La apuesta de Isabel Díaz Ayuso por aumentar la oferta de vivienda y frenar de esa forma el encarecimiento de los precios de compra-venta y alquiler ha encontrado continuidad en las políticas municipales de algunas de las corporaciones más importantes de la región. En la capital del Reino, sin ir más lejos, se han puesto en marcha distintas operaciones urbanísticas que facilitarán la salida al mercado de 160.000 nuevas unidades.
Pero el shock de oferta no se limita a la Villa y Corte. De hecho, algunas de las transformaciones urbanísticas más prometedoras del momento tienen lugar en municipios cercanos a la capital, caso de Pozuelo, Alcorcón o Alcobendas, donde las autoridades locales han autorizado distintas operaciones que podrían sacar al mercado cerca de 100.000 viviendas más.
Alcorcón ha acelerado el desarrollo de Retamar de la Huerta. Dicha actuación, ubicada al norte de la localidad, permitirá crear un barrio completamente nuevo en el que podrán fijar su residencia 3.500 familias. Está prevista, asimismo, la construcción de zonas verdes anexas cuya superficie se situará por encima de las 30 hectáreas. Más ambicioso aún es el desarrollo de Ensanche Norte, donde se levantarán 20.000 pisos y casas.
También en Alcobendas se ha proyectado un gran desarrollo urbanístico, conocido como Valgrande. La primera etapa de dicha actuación, conocida como Los Carriles, tiene prevista la construcción de 8.600 viviendas.
En la misma línea, en Pozuelo de Alarcón está previsto el desbloqueo del proyecto ARPO, que lleva casi dos décadas en un cajón debido a la burocracia urbanística y los permisos otorgados por la Confederación Hidrográfica del Tajo. Ahora que ya se ha desbloqueado la situación, los 6 millones de metros cuadrados edificables que contempla esta actuación permitirán construir 5.500 viviendas y pisos.
El portal inmobiliario Idealista también apunta que están contempladas distintas actuaciones urbanísticas de calado en otros municipios como Rivas-Vaciamadrid, donde el proyecto Cristo de Rivas levantará 10.740 residencias, o Brunete, donde el barrio de Nuevo Brunete supondrá la construcción de 17.572 unidades. Por su parte, El Molar ha anunciado la construcción de 5.374 pisos y casas, mientras que Paracuellos del Jarama ha comunicado el levantamiento de 5.000. Majadahonda maneja una previsión de 3.710 nuevas viviendas en Arco de Poniente, mientras que San Sebastián de los Reyes espera sacar adelante 3.664 residencias en Cerro del Baile. Boadilla, con una promoción de 3.000 pisos y casas en Valenoso, o Villaviciosa de Odón, con las 2.709 unidades de Monte de la Villa, también avanzan en esta línea.
En total, estas operaciones urbanísticas están llamadas a generar 98.314 nuevos activos inmobiliarios en la región. A esta cifra se le pueden sumar las actuaciones que se están completando en el Ayuntamiento de Madrid y que van a generar 160.000 pisos y casas en la Villa y Corte. En total, hablamos de casi 260.000 desarrollos, solamente en base a los macroproyectos mencionados. Cifras mareantes que confirman la reactivación de la construcción impulsada a nivel regional por el gobierno de la popular Isabel Díaz Ayuso.
Ejemplos internacionales
En los últimos años, el encarecimiento de la vivienda apreciado en los precios de compra-venta y alquiler ha puesto de manifiesto el problema de sobrerregulación que afecta al sector. El mal funcionamiento de las medidas regulatorias que favorece la izquierda contrasta con el positivo bagaje de las políticas de oferta que se han adoptado en Argentina, donde el impacto de la libertad de precios introducida por el nuevo presidente liberal Javier Milei ha sido muy positivo en términos de viviendas disponibles y precios de arriendo.
Algo similar ha sucedido en Nueva Zelanda, donde ciudades como Auckland han apostado claramente por aumentar la oferta de vivienda, logrando de esta forma una progresiva caída de los precios. En la misma línea van las nuevas promociones impulsadas en Austin, Texas. La ciudad estadounidense, cuya población asciende a 2,4 millones de personas, está construyendo cerca de 50.000 nuevas unidades por ejercicio. La apuesta ha surtido efecto y, solamente en 2023, el alquiler se abarató un 7%.
También en Tokio se han dado facilidades para la construcción. Tras la burbuja inmobiliaria que sufrió el país nipón, las autoridades optaron por reequilibrar el mercado en base a políticas de oferta que han permitido la construcción de un promedio de 155.000 nuevas viviendas desde 1995 hasta 2015, lo que a su vez se ha traducido en un abaratamiento progresivo de los precios del sector.