La patronal de la pequeña y mediana empresa, Cepyme, ha dado a conocer este miércoles en su Asamblea General un Manifiesto de la pyme por la libertad de empresa durísimo con las políticas liberticidas del Ejecutivo de Pedro Sánchez.
En su discurso ante los empresarios, el presidente de la patronal, Gerardo Cuerva, ha alertado contra las "tesis comunistas" que, a su juicio, se quieren imponer desde el Gobierno, y ha avisado de que "el asalto a la representatividad empresarial y el intento de deslegitimar lo que somos, junto con la demolición del diálogo social y la negociación colectiva, no son hechos aislados".
"Forman en realidad parte de una estrategia más amplia que impugna el modelo de libre mercado con un amplio estado del bienestar que nos dimos en el 78", ha señalado Cuerva en un acto con un tono muy duro contra el Ejecutivo y centrado en la reducción de la jornada laboral que promueve la vicepresidenta y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz.
Pequeños empresarios procedentes de diferentes partes de España han dado lectura pública al Manifiesto de la pyme por la libertad de empresa, aprobado previamente por los órganos de gobierno de esta patronal. En él, las empresas dicen "basta ya a la injerencia del Gobierno en la empresa" ante la aprobación en los últimos años de "medidas intervencionistas que menoscaban la flexibilidad y el buen funcionamiento de las compañías".
La patronal de la pequeña empresa pide "salvaguardar la libertad de empresa en España" y alerta de "la sobrerregulación y el excesivo control que se está imponiendo sobre la empresa, la política continuada de aumento de costes y cargas burocráticas, fiscales y sociales se combina con un discurso estigmatizador y un cambio de cultura que se está procurando sobre la figura del empresario basada en la persecución de los beneficios, la rentabilidad y el éxito en los negocios".
"Ante esta situación, las empresas españolas han de realizar una defensa activa", apuntan, lamentando "el hostigamiento hacia la actividad empresarial", que "supone un serio deterioro del clima empresarial de nuestro país con preocupantes consecuencias en el futuro". "La libertad económica es inherente al crecimiento y al desarrollo, y la libertad de empresa está garantizada en la Constitución española. La aprobación de reformas por parte del Gobierno que intervienen en el funcionamiento de la empresa y hurtan la flexibilidad necesaria para su desarrollo debe cesar", señalan.
Sobre el Ejecutivo, apuntan entre otras cosas que ha actuado unilateralmente, mediante la imposición coercitiva, ignorando y menospreciando el diálogo social, la interlocución entre trabajadores y empresarios que durante cinco décadas han remado juntos por la eficacia y el consenso". Supone, añaden, "un retroceso hacia fórmulas pretéritas e ineficaces.
"Hartos" de "ataques" a la empresa
En su discurso, Cuerva ha avisado de "la situación de ataque que estamos sufriendo, porque es injusta, porque lesiona nuestros legítimos derechos amparados en la Constitución y porque es objetivamente mala para nuestro país".
"Ante vosotros, en esta Asamblea, yo también me declaro harto; por eso denuncio la situación de ataque que estamos sufriendo", ha añadido el también vicepresidente de CEOE, quien ha acusado al Ejecutivo de ningunear las miles de mesas de diálogo social abiertas en toda España entre representantes empresariales y sindicales.
"Las ningunea un Ministerio de Trabajo que pretende imponer sus trasnochadas tesis de control público de los medios de producción y de planificación económica, en la que la mayoría de los ciudadanos dependen directamente de los presupuestos del Estado", ha insistido Cuerva, que defendió que hay sectores que ahora mismo no pueden reducir más la jornada laboral.
"¿Cómo es posible que cuando la jornada en España se ha reducido en 20 años de 40,4 a 38,3 horas de media, haya sectores, como el comercio, en el que el 95% de sus empleados está por encima de las 39,5 horas? ¿Es que los representantes sindicales de ese sector, en las decenas de mesas de negociación de toda España, son menos competentes, menos aguerridos o menos convincentes que sus colegas del sector de la construcción, por ejemplo, cuya jornada media está en 38,5 horas?".
"No, sencillamente las condiciones de esas empresas y esos territorios no han permitido la reducción, y los representantes de los trabajadores lo saben y por eso pactan, mientras que en otros sectores o lugares ya ha sido posible de manera natural", ha resuelto Cuerva.
Al respecto, ha anticipado que "obviar esa realidad, testada a pie de obra, y sustituirla por una cifra no justificada por ninguna memoria o estudio pero que queda bien en un titular es, además de una imposición, una medida que tendrá graves consecuencias para miles de empresas".