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El histórico apretón de Milei ya está en marcha: reduce un 30% la base monetaria

Frente a la hiperinflación, el gobierno argentino espera que el IPC baje al 15% a final de febrero y caiga por debajo del 10% en los próximos meses.

Frente a la hiperinflación, el gobierno argentino espera que el IPC baje al 15% a final de febrero y caiga por debajo del 10% en los próximos meses.
Milei, en su histórico discurso en Davos. | Flickr/CC/World Economic Forum

"La inflación es siempre y en todo caso un fenómeno monetario". La máxima acuñada por Milton Friedman ha sido repetida hasta la saciedad por el presidente argentino, Javier Milei, quien ha hecho de esta una de sus principales causas de gobierno. Y, a juzgar por los hechos, la retórica viene acompañada de medidas reales que ya están teniendo efecto.

Empecemos por el análisis de la base monetaria. En 2023, la base monetaria de Argentina se duplicaba cada dos semanas. Esta escalofriante cifra se explica por la estrategia peronista de financiar el gasto público deficitario con dinero de nueva creación. Tal monetización condujo a la inflación a tasas anuales de tres dígitos que rondaban el 250% cuando Milei fue elegido presidente.

Para darle la vuelta a la situación, Milei ha situado a Santiago Bausili al frente del Banco Central de Argentina. Nacido en 1974, ha pasado por entidades financieras como JP Morgan o Deutsche Bank y ha colaborado a lo largo de los años con el actual ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo. Ahora, su llegada al Banco Central de Argentina coincide con una situación extremadamente delicada, a raíz de la miserable herencia que dejó el gobierno peronista de Alberto Fernández.

Lo que se encontró Bausili es un auténtico desastre, puesto que el Banco Central de Argentina no se dedicaba a velar por la estabilidad monetaria y financiera, sino que estaba consagrado a financiar un galopante gasto público. De ahí que el nuevo periodo de gestión haya comenzado de la mano de procesos de filtrado y ajuste conocidos como la "licuación" y la "aspiradora", cuyo propósito último no es otro que limpiar el balance de la entidad y poner fin al desaguisado motivado por la continua monetización de los pasivos del Estado.

No es fácil, pues, hacer una estimación de la evolución de la base monetaria, puesto que al análisis de las métricas e instrumentos convencionales de todo Banco Central hay que sumarle el estudio de este tipo de operaciones lanzadas por el peronismo. Sin embargo, la consultora Econviews ha realizado este ejercicio y ha encontrado que la base monetaria se mantuvo "congelada" en el primer mes de gobierno de Milei y se redujo agresivamente en su segundo mes de gestión.

Para ser más precisos, el periodo comprendido entre el 11 de diciembre y el 8 de febrero se saldó con un incremento casi nulo de la base monetaria: apenas subió un 0,36%. Sin embargo, al tomar en cuenta la evolución de los precios, lo que se observa en términos reales es un descenso del 32%. Esto es lo que algunos comentaristas han descrito como un "apretón monetario" (monetary squeeze).

Es importante recalcar que los datos están sesgados por la compra de dólares que ha puesto en marcha la entidad para cerrar el déficit de reservas y favorecer la eventual adopción de la divisa estadounidense. Desde el 11 de diciembre, estas operaciones suman más de 7.000 millones de dólares. Por lo tanto, sin estas operaciones, la contracción de la base monetaria es aún mayor.

Como cabía esperar, estos cambios en la gestión del Banco Central ya están teniendo un reflejo en las expectativas de inflación, que se van moderando. El propio ministro de Economía ha declarado que "el IPC estaba camino del 50% y ahora está en cotas del 15%". En otra comparecencia, Caputo confió en que los niveles de inflación vayan pasando a estar "más cerca del 10% que del 20%", antesala para su caída a tasas de un único dígito "en los próximos meses".

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