Mientras la ministra de Trabajo trata de vender a bombo y platillo el nuevo real decreto que profundiza en la regulación del servicio doméstico, la patronal del sector alerta de las terribles consecuencias que, una vez más, este tipo de políticas pueden tener en el empleo. "Si esto no va unido a otras medidas que incentiven la contratación, va a haber otra caída. Y esto no es que sea un pronósitco, es que es lo que ha pasado en los últimos años: aprueban una medida y caen las contrataciones", advierte Ana Garrido, presidenta de la Asociación Española de Servicios Personales y Domésticos (AEPD).
Tal y como recuerda, mientras Yolanda Díaz presume de su gestión, la realidad es que "los datos de afiliación son los más bajos desde 2012", con apenas 367.000 empleados en el sector. "Se ha reducido muchísimo a pesar de que es evidente que las necesidades son cada vez mayores y que cada vez hay más contrataciones -apunta en referencia al envejecimiento de la población-, lo que pasa es que nosotros estimamos que más del 80% de los servicios se dan a través de la economía sumergida", lamenta.
A su juicio, la culpa de esta situación es claramente de una sobrerregulación que no solo ha elevado los costes, sino que también complica la burocracia, como sucede con el nuevo real decreto, que hasta exige una evaluación de la vivienda: "Y quiero pensar que su intención es que todas las empleadas del hogar ganen en derechos, pero la realidad es que los están perdiendo. Incluso te diría que ahora mismo las trabajadoras del hogar son muy conscientes de esta situación, porque en un primer momento cualquier anuncio era recibido con alegría, pero ahora mismo se toma con recelo, porque saben que todas las mejoras que han ido apareciendo han llevado como contrapartida menos contrataciones en la economía formal".
Las medidas que reclaman
Así, Garrido insiste en que "aunque es evidente que hay que equiparar su trabajo al del cualquier trabajador, todo eso tiene que ir de la mano de un mayor apoyo a las familias: un apoyo financiero, en forma de subvenciones en el IRPF, pero también, por ejemplo, a través de la conciliación en las empresas". En este sentido, la patronal del servicio doméstico insta a mirar lo que sucede en otros países de nuestro entorno, donde los derechos de las empleadas del hogar van acompañados de beneficios fiscales y de un "cheque servicio".
"De la misma manera que está funcionando el cheque restaurante o el cheque guardería, también existe un cheque servicio para contratar a alguien que pueda cuidar de mis hijos o de mis padres o que haga las tareas del hogar. Es decir, esto también puede ser una forma interesante de pago: para la empresa es rentable, porque tiene una serie de deducciones y, al mismo, tiempo facilita las cosas a las familias y reduce significativamente el absentismo de ciertos colectivos que tienen cargas familiares", explica Garrido, poniendo como ejemplo lo que sucede en Francia, Bélgica o los países nórdicos. "Lógicamente, en cada sitio funciona de una manera, pero en otros países se está caminando en esta dirección para favorecer que todo esto no se vaya a la economía sumergida", insiste.
Junto a este tipo de medidas, la AESPD también aboga por simplificar la burocracia, algo que choca de lleno con el real decreto aprobado por el Gobierno este mismo martes y que incluye desde reconocimientos médicos hasta una evaluación de la vivienda a través de una herramienta online. "Es evidente que esto ha de ser accesible y ha de comunicarse muy bien a las familias, porque ellas no tienen ni un departamento de Recursos Humanos ni gente que se lo haga. Es más, muchas de ellas son personas de cierta edad que ni siquiera tienen por qué estar formados en esta línea y, por tanto, esto supone una traba más, y cuantas más trabas pongamos, menos contrataciones va a haber".
Por otro lado, Garrido insiste en que las circunstancias de los empleadores son muy diversas: "La mayoría de las que se están dando son para suplir toda la ayuda a domicilio que no se puede tener por las vías de la Ley de Dependencia, pero… ¿Qué pasa con todas aquellas personas que quieren solo 2 horas a la semana? Pues que la burocracia que hay detrás, desincentiva ese contrato por la vía formal".
Con todo, la patronal lamenta que la ministra de Trabajo ni siquiera se haya reunido con ellos para escuchar sus peticiones. "Nos hemos reunido en alguna otra ocasión, pero en esta no. Y le hemos hecho llegar nuestras consideraciones, pero mucho nos tememos que no las ha tenido en cuenta. Aun así, siempre decimos lo mismo: esto no puede ser una carga para las familias, sin una facilidad para hacerlo bien", resume.