Javier Milei ha empezado a desgranar las líneas generales de los presupuestos del gobierno de Argentina para el año 2025. Pese a la precaria situación fiscal heredada por el mandatario liberal, sus planes para el próximo ejercicio incluyen la derogación del llamado "Impuesto País", que dejará de figurar entre los gravámenes aplicados por el Ejecutivo y quedará derogado.
Este tributo fue introducido en 2019 por el gobierno de Alberto Fernández, que lo aprobó en una Ley Ómnibus similar a las que ahora ha empleado Javier Milei para introducir decenas de medidas de desregulación, despertando con ello las críticas de la misma bancada peronista que empleó la misma técnica para aprobar el "Impuesto País" e introducir asimismo una batería de medidas intervencionistas que exacerbaron la falta de libertad económica en el país del Cono Sur.
Aunque se lo denomina "Impuesto País", su nombre al completo es el de Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria, de donde se deriva su acrónimo oficial de "Impuesto PAIS", si bien buena parte de los ciudadanos y los medios emplean directamente la denominación de "Impuesto País" para referirse a dicha figura recaudatoria.
Este gravamen alcanza el 30% y se aplica sobre el valor de ciertas operaciones denominadas en divisa extranjera, como la compra de dólares, los gastos con tarjetas de crédito o débito realizados en moneda foránea o los servicios turísticos en el exterior.
En la práctica, se paga un 7,5% cuando se contratan servicios de transporte para la importación de bienes a Argentina a través de operaciones denominadas en monedas diferentes al peso, un 8% cuando se contratan plataformas internacionales de retransmisión de películas o música como Netflix o Spotify, un 25% cuando se contratan servicios foráneos de mensajería, seguros o informática y un 30% cuando se compra divisa extranjera para ahorro o se emplean tarjetas de crédito o débito para compras denominadas en dólares, euros, etc.
Los planes de Caputo
Este gravamen, uno de los "impuestos estrella" del peronismo, quedará totalmente eliminado en 2025, cuando entre en vigor el proyecto de presupuestos presentado en los últimos días por el ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, quien se ha mostrado comprometido con el mantenimiento del superávit fiscal a lo largo de los próximos tres años y medio de legislatura.
El gobierno tiene previsto reducir la presión fiscal por un monto equivalente al 0,45% del PIB. El "Impuesto País" tiene un coste equivalente al 1,13% del Producto Interior Bruto, pero el descenso recaudatorio proyectado para 2025 será más moderado porque el rebote de la actividad elevará los ingresos fiscales, financiando así la eliminación del gravamen sin que ello requiera nuevas medidas de ajuste. En términos agregados, la presión fiscal pasará del 21,6% del PIB en 2024 al 21,16% en 2025.
Es importante recalcar, por otro lado, que el cuadro macro para 2024 contempla un descenso del 3,5% en la producción económica, muy por debajo de lo que anticipaban las voces más críticas con el nuevo gobierno argentino.