Menú

El Gobierno de Sánchez recrudece su ataque a Repsol con Teresa Ribera de ariete

La cruzada de Teresa Ribera contra Repsol se suma a la larga lista de ataques del Gobierno de Sánchez a las empresas españolas.

La cruzada de Teresa Ribera contra Repsol se suma a la larga lista de ataques del Gobierno de Sánchez a las empresas españolas.
El presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, junto a la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, durante la sesión de control al Gobierno, este miércoles. | EFE

Teresa Ribera, vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica en España continúa su particular cruzada contra el cambio climático, y el desarrollo tecnológico, o el progreso de la humanidad. Ahora, lo que le preocupa, dice, es que se detenga la "Ley de Restauración de la Naturaleza". Una ley que lo que busca es la regeneración de ecosistemas degradados para contribuir a alcanzar los objetivos climáticos y de biodiversidad y mejorar, dice el texto europeo, la seguridad alimentaria. En esencia, persigue recuperar el 80% de los hábitats europeos en mal estado. ¿Y cuáles son? Los ocupados por ciudades, tierras de cultivo, o ecosistemas marinos en los que ha intervenido la acción humana.

Se trata de una legislación basada en la teoría del decrecimiento, que dice que la única manera de preservar el medio ambiente es decreciendo, es decir, que el ser humano dé pasos en la dirección contraria al progreso. Como lo leen. Es dar pasos hacia la edad de piedra, en lugar de al futuro.

Que la evolución tecnológica y el progreso haya ayudado a la reforestación, o que cada vez se consuman menos recursos naturales pese a la explosión poblacional que ha sufrido la humanidad en el último siglo, son datos que poco importan a los legisladores europeos.

Pues bien, la señora Ribera está empeñada en la regresión y por eso considera que frenar la ley de la restauración de la naturaleza es "un enorme fracaso", después de que Hungría se haya unido al grupo de países que han decidido frenarla. "Paraa la unión Europea sería un enorme fracaso no tener compromiso de restauración de la naturaleza. La naturaleza no admite pausas recreo, como el cambio climático tampoco las admite".

Ataques a Repsol

En esta cruzada que mantiene la vicepresidenta de nuestro Gobierno, se enmarca su particular batalla contra una de las principales empresas españolas: Repsol. Una manía persecutoria que le ha llevado a atacar directamente a la compañía que dirige su CEO Josu Jon Imaz, antiguo miembro del PNV y que, según fuentes consultadas por Libertad Digital, pertenece a la rama que está tratando de alejarse de los apoyos a Sánchez y que intenta tender puentes con el actual Partido Popular de cara a una próxima legislatura, otra de las razones que podría esconderse detrás del ataque desmedido del Gobierno sanchista.

Así, una de los caballos de batalla de Ribera contra Repsol es a cuenta de los combustibles sintéticos que Repsol está desarrollando como alternativa ecológica a los motores de combustión que todavía son abrumadora mayoría en nuestro parque móvil: "sólo sirven para quien tenga un Maserati o quiera algo caro", decía Ribera de forma despectiva este domingo. Y eso que, a cierre de 2023, sólo el 4,9% del parque móvil nacional tenían etiqueta 0 o eco. Sin embargo, dice Ribera que los combustibles fósiles "no son la respuesta para lo que la inmensa mayoría de los ciudadanos desea" y añadía, "no creo que merezca la pena hacer una apuesta colectiva de inversión de la magnitud que parece requerir".

Sin embargo, muy al contrario de lo que dice Ribera para atacar a Repsol, esta compañía está desarrollando un catálogo de biocombustibles que reducen la huella de carbono de los motores de combustión que ya son compatibles con muchos coches, por ejemplo, con 25 familias de motores europeos de Stellantis.

La paradoja es evidente. Repsol, una de las mejores compañías españolas según los ránkings de calidad que cada año analizan las empresas del Ibex 35, ha tratado de hacer los deberes que marca la famosa agenda 20-30, siendo, en teoría, una de las empresas necesariamente perdedoras en esta campaña, ya que el 90% de su negocio tiene que ver con la prospección, extracción, tratamiento y venta de petróleo, en sus distintas formas. Entre los productos que comercializa Repsol, no sólo hay carburantes. También hay aceites, productos para el motor, y derivados del petróleo como distintos tipos de plásticos, muchos de ellos, de uso en la industria sanitaria.

Pese a todo, Repsol también ha querido jugar un papel crucial en la comercialización y extensión del parque de electrificación, y así tiene desplegado una creciente red de electrolineras y surte, mediante su comercializadora, de enegía eléctrica a particulares y empresas.

En cuanto a su core, el de las gasolinas, trata de competir con combustibles sin huella de carbono o con una reducida huella de carbono.

Pues bien, todo esto está muy mal para la señora Ribera que ataca sin piedad a la compañía energética española.

En esta cruzada, se ha encotnrado con otra empresa a quien tenía enfrente hasta antes de ayer, Ibedrola, a quien, con Repsol, le ha salido una dura competencia.

En este caso, Iberdrola y Repsol tratan de hacer, cada una desde su autonomía, lo mejor para sus accionistas. La que no lo hace es Teresa Ribera, quien está atacando a una compañía española como Repsol que compite en mercados con éxito en mercados internacionales y que se debe a sus clientes y a sus accionistas.

No es el primer ataque

Así, tanto Brufau como Josu John Imaz, se suman ya a la lista de empresas señaladas por el Gobierno de Sánchez, donde se encuentran Mercadona y Joan Roig, Inditex y Amancio Ortega, Ferrovial y Luis del Rivero, Endesa y José Bogas, otras energéticas y los bancos… especialmente el Santander o CaixaBank, a quien han tratado de arrebatar la presidencia de la Fundación La Caixa.

Temas

En Libre Mercado

    0
    comentarios