La UE obliga a los fabricantes de coches a reducir las emisiones de carbono de los vehículos bajo la amenaza de multas. Como los objetivos son muy difíciles de cumplir, varias empresas han planteado la creación de un fondo de emisiones común al que se oponen compañías como Renault, porque, argumentan, podría debilitar la competitividad del sector.
La normativa CAFE
Desde este pasado 1 de enero, la normativa CAFE (Emisiones de Combustible Medias Corporativas, por sus siglas en inglés) establece que las emisiones de dióxido de carbono bajarán a 93,6 g/km en los coches vendidos en los 27 países de la UE. Este límite se reducirá más adelante hasta los 49,5 gramos de CO2 por kilómetro para implementar la prohibición de las ventas de vehículos de combustión para 2035.
Los fabricantes que lo incumplan se enfrentan a sanciones de hasta 95 euros por gramo excedido, lo que abre la puerta a multas multimillonarias contra las marcas automovilísticas que no consigan alcanzar los objetivos de ventas de vehículos 'cero emisiones' recogidos en el reglamento comunitario.
¿Cómo funcionaría el fondo de emisiones común?
Para evitar las multas, varios fabricantes de vehículos, entre ellos Stellantis, Toyota, Mazda, Subaru o Ford están planteando la posibilidad de crear un fondo de emisiones común para la compra de créditos de carbono a Tesla y Polestar.
De la misma manera que las empresas tienen la posibilidad de comprar bonos de carbono para compensar sus emisiones de CO2, los fabricantes de automóviles proponen "agrupar" sus emisiones con las de los fabricantes de coches puramente eléctricos. De este modo, las empresas podrían comprar derechos de emisiones para reducir la media general contaminante de cada uno de sus vehículos, lo que potencialmente podría ahorrar miles de millones de euros en multas a las automovilísticas tradicionales.
De este modo, Stellantis, Toyota, Ford, Mazda y Subaru se habrían planteado unir sus emisiones de carbono con las de Tesla para cumplir con las normas de la Unión Europea mientras que Mercedes-Benz, Volvo y Smart harían lo propio con Polestar.
Renault, en contra
El grupo Renault ha advertido de que este fondo común de emisiones de dióxido de carbono que platean algunos fabricantes de vehículos "podría debilitar a la industria automovilística europea en el medio y largo plazo frente a las estadounidenses, pero sobre todo, frente a las asiáticas".
Así lo ha reconocido la compañía francesa, según informan medios locales consultados por Europa Press, desde donde aseguran que están en posición de cumplir con los objetivos climáticos comunitarios sin necesidad de acogerse a estos mecanismos de mancomunación de emisiones.
En todo caso, lo que sí demandan desde Renault es a Bruselas una mayor claridad sobre el futuro de la hoja de ruta climática que tiene previsto aplicar la Comisión Europea que dirige la alemana Úrsula Von der Leyen.