Que intervenir el mercado de la vivienda es útil para bajar los precios es una de las mentiras más descaradas de los últimos tiempos. ¿Por qué? Porque poner trabas al propietario o dificultar el negocio inmobiliario solo sirve para contraer la oferta de vivienda (para sacar inmuebles del mercado). Justo lo contrario de lo que necesita el mercado nacional.
Ahora, que ha cumplido un año desde que el Gobierno de PSOE y Podemos aprobaran la primera Ley de Vivienda de España podemos constatar que los resultados han sido catastróficos.
Las líneas maestras de esta norma consistían en arrebatarle a los caseros el derecho a alquilar sus propiedades como consideren oportuno, facilitaba la okupación ya que ponía muchas mas trabas a los desahucios, intervenía los precios de los alquileres y subía todavía más los impuestos a los dueños de los pisos. Esto ha provocado que la oferta de vivienda en alquiler haya caído a mínimos y el precio haya subido a máximos, según los portales inmobiliarios.
No es ningún secreto que alquilar a un precio razonable es una odisea en las principales ciudades españolas. El proceso de búsqueda de un piso se ha convertido en todo un casting para los candidatos a inquilinos, que son muchos, frente a los propietarios, que son pocos y tienen mucho más poder de negociación. Ante este panorama, ¿qué exigen los socios de Sánchez? Pues más ideas liberticidas, como la prohibición de la compra de pisos a extranjeros, impuesto "a la especulación", contratos de alquiler infinitos... En definitiva, más intervención para acabar de rematar al sector.