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José María Rotellar

Madrid frena el paro de España

Es esencial que Madrid siga con impuestos bajos y reformas profundas, sin olvidar la necesidad de reducir el gasto ante cualquier coyuntura económica.

Es esencial que Madrid siga con impuestos bajos y reformas profundas, sin olvidar la necesidad de reducir el gasto ante cualquier coyuntura económica.
La presidente de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso | EUROPA PRESS

Las políticas económicas de la Comunidad de Madrid están basadas, desde hace veinte años, en impuestos bajos, estabilidad presupuestaria, control del gasto y reformas económicas profundas que liberalicen la economía; política económica seguida especialmente en el período 2003-2015, pero encontrando continuidad en la tendencia, en términos generales, desde 2015 hasta la actualidad. Eso hace que la renta disponible que queda en manos de los contribuyentes es mayor que el en conjunto nacional, para así poder decidir qué hacer con ello: consumir, ahorrar o invertir.

Del mismo modo, las empresas encuentran en Madrid un clima favorable para llevar a cabo sus proyectos, para invertir, para desarrollarse, para crecer. En el margen de sus competencias, Madrid remueve obstáculos y elimina trabas para que sea más sencillo crear actividad productiva en la región, como motor económico del conjunto de España.

Y a partir de la generación de un mayor nivel de actividad económica, se produce una mayor creación de empleo, un comportamiento más dinámico del mercado de trabajo, tal y como se puede comprobar en la última EPA publicada hace unos días, de la que ya hablamos en Libre Mercado. En ella, se producía una fuerte destrucción de empleo en el conjunto nacional, al tiempo que aumentaba el número de parados y descendía el número de activos, en claro desánimo por empeoramiento de expectativas.

Sin embargo, dentro de esos malos datos nacionales, sobresalía la Comunidad de Madrid en sentido contrario. Así, la región madrileña lideraba la creación de empleo, con 44.700 nuevos puestos de trabajo, mientras en el conjunto nacional se destruían, desgraciadamente, casi 140.000 empleos.

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De la misma manera, mientras en Madrid el paro bajaba en ese trimestre en 14.100 personas, en el conjunto de España aumentaba en 117.000 parados.

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Y mientras Madrid se afianzaba como región refugio del empleo, con 30.600 nuevos activos, personas que se incorporan al mercado de trabajo con la ilusión de encontrar un empleo, el desánimo cundía en el resto de España, al perder 22.700 activos.

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Del mismo modo, hay una mayor empleabilidad entre los jóvenes en Madrid, donde la tasa de paro juvenil es del 18,68%, más cercana de la media de la UE, mientras que la del conjunto nacional es del 27,7%.

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Todo ello nos lleva a que la Comunidad de Madrid haya logrado romper la barrera de los dos dígitos y sitúe su tasa de paro en el 9,19% frente al 12,29% de la media nacional.

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Pero es más, ese mejor comportamiento de Madrid hace que la tasa de paro nacional no sea más alta. Si eliminásemos del cómputo nacional los parados y los activos de Madrid, la tasa de paro nacional sin ese freno que ejerce Madrid aumentaría casi seis décimas y crecería hasta el 12,86%.

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Una vez más, hay que reiterar que no hay una única política económica posible. Hay una, intervencionista, basada en una mayor intromisión en la economía, gasto público creciente, déficit alto, deuda elevada y subida de impuestos, además de una ausencia total de reformas. La otra, liberal, basada en la austeridad y reducción del gasto, la estabilidad presupuestaria, la reducción ordenada y selectiva de impuestos y la eliminación de trabas que libera renta para la economía productiva, genera un marco de confianza y credibilidad y dinamiza la actividad económica y el empleo.

Es legítimo optar por una o por otra, pero sabiendo siempre que cada una de ellas dará diferentes resultados, porque distintas políticas dan distintos resultados. Así, desde el punto de vista regional, nos encontramos con unas regiones, que Cataluña, o Valencia y Andalucía en la época socialista optaron por la política intervencionista, frente a Madrid, que optó por una política liberal.

Distintas políticas dan distintos resultados, como vemos también en materia de empleo, donde los mejores registros de Madrid frenan el deterioro del conjunto nacional provocado por la política intervencionista del Gobierno socialista. Por eso es esencial que Madrid siga en ese camino de impuestos bajos y reformas profundas, sin olvidar la necesidad de reducir de manera importante el gasto para estar mejor preparada ante cualquier coyuntura económica. En próximos ejercicios, debe reducir el gasto para poder mantener la buena posición que ha desempeñado hasta ahora, como muestran estos datos de empleo.

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