
Una de las cláusulas adoptadas por Prisa cuando logró refinanciar su deuda con el concurso unánime de los acreedores, condicionaba el acuerdo a la permanencia de Oughourlian al frente de la compañía. Ese asidero es el de Pimco. La firma cuando aceptó la refinanciación condicionó su sí a la permanencia de Oughourlian al frente de la compañía. Sólo así aceptaba refinanciar la deuda de 800 millones de euros que mantiene Prisa.
Así, la deuda, uno de los problemas más importantes que tiene Prisa en estos momentos, puede ser, precisamente, la principal baza con la que cuenta el actual presidente y dueño de Amber Capital, Joseph Oughourlian.
El que hasta hace pocas fechas ha sido el hombre de confianza de Pedro Sánchez en su estrategia de control de los espectros financiero y mediático, manteniendo el control en Prisa y colaborando para asaltar Indra, ha caído en desgracia. Su negativa en redondo a sacar la TDT que querían Contreras y Sánchez para sumar un nuevo canal de televisión de propaganda sanchista, le ha hecho caer en desgracia, y la guerra ya es abierta. Tras tumbar el proyecto de la TDT, Oughoulian ha hecho rodar las cabezas de sus responsables, José Miguel Contreras y Carlos Núñez. Y precisamente Contreras es el hombre de confianza de Pedro Sánchez y, dicen algunas malas lenguas, el nuevo candidato del Gobierno para que presida el Grupo Prisa.
Sin embargo, de nuevo la deuda puede convertirse en el talón de Aquiles del "número 1" y en la mejor baza de Oughourlian, quien mantiene un 29,5% del accionariado de Prisa. El problema es que en junio se celebra la junta de accionistas y el año que viene vence el pasivo de Prisa. El objetivo para esta fecha límite de la deuda es conseguir un nuevo aplazamiento.
Hasta ahora, según fuentes internas de la compañía, Oughourlian se ha centrado básicamente en sanear el negocio y reducir deuda. De hecho, la deuda neta bancaria ha caído hasta cifras no vistas desde hace veinte años. Sin embargo, no ha entrado para nada en el negocio editorial.
Quizá este sea uno de los motivos por los que los acreedores de Prisa no quieran ni pensar en la posibilidad de que Sánchez cambie la dirección de la compañía que había comenzado a hacer las cosas algo mejor, para tratar de reflotar el valor de capitalización y, por lo tanto, su posición deudora.
En cuanto a las fuerzas en el capital de Prisa, Oughourlian es el máximo accionista con el 29,5%, seguido de Vivendi que tiene el 11,79% y la familia Polanco con un 7,6%. Presumiblemente, este es el músculo de Oughourlian, mientras que Contreras podría contar con los de Global Alconaba, que tienen un 7% y alguno de los accionistas menores.
Es decir, que de momento, la ventaja de Oughourlian para hacer valer su posición en Prisa no deja demasiadas opciones al Gobierno. Sin embargo, el último capítulo está lejos de escribirse. De momento, asistimos a uno de los enfrentamientos más delicados para Prisa, sólo comparable a la maniobra de Zapatero con la Sexta y que soliviantó a Juan Luis Cebrián como para denunciar la manipulación del Gobierno socialista para hacerse "con el espectro financiero y mediático". ¿Cuál será el siguiente paso? Parece que ahora le toca mover ficha al Gobierno.
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