
El pasado martes la ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, fue entrevistada en el programa de TVE, "La hora de la 1", donde se le preguntó por varias cuestiones, que tuvieron que ver desde el aumento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), sobre sus palabras con el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, pasando por explicar su salida de la red social X (Twitter).
De entre todas las declaraciones de la ministra, la que más destacó tuvo que ver con su crítica a los "elevadísimos salarios" que vendrían a cobrar "muchos hombres y mujeres que están sentados en consejos de administración". Para Yolanda Díaz, este sí que es un problema y no el SMI ni su subida.
En este sentido, ha querido que la atención no se centre en la subida del SMI y sobre los efectos que producirá en el empleo, sino que ha querido desviar la atención nuevamente en las personas que cobran "salarios máximos" al mes, así ha dicho:
"Hay que seguir subiendo el salario mínimo, hay que seguir subiendo los salarios en España y hay que hablar y poner la atención no en el salario mínimo, sino en la desigualdad social que existe y en esos salarios máximos. ¿Cuántas personas en España perciben más de 4.000 euros al mes? ¿Por qué no hablamos de esas rentas?"
¿Busca desviar la atención?
Así pues, lo que tenemos aquí es un nuevo intento de Yolanda Díaz de generar un debate superfluo y, de esta manera, desviar la atención sobre los perjudiciales efectos que puede tener la subida del SMI que proponen desde el Ministerio de Trabajo, ya que el hecho de que haya gente que cobra un salario elevado (en comparación con el SMI) no tiene nada que ver con lo que se está hablando.
No obstante, no deja de ser llamativo que la persona que está queriendo hacer ver que existe un problema con los salarios de más de 4.000 euros al mes sea una de las personas que cobra más de 4.000 euros al mes, concretamente Yolanda Díaz vendría a cobrar más de 8.000 euros brutos al mes, o más de 5.000 euros netos al mes.
Para más inri, se dirige a un presentador, Marc Sala, que cobra 115.434 euros brutos al año, más de 9.000 euros brutos al mes o más de 6.000 euros netos al mes, y a Silvia Intxaurrondo, que cobraría más de 10.000 euros netos al mes.
Más allá de este sinsentido, cabría preguntarle a la ministra lo siguiente: ¿cuál es el problema de que haya personas en España que cobren salarios elevados?, ¿acaso no estarían recibiendo un salario acorde a la aportación de valor que esa persona tendría para la empresa?, ¿hay que poner un tope al salario que una persona puede ganar?, ¿poner un tope a los salarios no haría que muchos trabajadores que aportan un gran valor decidieran irse a otro país, espantando así a los mejores talentos?
¿Topes a salarios altos?
Estas y otras preguntas son muy pertinentes, pues la mera alusión a que es un problema que una persona cobre un salario de más de 4.000 es ya de por sí un disparate. Si un directivo, o quién sea, está cobrando una cantidad elevada es porque esa persona le está aportando a la empresa una cantidad de valor mayor a la que recibe ese mismo trabajador en forma de salario, de lo contrario la empresa estaría perdiendo dinero.
Por otro lado, estamos hablando de empresas privadas, con lo que el salario que cobrasen esos directivos no se los estaría pagando el resto de los españoles a través de sus impuestos, a diferencia del salario de más de 4.000 euros brutos al mes que perciben Yolanda Díaz o los periodistas que la entrevistaron.
En conclusión, Yolanda Díaz trata de desviar el debate político y la problemática de subir el SMI centrando la atención en las personas que ganan más de 4.000 euros al mes, dentro de las que ella se incluye, dando a entender que el problema de verdad es el salario de estas personas y no la subida del SMI. Aún queda que explique qué problema surge para el empleo el hecho de que haya personas que cobren más de 4.000 euros brutos al mes.