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Una alcaldesa del PP se une al PSOE para cerrar los grandes comercios en festivos y respalda el bloqueo sindical

La alcaldesa de Jerez peleará para que el Gobierno de Sánchez modifique la ley nacional para que las ZGAT no salten de los núcleos históricos.

La alcaldesa de Jerez peleará para que el Gobierno de Sánchez modifique la ley nacional para que las ZGAT no salten de los núcleos históricos.
La presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) por decisión del PSOE y alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo | Europa Press

La presidenta de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y alcaldesa de Jerez, María José García-Pelayo (PP), se ha puesto al frente de un movimiento que sólo puede acabar en la pérdida de inversiones y puestos de trabajo. Ha declarado su apoyo a los empleados de las grandes superficies frente a la apertura de los grandes comercios los domingos y festivos. Es más, ha confirmado su lucha contra la libre apertura de las grandes superficies tras una reunión con la secretaria provincial de CCOO, Inmaculada Ortega, y representantes de este sindicato en la que ha confirmado su apoyo a los agentes sociales en su combate a esa apertura en festivos.

García-Pelayo, por otra parte, ha indicado una vía para combatir el desarrollo inversor y de empleo de los grandes comercios. Ha señalado que la libre apertura de las grandes tiendas se puede evitar solicitando "una ZGAT delimitada exclusivamente al centro histórico" de las ciudades. Se refiere a una zona de gran afluencia de turismo, pero que limite a las zonas exclusivamente del casco histórico.

García-Pelayo aseguró a CCOO, además, que su Ayuntamiento mantendrá el recurso judicial contra la actual declaración de la ZGAT, mucho más abierto. Y no dudó en subrayar que peleará para que el Gobierno de Sánchez modifique la ley nacional para que las mencionadas ZGAT no salten de los núcleos más estrictamente históricos.

Y quizá a García-Pelayo no le cueste tanto convencer a Sánchez porque la política del PSOE con respecto al comercio puede ser calificada de surrealista. Hace menos de dos años, un documento del partido definió de la siguiente manera sus prioridades en materia de comercio: mientras el mercado se globaliza, la producción se especializa y las redes logísticas se pelean por los mercados internacionales, un documento del PSOE diseñaba la España del progreso del presidente Sánchez y sus aliados progresistas.

Una España con vuelta a la compra de melones en el campo, con tiendas de pueblo con productos limitados, mercadillos artesanos y rastros. El PSOE presentó en el Congreso de los Diputados su documento oficial con lo que consideraba que debía formar parte de la estrategia de futuro del comercio español. Un futuro sin Amazon y sin grandes superficies y es que, parte de la compra, los socialistas quieren que la hagamos directamente en el campo. A pie de plantación.

El documento mostraba la pena socialista por el hecho de que "a lo largo de las últimas décadas, se ha podido percibir que el formato comercial tradicional ha sido reemplazado por el modelo de la gran distribución, distanciando a los productores de los consumidores".

El PSOE se refería de este modo al hecho de que una familia pueda acudir con un coche a una gran superficie y hacer una compra semanal sin tener que comprar las sandías en el campo y las galletas poco menos que en el economato. "Esta desconexión", señalaban los socialistas, "ha hecho que los consumidores conozcan cada vez menos el origen de los alimentos". "En el otro lado de la balanza, los productores, en particular los de pequeña escala, han visto el valor añadido de los alimentos capturados por las grandes empresas agroalimentarias, procesadoras, minoristas y otros intermediarios", aseguraban desde el PSOE.

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