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El gráfico que desvela el drama laboral al que Yolanda Díaz ha condenado a España

Trabajo cada vez más caro y menos productivo. ¿Ese es el logro de la reforma laboral de la que presumen en el Ministerio de Trabajo?

Trabajo cada vez más caro y menos productivo. ¿Ese es el logro de la reforma laboral de la que presumen en el Ministerio de Trabajo?
Yolanda Díaz, ministra de Trabajo. | Europa Press

El secretario de Estado de la Seguridad Social y Pensiones, Borja Suárez, y el secretario de Estado de Empleo, Joaquín Pérez Rey, que han trasladado en rueda de prensa sus principales conclusiones sobre los datos de empleo y seguridad social conocidos este viernes por parte de los Servicios Públicos de Empleo, han vuelto a repetir, como por otro lado es habitual en sus comparecencias públicas, que los datos refrendan que la reforma laboral de Yolanda Díaz, ministra del ramo, es poco menos que "lo mejor" que le ha pasado a nuestra estructura laboral española.

Y eso que el informe de empleo correspondiente a este mes de enero refleja el peor mes de enero para el empleo en una década, tal y como ha denunciado el presidente de ATA y que refleja una destrucción de empleo superior a los 230.000 puestos de trabajo y un incremento del paro de 60.404 personas de diciembre a enero.

Pero esto no debería extrañarnos si nos fijamos en dos de las principales variables que explican no sólo la precariedad del empleo en España, sino el motivo detrás de las bajos salarios que tenemos y la cada vez más escasas oportunidades de encontrar trabajos de alto valor añadido: la productividad y los costes laborales.

Si algo ha hecho la reforma laboral de Yolanda Díaz, así como los sucesivos y aunales incrementos del salario mínimo interprofesional así como los incrementos de cotizaciones a la seguridad social que ha aplicado el ministerio de José Luis Escribá y ahora de Elma Saiz, ha sido disparar los costes de contratación acercándose a los límites registrados tras la pandemia y la parálisis de la estructura productiva, que hizo que los costes laborales se dispararan hasta cotas nunca antes vistas.

Por otro lado, y en paralelo, el gran drama de la economía española: la productividad, que se ha hundido a sus cotas más bajas de las últimas dos décadas, sin contar con el pico registrado en pandemia cuando, evidentemente, la actividad del país se paralizó desplomando la productividad.

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Línea marrón: coste laboral unitario. Línea gris: productividad

Según los últimos datos que ofrece el Instituto Nacional de Estadística, los costes laborales unitarios están a niveles de 2008, cuando estalló la crisis subprime, momento de mayores costes laborales unitarios de la serie histórica si descontamos la parálisis de la pandemia del coronavirus. Incluso en aquel momento, en 2008, la productividad estaba en positivo y rondaba el 0,9%.

Sin embargo, ahora, a cierre de 2023, la productividad registra su mínimo histórico (sin contar con el mínimo del coronavirus) con una productividad del -1,77%. Cierre de año en el que se repiten los sobrecostes históricamente altos de la contratación: por encima del 6%.

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Línea marrón: coste laboral unitario. Línea gris: productividad

Es decir que, ni en el peor momento de encarecimiento de costes laborales que se recuerda, en 2008, la productividad había caído tanto como ahora. Un vector, el de la productividad, que si siempre ha sido preocupante en nuestra economía, y que ha explicado la mayoritaria presencia de trabajo poco cualificado en nuestra estructura laboral, ahora tiende a ser dramático.

Trabajo caro y poco productivo, un esquema del que huye la inversión, y condena a la masa salarial a mantenerse en la precariedad. Todo un drama que contrasta con el optimismo con el que el Ejecutivo saca pecho de las cifras que se derivan de la famosa reforma laboral de Yolanda Díaz.

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