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La turismofobia se agrava en Barcelona: disparan a turistas con pistolas de agua y precintan restaurantes

Manifestantes han increpado a turistas que estaban sentados en terrazas de Barcelona y también les han mojado con pistolas de agua.

Manifestantes han increpado a turistas que estaban sentados en terrazas de Barcelona y también les han mojado con pistolas de agua.
Manifestante precintando un hotel en Barcelona | EFE

La turismofobia se recrudece en Barcelona. El pasado fin de semana, la Ciudad Condal sufrió una descontrolada manifestación contra el turismo en la que sus protagonistas llegaron a acosar a turistas y precintar locales de restauración.

Bajo el lema "Prou! Posem límits al turisme" (Basta! Pongamos límites al turismo), en la tarde del pasado sábado, un grupo de radicales clamó por el "decrecimiento turístico, ya", el lema de la cabeza de la manifestación.

Los manifestantes, que pertenecen a asociaciones ecologistas, vecinales o sindicatos, también enarbolaban pancartas contra la ampliación del aeropuerto y con eslóganes como "Tourist go home" (turistas fuera), "Vecinos en peligro de extinción" o "Collboni, que et voti Louis Vuitton" (Collboni, que te vote Louis Vuitton).

En su recorrido hacia la Barceloneta, algunos manifestantes han increpado a turistas que estaban sentados en terrazas de la zona y también les han mojado con pistolas de agua. Según la Guardia Urbana, unas 2.800 personas participaron en estas deleznables movilizaciones.


Estos antituristas exigen en su manifiesto medidas tan absurdas y liberticidas como la "prohibición de los puestos de degustación en los mercados municipales" o la "regulación o prohibición, en su caso, de las licencias de establecimientos y servicios destinados al turismo, y las terrazas de bares y restaurantes".

Entre sus 13 reivindicaciones, también sorprende la exigencia de "una política pública dirigida a satisfacer las necesidades de descanso, ocio y recreo de la mayoría de la población local, en un marco de proximidad geográfica y en relación con el asociacionismo y la economía social y solidaria" o el "abandono de la promoción pública del turismo".

A pesar de las críticas a Collboni de los radicales, cabe recordar que el alcalde tomó la semana pasada otra delirante propuesta turimofóbica: suspender las licencias para abrir nuevas tiendas cannábicas, de accesorios de móviles y de manicura en el distrito de Ciudad Vieja, así como en La Rambla. Esta medida, que entrará en vigor por un año y puede ser prorrogada por otro año más, busca evitar lo que ellos denominan "monocultivo" comercial orientado al turismo y proteger el comercio local de proximidad.

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