Los españoles son menos ricos ahora de lo que lo eran en 2008.
Habrá quien piense que este titular ya lo ha visto antes, cuando se habla de los salarios bajos o la subida en el coste de la vida. Pero no nos referimos a eso. Las estadísticas sobre ingresos, precios o sueldos hablan de la renta. Cuánto ganamos ahora y cuánto ganábamos a comienzos de siglo.
Y sí, ahí también, lo que se ve es un preocupante estancamiento. De hecho, incluso en los últimos años, las cifras macro que el Gobierno exhibe con orgullo sobre el crecimiento del PIB tienen más que ver con un agregado que crece por el incremento de la población que porque esté subiendo el ingreso real del español medio.
Pero aquí no hablamos de eso. Al decir que el español medio es menos rico ahora que en 2008 nos referimos a su patrimonio, a sus posesiones, a lo que valen sus activos. En el día a día, hacemos más caso a lo que los economistas llaman variables flujo (como la renta) pero, en realidad, la prosperidad a medio plazo de una sociedad suele tener más que ver con las variables stock (patrimonio, acumulación de capital). Es verdad que unas (la renta) ayudan a construir las otras, pero incluso así, deberíamos tener más presente la riqueza patrimonial más a menudo.
Porque, además, ahí tenemos un elemento en el que España ha salido relativamente bien parada en la comparación en las últimas décadas. En términos de ingresos, el españolito medio siempre ha mirado a distancia a los vecinos europeos con los que se compara (franceses, alemanes, británicos, holandeses...) Pero en cuestión de riqueza, las cosas suelen estar más apretadas. Entre otras cosas por el elevado patrimonio inmobiliario que han acumulado las clases medias (y también bajas) españolas y que no es tan habitual en otros países de la UE.
Por eso, la estadística que citamos al comienzo de este artículo sí debería preocuparnos. En una semana en la que la riqueza y los símbolos externos de la misma (ejemplificados en el ya famoso "Lamborghini" de Sánchez) han vuelto a ser actualidad, quizás el presidente debería estar más pendiente de lo que le ha pasado en las últimas dos décadas al español medio que a las pocas decenas de personas que se han comprado algún modelo del famoso fabricante italiano.
Las cifras
Tomaremos datos de las dos bases de datos que utilizábamos el otro día para comprobar cómo era la riqueza de los millonarios españoles [Resumen: en España hay pocos millonarios y su patrimonio es más bien bajo en comparación con el patrimonio de los millonarios de los grandes países de la UE].
En primer lugar, miramos lo que nos dice el Global Wealth Report 2024 de UBS (antes Credit Suisse):
- La primera década del siglo (con la buena evolución, en general, de los mercados financieros y el incremento en el precio de los activos inmobiliarios) fue positiva para la riqueza media de los habitantes de los países más avanzados
- Sin embargo, la crisis de 2007-2010 fue devastadora y en casi todos los países el patrimonio neto medio cayó con fuerza en aquellos años. A partir de 2010, se ha producido un proceso de recuperación y ahora mismo en casi todos los países analizados la riqueza media es superior a la de 2010.
- Sólo hay cuatro países (de los más de 30 analizados) en los que el patrimonio medio siga a finales de 2023 por debajo del que tenían en 2010: Japón, Italia, Grecia y España. Es verdad que en el caso de España casi hemos recuperado aquel nivel, pero seguimos ligeramente por debajo y ya ha pasado una década y media desde la crisis.
- ¿Razones? El informe no entra en esta cuestión, aunque podemos anticipar que el desplome del mercado inmobiliario entre 2008 y 2012 arrasó con el patrimonio del español medio. Como, además, el mercado bursátil español no ha sido el que mejor lo ha hecho en las últimas décadas, probablemente esto no ha ayudado en mejorar la estadística de riqueza.
- Y no sólo es la media. Alguien podría pensar que la media cae porque lo hacen los patrimonios de la parte superior de la distribución. Y si ese alguien es como el presidente del Gobierno, estaría feliz en este caso. Pero también ha caído la riqueza mediana (es decir, la riqueza del español que se sitúa exactamente en mitad de la hipotética fila que nos ordenaría, comenzando por Amancio Ortega y terminando por el más pobre de nuestros conciudadanos). El informe de UBS recalca que en Italia y España el patrimonio mediano "ha caído desde 2008" y la riqueza está ahora "más concentrada" que en aquel año.
Todo esto quiere decir que los ricos españoles no lo han hecho especialmente bien esta última década y media; pero el españolito medio lo ha hecho todavía peor en cuestión de acumulación patrimonial. Y nosotros hablando de Lamborghinis...
Desigualdad
Si miramos la otra base de datos que se suele usar para comparar estas ratios, la recogida en el proyecto World Inequality Database (WID) de Thomas Picketty o Gabriel Zucman, los datos son muy parecidos (tomamos el intervalo 2007-2022; es decir, comenzamos justo antes de la crisis y hasta el último dato que ofrece esta web):
- Riqueza media del top 10% más rico: en 2007, 874.848 euros; en 2022, 806.816 euros
- Riqueza media en España: en 2007, 157.690 euros; en 2022, 142.575 euros
- Riqueza media del percentil 50 (los españoles situados justo a la mitad de esa fila que nos ordena a todos en función del patrimonio): en 2007, 79.936 euros; en 2022, 62.841 euros
Como vemos, nadie lo ha hecho bien. Ni los ricos ni los no tan ricos. Así, el top 10% ha visto cómo el valor de su patrimonio caía en un 7,8%. Mientras, la riqueza media en nuestro país descendía en un 9,6%. Y el patrimonio del español que se sitúa en la mediana se dejaba un 21,4% de su valor.
Todos han sufrido caídas de su riqueza en la última década y media. Esto sí debería preocuparnos. Porque, como vemos, no es que los ricos se lo estén quedando todo. De hecho, si su parte de la riqueza total ha subido ligeramente no se debe a que estén acumulando activos que se disparan de valor. Simplemente, han caído un poco menos que la media. No creemos que en su Lamborghini (o en el coche que tenga cada uno de ellos) este mal de muchos les consuele demasiado.