El consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz, ha respondido este jueves al señalamiento de la compañía, con el beneplácito de la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, por supuesto greenwashing o blanqueo verde. Después de que esta semana se conociera la demanda por "competencia desleal y publicidad engañosa" interpuesta por Iberdrola contra la energética, la ministra primero celebró, con un tuit, que llegara a los tribunales "el hartazgo por el greenwashing". Después, al ser interpelada por la prensa en un acto en Bilbao, se declaró "neutral" en este conflicto entre empresas pero dijo estar al lado de "una agenda verde que no puede inducir a confusión ni error", unas palabras que llegan mientras Consumo trabaja en una normativa con importantes sanciones para quien se pasen, a juicio del Gobierno, con la publicidad verde.
Y llega a los tribunales el hartazgo por el #greenwashing.
— Teresa Ribera 🌹 (@Teresaribera) March 19, 2024
La ministra también aprovechó para animar a Imaz a abordar una transformación "congruente" con el compromiso "de dejar atrás los combustibles fósiles" de la última COP. Unas afirmaciones que se suman a las encendidas acusaciones que lanzó hace unas semanas contra el directivo por cuestionar las políticas verdes europeas, y que el empresario vasco ha contestado desde un foro organizado por la Fundación Repsol en Madrid.
"Yo le preguntaría a la vicepresidenta si queremos industria. Nosotros la queremos", ha señalado el empresario defendiendo la apuesta por Repsol por los biocombustibles, base de la denuncia de Iberdrola por publicidad engañosa. Imaz ha vuelto a defender "la neutralidad tecnológica" frente a quienes priman unas tecnologías sobre otras y ha destacado que en España "hay mucha capacidad industrial y tecnológica" para impulsar todas las tecnologías que ayuden a reducir las emisiones.
Tras denunciar que ciudadanos con bajos recursos puedan verse obligados a cambiar su coche o a "financiar con sus impuestos subvenciones que no están consiguiendo reducir las emisiones", el ex dirigente del PNV se ha dirigido directamente a Ribera: "Ministra, ¿quiere que cerremos la refinerías?" "Dan en España 28.000 empleos directos, indirectos e inducidos. ¿Es esto lo que queremos para nuestros jóvenes? ¿O queremos una industria fuerte en España?", ha dicho Imaz "rebelándose" contra quienes ven "la industria como un problema". Ha avisado de que Repsol defenderá "con uñas y dientes" la mejora de las refinerías, en alusión a la transformación que están acometiendo para producir nuevos combustibles, y que estas reduzcan sus emisiones para seguir manteniendo el empleo industrial.
"Esta es nuestra apuesta clara, y me gustaría que tengamos la cercanía, la ayuda y la colaboración de la ministra", ha dicho el empresario en unas palabras que parecían aludir a su anterior encontronazo, cuando la ministra llegó a acusarle de "demagogia", y que llegaron después de que la compañía avisara de que podía renunciar a inversiones si el Gobierno persistía en el impuesto a las energéticas.
Tecnología e "ideología"
En su intervención, Imaz también se ha referido a la demanda por greewashing defendiendo la tecnología señalada: la de los biocombustibles, fórmula que ha empleado la compañía para reducir emisiones a base de combustibles fabricados a partir de residuos. En opinión de Imaz, la demanda no les va a "distraer", no tiene fundamento jurídico y busca "limitar la competencia" y el "crecimiento" del operador.
"Repsol va a seguir creciendo en clientes y en actividad y va a seguir tratando de ofrecer soluciones energéticas de presente y futuro sin cortinas de humo, sin ideología, con tecnología con visión estratégica y la máxima ambición porque el reto energético es muy importante en términos de descarbonización", ha incidido el empresario confirmando la respuesta que trasladaron a LD fuentes de la compañía tras conocerse la demanda. Desde Repsol, atribuyeron la demanda al "nerviosismo" y señalaron su intención de seguir creciendo "en clientes de electricidad" y de seguir "ofreciendo a la sociedad soluciones energéticas de presente y de futuro, como los combustibles renovables, que son vistos por parte de algunos como una amenaza al discurso, falso, de que la electrificación es la solución única para reducir las emisiones de CO2 en el transporte".
"Repsol mantendrá su claridad estratégica y su ambición en la transición energética, con el objetivo de ofrecer los bienes y servicios que la sociedad demanda, a un precio competitivo, con la menor huella de carbono posible y garantizando al mismo tiempo el suministro en un contexto macroeconómico y geopolítico marcado por la volatilidad y la incertidumbre", zanjaron.