La producción de carne retrocedió un 1,98% en España en 2023 y suma así su segundo año consecutivo de caída. Este descenso se produce en todas las categorías, con un desplome especialmente preocupante del ganado ovino y caprino. Según los datos del Ministerio de Agricultura, únicamente se salva el sector avícola con un aumento del 5,25% en el último año debido a que la carne de pollo es la más barata.
En los últimos años, la producción de carne en España no había parado de crecer. Sin embargo, en 2022 cambiaron las tornas y se registró un descenso del 1,8% con respecto a 2021. Lejos de suponer una caída puntual debido al aumento de los costes de producción, la situación ha seguido empeorando en 2023 con un nuevo descenso que roza ya el 2%. Las cifras preocupan, y mucho, a los ganaderos, aunque reconocen que no están sorprendidos.
"Este descenso se debe a la falta de rentabilidad de la producción ganadera", explica Adrián Gómez, responsable de vacuno de carne de la Unión de Uniones. En opinión de Gómez, la caída de la producción no se debe a un descenso del consumo, ya que gran parte de la carne española acaba exportándose a otros países. "Cada vez se cierran más granjas por la falta de rentabilidad. A esto, se suma la falta de relevo generacional porque los ganaderos se jubilan y no hay nadie dispuesto a encargase de esos negocios", explica.
"Y el tercer factor que explica ese descenso son las normas relativas al bienestar animal", señala Gómez, que pone como ejemplo la ley que obliga a reducir el censo de animales en las granjas, la excesiva burocracia y las normas cambiantes de la Unión Europea.
"No puede ser que tu reacondiciones una granja y a los tres años te cambien las normas del juego cuando todavía no has amortizado la reforma anterior. Es estar constantemente teniendo que dotar de liquidez al negocio y resulta inviable. Tenemos que producir con menos animales, hacer más inversiones y sacar rentabilidad. Las cuentas no salen", señala.
Sólo sube la producción de pollo
Durante 2023 se produjeron 7,42 millones de toneladas, frente a los 7,57 millones de toneladas procesados en los mataderos en 2022. El porcino siguió siendo la principal fuente de obtención cárnica en el país, con 4,85 millones de toneladas procesadas, un 3,49% menos que en 2022.
El segundo sector en importancia es el de la carne de ave, del que se obtuvo 1,72 millones de toneladas y un incremento del 5,25% en un año. El incremento se debe a que, ante la inflación, los españoles se han refugiado en la carne de pollo, la más barata del mercado.
Le siguen en importancia el sector vacuno, del que se consiguieron 694.869 toneladas (-5,3%) frente a las 733.748 toneladas de 2022. Explica Gómez que en 2022 muchos ganaderos optaron por sacrificar a las vacas ante la excepcional subida de los costes que provocaron el aumento del precio de los piensos, la energía y el combustible. "La cabaña de nodrizas ha caído, por ende, la producción de terneros seguirá cayendo".
Con respecto a la carne de cordero se procesaron 106.166 toneladas, lo que supone un descenso del 11,39% con respecto a 2022; de conejo (36.957 toneladas; -9,7%); caprino (9.442 toneladas; -17,21%); y equino (8.235 toneladas y un descenso del 0,85%).