
Tras dos meses de conflictos, los últimos okupas de la calle Excelente de Carabanchel abandonaban el pasado jueves la urbanización gracias a la mediación de Servi-okupas. Su marcha —voluntaria, según la citada compañía— se saldaba, no obstante, con la detención de tres individuos; entre ellos el conocido como "el paraguayo", el hombre que supuestamente se estaría dedicando a buscar nuevas viviendas para okupar, tal y como muestran los vídeos destapados hace días por Libre Mercado.
Junto a él, otras dos personas a las que se acusa de formar parte de la presunta mafia que habría orquestado la okupación protagonizada por un nutrido grupo de peruanos bajo el disfraz de una supuesta estafa. Sobre todos ellos pesa ahora la posible comisión de un delito de ocupación, defraudación del fluido eléctrico, extorsión y posible pertenencia a organización criminal, el más grave de todos ellos.
Los vecinos celebran el final de esta historia, pero no esconden su indignación ante la sospecha de que alguno de ellos habría llegado a cobrar para abandonar el inmueble. Servi-okupas —empresa contratada por la promotora para expulsarles— lo niega, pero las fuentes consultadas por LM denuncian que a los últimos se les ha llegado a pagar "hasta 9.000 euros para que se vayan", algo que consideran "vergonzoso"; máxime, porque temen que la historia se vuelva a repetir.
"Próximo destino: Boadilla"
Los vídeos destapados el pasado martes demuestran que, lejos de ser víctimas de una estafa, los okupas —o al menos parte de ellos— estarían coordinados e incluso ya estarían buscando nuevas promociones que asaltar. Las imágenes habrían sido rescatadas de los grupos de WhatsApp que comparten y a los que habría conseguido acceder la empresa liderada por Alberto Cuesta.
"¡En proceso! En un par de años le caemos a estos", se escucha decir a un hombre que circula con su coche mientras graba una promoción aún en curso y que, acto seguido, fija su atención en unos chalés ubicados justo en frente y aparentemente terminados. "Esto ya está. Por si acaso, vayan haciendo sus pedidos musicales —le dice al resto de miembros—. ¡A pie de calle! ¡A pie de calle! Ahí tienes tu entrada…".
En este primer vídeo, nada permite adivinar la ubicación exacta. En un segundo, sin embargo, el individuo —al que Servi-okupas identifica con "el paraguayo" — revela su objetivo. "Próximo destino: Boadilla del Monte", dice entre risas, aunque, por las calles que menciona el GPS, en ese momento se encuentra viendo chalés en el colindante municipio de Villaviciosa de Odón. "¡Qué rico!", se regodea al ver las casas.
A continuación, el hombre se baja del coche y entra directamente en una urbanización de viviendas de lujo aún sin entregar. "¡Ni el plástico está sacado de la puerta! ¿Cómo es la vuelta? —les pregunta a sus compañeros—. ¡Hablen! ¡Hagan sus pedidos musicales!".
Ya el martes, el gerente de Servi-okupas denunciaba que estas imágenes venían a demostrar que "los que en principio parecían estafados parece que son una organización criminal". Y lo cierto es que, a juzgar por las tres detenciones practicadas, todo apunta a que la Policía también comparte esta apreciación. Además, estos no son los únicos vídeos que obran en su poder, sino que también disponen de otro en el que se ve a varias familias celebrando una fiesta a final de año en la que el DJ envía "un saludo muy especial a los estafados de Carabanchel", mientras los invitados ríen y dan palmas, ofreciendo una imagen muy alejada del papel de víctimas que todos ellos han asumido hasta ahora.
La versión de los okupas
Los okupas aseguraban haber sido víctimas de una estafa y decían haber pagado entre 2.000 y 3.000 euros a un ciudadano español —al que se referían como "el gitano"— por las llaves de un piso que algunos decían haber encontrado en una página de Facebook llamada "Peruanos en Madrid", otros en Milanuncios, otros en un "papelito a la salida de un locutorio" y otros en la cola de un comedor social.
En un primer momento, apuntaron que se trataba de una compra, pero luego todos ellos alegaron que dicha cantidad no era sino la fianza y el pago del primer mes de un alquiler que luego tendrían que seguir pagando mensualmente. Sin embargo, ninguno de ellos lo ha llegado a abonar, ya que el supuesto casero habría desaparecido sin dejar rastro.
"A mí me pidieron 3.000 euros", decía Chicolay a Libre Mercado, quien reconocía que ni siquiera le exigieron aportar su nómina antes de firmar un contrato que la Policía ya ha calificado como falso. "Me dijo ‘mientras tengas pasaporte y padrón, me sirve’, así que genial, porque hay muchas inmobiliarias que te piden eso", explicaba sin extrañarse por unas facilidades que, desde luego, no son las habituales, y menos en una ciudad como Madrid.
Y no era el único. "Solamente me preguntó so trabajaba", apuntaba otra mujer que también se identificaba como "víctima". A pesar de reconocer que lleva 13 años en España y que jamás se había encontrado con tanta "amabilidad", la joven insistía en que tampoco sospechó que se podía tratar de una estafa. "No. ¿Y sabes por qué? Porque me trajo al piso".
Pero el hecho de que no les exigieran presentar nómina alguna no es lo único que chirría en toda esta historia. A las puertas de la urbanización nos atendía también otro peruano que, según decía, acordó un alquiler mensual de 350 euros. "¿Y no os sorprendió que os pidieran sólo 350 euros en una urbanización con piscina, con padel y hasta gimnasio...?", le insistimos. Pues, por increíble que parezca en la capital de España, tampoco esto les pareció motivo alguno para desconfiar: "Me asombré y dije… ¡Guau! Es una buena oportunidad para mí, ya que me paso todo el día trabajando, pero en ningún momento pensé que podía ser una estafa".