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Las normas para la transición energética tienen un claro ganador: China. Y también perdedores: las grandes compañías europeas y japonesas

¿La norma más absurda de la historia? El día en el que Europa decidió cargarse su industria del automóvil

Las normas para la transición energética tienen un claro ganador: China. Y también perdedores: las grandes compañías europeas y japonesas

A la industria europea no le va demasiado bien últimamente. Y al decir últimamente, hablamos de cuatro o cinco décadas. Sí, desde los años 80, como mínimo, el sector pierde peso y relevancia a nivel mundial. Es cierto que es una queja que podríamos encontrar en otras regiones avanzadas (como EEUU o Japón), pero en el Viejo Continente la decadencia es más profunda y preocupante.

De hecho, si hace diez-quince años hubiéramos preguntado a algún analista por algún sector industrial en el que Europa mantuviese el liderazgo a nivel mundial, probablemente nos habría dicho que el ejemplo más importante era el del automóvil. Y sí, es cierto que las grandes empresas europeas del sector dominaban la industria. Con todo lo que eso implica: grandes fábricas manufactureras, empleo masculino no universitario, sueldos y condiciones mejores que en otros sectores, compañías resistentes a momentos de baja demanda o crisis, etc...

BMW, Mercedes, Renault, Peugeot, Fiat, Seat, Skoda, Volvo, Volkswagen, Audi... Y podríamos seguir. La lista de grandes marcas es enorme. No sólo es que fueran líderes, es que en muchas ocasiones lideraban consorcios internacionales, realizaban compras en otros continentes, exportaban. El sector del automóvil aportaba lo que siempre decimos que le falta a Europa. Esta semana, en La Pizarra de Domingo Soriano, analizamos su pasado, presente y futuro.

Pues bien, por alguno de esos motivos que los historiadores del futuro se preguntarán a quién se le ocurrió, hace unos años los gobiernos europeos y a los responsables de la UE decidieron que debían atacar esta industria. Y comenzaron a aprobar normas que impulsaban la transición del coche de combustión (complejo, difícil de imitar, con una enorme cantidad de tecnología muy complicada de desarrollar de cero... es decir, con enormes ventajas competitivas para los ya establecidos) hacia el coche eléctrico. El problema es que con las baterías todas esas ventajas de las que disfrutaban los gigantes europeos... desaparecen. No hay más que ver cómo son los recién llegados (Tesla y un puñado de marcas chinas) los que se están quedando con el mercado. Cada año, la cuota de mercado del coche eléctrico es más alta; y cada año, en la lista de los principales fabricantes del mundo de este tipo de vehículos se cuelan más fabricantes del país asiático (junto a Tesla, que tampoco es europea. ¿Tiro en el pie? ¿Absurdo? ¿Inevitable para luchar contra el cambio climático. Cada uno tendrá su respuesta. Por ahora, lo único que pueden hacer Nuria Richart y Domingo Soriano es mostrarnos las cifras. ¿De verdad vamos a abandonar los coches de combustión en 2035? Pues nos han dicho que sí, que será obligatorio. Y los chinos, aplaudiendo a rabiar.

Episodios de La Pizarra dedicados al coche eléctrico:

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