porque cada vez hay más gente que pasea por la zona con perros sueltos. Obviamente, los mastines, para poder trabajar, tienen que ir sueltos. Si los rebaños están en zonas comunales, entiendo que tengamos que compartir el monte con las personas, aunque las cabras tengan prioridad; pero nosotros hemos sufrido denuncias por parte de personas que se han colado en fincas de uso privado, valladas y señalizadas, y han tenido problemas con los mastines", explica Laura.

Una de las denuncias la interpuso una señora que, paseando con su hijo, decidió que era buena idea entrar en la finca y acercarse a las cabras para beber de un abrevadero que había en la zona y que confundieron con una fuente. Un mastín mordió al niño.

Se produjo una situación similar sucedió con otros señores que también decidieron acercarse al rebaño. Y en otro caso, los mastines atacaron a los perros de una vecina que saltó la valla y atravesó la finca en la que se encontraban las cabras. Los perros, según cuenta Laura, iban sueltos y el mastín los consideró una amenaza. La vecina denunció el ataque, aunque posteriormente retiró la denuncia.

"Es mi responsabilidad tener a mis animales vigilados y controlados en donde tienen que estar. Todo eso lo he cumplido. Todos los animales, las cabras y los perros, van con GPS y están dentro de fincas privadas valladas y señalizadas", expone Laura. "Si entras en una finca privada, te sales de los caminos, te acercas a un rebaño de cabras, el mastín te avisa y tú sigues avanzando... ¿de verdad es mi responsabilidad como ganadera que mi perro te haya mordido?"

Protección jurídica para perros pastores

Unión de Uniones, de la que Laura forma parte, se han reunido con el nuevo director general de Derechos de los Animales, José Ramón Becerra para trasladarle la problemática con los perros de guarda de ganado: "Los ganaderos en extensivo necesitan trabajar con perros de manejo y guarda de ganado (mastines, carea, etc.,) y cada vez suponen un papel más importante, dada la clara y rápida expansión del lobo en algunas zonas. Sin embargo, a menudo, los ganaderos se enfrentan a incomprensibles denuncias por la tenencia de estos animales sueltos en el campo", señala la asociación agrícola.

"Nos enfrentamos a una sociedad cada vez más desconectada del campo y de sus necesidades, por lo que reclamamos una protección jurídica que dé garantías de poder llevar a cabo una actividad esencial como es la ganadería extensiva y de contar con herramientas de prevención de ataques de lobo, al que se ha decidido aumentar su protección y por tanto aumentará su presencia y número de ataques", señala la organización.

Por ese motivo, Unión de Uniones ha solicitado que ciertos perros, como los mastines, estén exentos de la normativa de animales potencialmente peligrosos, una propuesta que comparte el Ministerio de Transición Ecológica dentro de la Estrategia para la Conservación y Gestión del Lobo y su convivencia con las actividades del medio rural, según explica la asociación.

"Al respecto de los ataques, nos preguntamos qué derechos se les reconocen a un animal que en su propia casa es devorado vivo por el lobo o que quedan heridos, provocando imágenes dantescas y de un sufrimiento inmenso para nuestro ganado", afirman.

En este sentido, Unión de Uniones asegura que Becerra "ha mostrado la voluntad de su departamento de mantener un diálogo sobre las reivindicaciones en el ámbito de dotar a los perros pastores de una mayor regulación y protección jurídica".

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