El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó este lunes su encuesta anual de "Condiciones de Vida" en España, y los resultados son demoledores. Este documento revela, por ejemplo, que el porcentaje de personas en riesgo de pobreza o exclusión social en nuestro país (la conocida como tasa Arope) se incrementó en 2023 hasta el 26,5% del total de la población desde la ya trágica cota del 26% con la que había terminado el 2022.
Así, estamos hablando de más de 12 millones y medio de afectados que se encontrarían, al menos, dentro de uno de estos tres escenarios: "riesgo de pobreza", "carencia material y social severa" o "baja intensidad en el empleo". Cuando se sufre cualquiera de estos tres casos, pasan a formar parte de la tasa Arope.
Sin embargo, dentro de estas tres variables, el apartado de "carencia material y social severa" es el medidor más fiable para medir la "pobreza" de los ciudadanos de un país. En este caso, el INE revela también que este indicador ha empeorado en 2023 hasta un nuevo máximo histórico: el 8,9% de la población sufre "carencia material y social severa", casi el doble desde 2019, cuando arrancó la pasada legislatura de Sánchez. Estamos hablando de más de 4,2 millones de personas en dificultades.
No deja de ser llamativo que, después de casi seis años de Ejecutivo "progresista", indicadores de pobreza como los anteriores sigan empeorando, mientras el Gobierno de izquierdas ha dejado de prestarles la atención que tanto les dirigía cuando gobernaba el PP. Lo mismo ha ocurrido con determinados medios de comunicación, que ahora también han decidido ignorar estos índices.
Problemas para alimentarse correctamente
Pero eso no es todo. Hay que tener en cuenta que Estadística elabora el concepto de "carencia material y social severa" a través de 13 componentes y considera que la persona evaluada está en situación de "carencia material y social severa" si padece al menos siete de las 13 limitaciones que forman la lista. Son las siguientes:
- No puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año.
- No puede permitirse mantener la vivienda con una temperatura adecuada.
- No tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.
- Ha tenido retrasos en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal (hipoteca o alquiler, recibos de gas, comunidad...) o en compras a plazos en los últimos 12 meses.
- No puede permitirse disponer de un automóvil.
- No puede sustituir muebles estropeados o viejos
- No puede permitirse sustituir ropa estropeada por otra nueva.
- No puede permitirse tener dos pares de zapatos en buenas condiciones.
- No puede permitirse reunirse con amigos/familia para comer o tomar algo al menos una vez al mes.
- No puede permitirse participar regularmente en actividades de ocio.
- No puede permitirse gastar una pequeña cantidad de dinero en sí mismo.
- No puede permitirse conexión a internet.
- No puede permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días.
Aunque todos estos indicadores resultan fundamentales para llevar una vida digna, resulta especialmente preocupante la mala evolución de las personas que aseguran que "no pueden permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días".
Y es que, cada vez son más los ciudadanos de nuestro país que no pueden acceder con regularidad a estos productos fundamentales. Según este estudio, se trataría del 6,4% del total de la población, o lo que es lo mismo, más de 3 millones de personas que no pueden adquirir la alimentación más básica. Estamos ante una subida nunca vista en la serie histórica de los últimos 20 años.
Por grupos de edad, llama la atención que el grupo de los mayores de 65 años es desde 2012 el que menos dificultades tiene para adquirir este tipo de alimentos. En los últimos años, la brecha con los menores de 16 años o con los trabajadores más jóvenes ha aumentado todavía más. La razón podríamos encontrarla en la insistencia del Gobierno de Sánchez en revalorizar las pensiones al IPC.
Y aunque el Ejecutivo de PSOE y Podemos ha querido congraciarse con los jubilados actualizando sus pensiones al IPC en plena tormenta de precios, se ha negado en redondo a llevar a cabo otras medidas de alivio para el ciudadano como incluir a la carne y al pescado (y a otros muchos alimentos) en las rebajas del IVA.
Esta decisión ha influido en un aumento considerable de la recaudación por IVA en los últimos años, aunque el éxito recaudador de Hacienda con este impuesto ya se está agotando quizá, como hemos visto, porque cada vez hay más gente con dificultades para adquirir determinados productos.