Después de retrasar la decisión, tratar de colocar Talgo a grupos como el checo Skoda o tras reunirse en secreto con Criteria y Escribano, finalmente, el Gobierno de Sánchez ha decidido vetar la OPA del grupo húngaro Magyar Vagon sobre el 100% de Talgo.
El último movimiento, fue de acercamiento. Tras fracasar la tentativa con Escribano y La Caixa, el Gobierno envió una delegación a Hungría para explorar tanto el grupo Magyar Vagon como sus intenciones en Talgo.
Finalmente, este martes La Junta de Inversiones Extranjeras del Ministerio de Economía, Comercio y Empresa ha denegado la Oferta Pública de Adquisición (OPA) presentada por el grupo húngaro Magyar Vagon para hacerse con el 100% de Talgo, aludiendo a razones de seguridad nacional, según confirmaron a Europa Press en fuentes del Gobierno.
Según ha podido saber Libertad Digital, la opción húngara era la única viable, de momento para asumir los problemas de Talgo que han hecho que otras empresas hayan declinado contraopar a los húngaros.
El ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente ya anticipó el pasado mes de marzo que el Gobierno haría "todo lo posible" para frenar esta operación, por temores a los posibles vínculos de la empresa húngara con la Rusia de Putin y la extrema derecha.
El Gobierno ha justificado esta decisión señalando que el "pormenorizado análisis llevado a cabo ha determinado que la autorización de esta operación conllevaría riesgos insalvables para la seguridad nacional y el orden público. En este contexto, el Consejo de ministros ha declarado la información contenida en este expediente como clasificada."
En el mismo comunicado, al que ha tenido acceso Libre mercado, el Gobierno señala que, pese a oponerse a esta operación, "España mantiene como objetivo prioritario la atracción de inversión extranjera, sobre todo en aquellos sectores y proyectos clave para nuestra competitivdad y seguridad económica, de forma equilibrada y compatible con la protección de los intereses estratégicos o la seguridad nacional".
La verdadera razón que se esconde detrás de esta oposición es la propiedad del 45% del capital del consorcio húngaro en manos del fondo Corvinus, un fondo público controlador por Victor Orban, a quien se le relaciona con Vladimir Putin. De hecho, el directivo de Magyar Vagon, András Tombor, fue asesor del Gobierno húngaro que también lideró Orbán como primer ministro entre 1998 y 2002.
Además, el Gobierno dudaba de si las fábricas de Magyar Vagon en Hungría tenían la capacidad suficiente para resolver todos los problemas de producción que tiene Talgo. Por eso, recientemente, representantes del Ministerio de Punte han visitado esas instalaciones para ayudar a tomar una decisión.
Coincidiendo con el arranque de la rueda de prensa del Consejo de Ministros de este martes, y antes de ninguna confirmación pública por parte del Gobierno, la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV) ha decidido suspender la cotización de Talgo con efectos inmediatos, según recogen las agencias.
Su cotización abrió la jornada a un precio de 4,3 euros, con un comportamiento plano, pero a medida que se publicaban las informaciones relativas al veto del Gobierno, sus títulos comenzaron a caer repentinamente, hasta alcanzar los 4,26 euros, un 0,93% por debajo del cierre de la jornada anterior.
Por ello, al amparo del artículo 64 de la Ley 6/2023 de 17 de marzo de los Mercados de Valores y de los Servicios de Inversión, la CNMV ha decidido suspender la negociación de sus acciones en las bolsas de valores a las 12.36 de este martes.