La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha cerrado este viernes el acuerdo de libre comercio con los países de Mercosur después de 25 años de negociaciones. Sin embargo, todavía queda un largo camino para la ratificación de este acuerdo que incluso podría naufragar si Francia, el principal opositor, consigue una mayoría de bloqueo. Y la clave de todo podría estar en manos de Italia.
El nuevo marco permitirá, según las cuentas de Bruselas, ahorrar a las empresas europeas unos 4.000 millones de euros en aranceles cada año, lo que, a su vez, debería traducirse en una reducción del precio de la cesta de la compra. Sin embargo, el sector agrícola está radicalmente en contra porque, según afirman, los productores de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia no están en condiciones de cumplir las mismas exigencias medioambientales que la UE exige a los agricultores y ganaderos europeos.
Con este panorama, el acuerdo ya está firmado entre los negociadores, pero todavía tiene que ser ratificado por ambas partes. En el lado europeo, lo más probable es que Bruselas trocee el tratado para salvar las votaciones. De este modo, la parte comercial tiene más probabilidades de ser adoptada por mayoría cualificada de los Veintisiete. También tendrá que ser ratificado por el Parlamento Europeo, pero esquivará la votación en los 27 parlamentos nacionales si se confirma que el marco comercial irá por separado. Y todo esto supondrá un periodo de varios meses, siempre y cuando, Francia no consiga tumbarlo.
Francia busca el veto
Francia, que ya ha sido muy combativa con la eliminación de aranceles de Ucrania, no está dispuesta a que Mercosur inunde el mercado de toneladas de carne de bovino, pollo y azúcar. Por ese motivo, han sido tajantes en su rechazo categórico al nuevo acuerdo y está buscando socios suficientes como para activar un mecanismo de veto que impida la aprobación de este acuerdo.
Para lograrlo, necesitaría un bloque de al menos tres países que representen más del 35% de la población de la UE. Por el momento, Polonia, Irlanda, Países Bajos y Austria también están en contra del acuerdo, aunque están abiertos a cambiar de opinión si se aprueban medidas o subvenciones para "compensar" el impacto en los sectores estratégicos.
Distintas fuentes europeas consultadas por Europa Press señalan que, con la calculadora en la mano, Francia no suma aún los apoyos suficientes para contar con una minoría de bloqueo, aunque sí podría lograrlo si convence a Italia, aún dubitativa.
Italia no firmará el acuerdo actual
Por el momento, el Gobierno italiano ha advertido de que no firmará el acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Mercosur a menos que incluya mayores garantías para los agricultores europeos, según han confirmado a EFE fuentes del gabinete de la primera ministra, Giorgia Meloni.
"Confirmando que la profundización de las relaciones con los países del Mercosur debe seguir siendo una prioridad estratégica, en términos políticos, económicos e industriales, tanto para la UE como para Italia, el Gobierno italiano considera que no hay condiciones para firmar el texto actual", ha señalado el Ejecutivo italiano.