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Las cuatro calamidades económicas de esta semana que sí deberían hacer reflexionar a Sánchez

En la semana de meditación de Sánchez han salido a la luz una serie de datos preocupantes sobre la economía española.

En la semana de meditación de Sánchez han salido a la luz una serie de datos preocupantes sobre la economía española.
Pedro Sánchez | Europa Press

El (todavía) presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está reflexionando. El líder del PSOE, al que The Economist ha bautizado como drama king, ha dado esta semana un golpe político inédito en España. El desprestigio internacional que ha generado el show de Sánchez tampoco tiene precedentes.

Sánchez ha anunciado por carta que se ha dado de plazo hasta el lunes para decidir si continúa o no al frente del Ejecutivo. Cinco días durante los que el socialista se responderá "a la pregunta de si merece la pena" seguir en el cargo "pese al fango en el que la derecha y la ultraderecha pretenden convertir la política", y la vida, de "un hombre profundamente enamorado" de su mujer.

Aunque es difícil vaticinar cuáles serán los verdaderos planes de Sánchez ante este insólito movimiento, lo que sí el posible anticipar son los motivos que no van a ser motivo de preocupación durante este periodo meditación, aunque debieran. Se trata de una serie de datos sobre la economía española que han salido a la luz esta semana y que ponen de manifiesto la alarmante situación en la que está sumido el país gracias a muchas de las políticas de las que él es responsable. Son los siguientes:

1- Los impuestos que paga la clase media

Aunque el relato del ala económica del Gobierno es que en España se pagan pocos impuestos (sobre todo, la clase media), por lo que habría margen de equiparación con Europa, los datos demuestran lo contrario. La OCDE ha sido el último organismo en demostrar que el IRPF y cotizaciones absorben el 40,2% del salario bruto en España, una cuantía que está muy por encima de la media de los países desarrollados (34,8%).

Son muchos los organismos que vienen denunciando esta situación, aunque el Gobierno pretende ocultarla con el eterno debate de que las cotizaciones sociales no forman parte del salario real del trabajador.

2- El gasto en pensiones

El gasto en pensiones continúa su escalada sistemática. El pasado mes de abril, las arcas del Estado abonaron el récord de 12.710 millones de euros, un 6,2% más que en igual mes de 2023. Nunca antes se había gastado tanto en pensiones en un mes.

Que cada vez haya más jubilados (por el aumento de la esperanza de vida) y que los que entran en el sistema cada vez cobran más (han cotizado más) son algunos de los motivos que explican esta escalada en el gasto, pero no son los únicos.

Y es que, el Gobierno de Pedro Sánchez, con Escrivá a la cabeza, ha planeado reformar el sistema de pensiones sin reducir en ningún momento el gasto y encomendándose sólo a subir los impuestos a los trabajadores vía cotizaciones sociales. Sin embargo, ese aumento de los impuestos al trabajo no será suficiente para cuadrar las cuentas del sistema, como también le ha afeado recientemente Bruselas al Gobierno.

3- Deuda pública

Esta semana hemos conocido uno de los peores datos macro de lo que llevamos de año: la deuda pública. Esta cifra debería preocuparnos porque el Gobierno ha desbocado los números rojos del Estado hasta niveles nunca vistos.

Así, el pasado mes de febrero la deuda que todos los españoles soportamos sobre nuestras espaldas rompió la barrera de los 1,6 billones de euros, casi 20.000 millones de euros más que el mes anterior.

Que España esté más endeudada de lo que es capaz de producir es un auténtico drama para nuestra economía: genera inflación, pone en riesgo la solvencia del país y deja una herencia envenenada a las generaciones futuras, que tendrán que pagar con más subidas de impuestos la espiral de endeudamiento del Gobierno.

Desde que Sánchez llegara a la Moncloa, el incremento de la deuda pública ha sido feroz: se ha disparado en más de 400.000 millones de euros. Detrás de esta realidad, se esconde la adicción del Gobierno al déficit y a financiar un gasto público récord e imposible de asumir por la economía productiva.

4- Debacle laboral

La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre del año ha arrojado unos preocupantes resultados sobre el mercado laboral español. Y es que, la mayoría de los indicadores empeoran. Por ejemplo, la ocupación se hunde más de lo habitual debido a que se destruyen 139.700 empleos respecto al trimestre anterior, todo un récord desde 2014 exceptuando el periodo de la pandemia.

Por el lado del paro también hay malas noticias: el número desempleados se dispara en 117.000 personas y la tasa de paro sube hasta el 12,3%. A su vez, la población activa descendió en 22.700 personas, lo que hace que el aumento del paro sea menor que la destrucción de empleo.

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