
La Corporación de Radio y Televisión Española (RTVE) ha decidido mantener en secreto los detalles sobre las retribuciones del presentador Jesús Cintora en el programa Malas Lenguas, emitido en La 2. Según una resolución obtenida en exclusiva por Libertad Digital, la entidad pública se niega a desvelar estas cifras, amparándose en cláusulas de confidencialidad y en la protección de intereses comerciales dentro de un mercado audiovisual competitivo.
La única información facilitada por RTVE es un documento general que agrupa el coste total de todas las producciones previstas para 2025, disponible en su portal de transparencia, pero sin ofrecer un desglose específico que permita conocer el gasto exacto destinado a este espacio televisivo. En ese texto se revela que el coste total es de 2.020.740 euros.
La televisión pública también se niega a desvelar el sueldo de los teóricamente humoristas que colaboran en el programa como Héctor de Miguel, también conocido como Quequé, Marina Lobo, el hombre que maneja a los muñecos, Marcos Mass, Kako Fons, Asaari Bibang, Raquel Hervás o Miguel Charisteas.

Otra de los interrogantes que se ha negado a hacer público, es la remuneración que reciben los tertulianos que suele tener el programa, como Esther Palomera, Javier Aroca, Fernando Garea, Pilar Velasco, Ana Pardo de Vera o Isabel Durán, muchos de ellos conocidos como miembros del ‘equipo de opinión sincronizada’ por alinear sus razonamientos en función de lo que diga el Gobierno.
Por último, también han escondido el ‘share de corte’, es decir, las condiciones de audiencia que debe tener el programa para evitar ser cancelado.
2 millones para caer un 76% su público
Según informó anteriormente Libre Mercado, el desembolso económico para Malas Lenguas asciende a aproximadamente dos millones de euros. Sin embargo, datos actualizados revelan que la pérdida de espectadores ha alcanzado un 76% en tan solo 14 días, comenzando con un estreno simultáneo en La 1 y La 2 de 908.000 espectadores, al segundo día ya tuvo un descenso del 31% de los televidentes, el lunes de la semana pasada llegó a perder otras 378.000 personas de público, otra disminución del 55% tras dejar de ser emitido simultáneamente en la primera cadena de TVE y hasta los 218.000 reportados el 23 de abril.
Este hundimiento en el interés de la audiencia plantea interrogantes sobre la rentabilidad de la inversión realizada por la televisión pública en este proyecto liderado por Jesús Cintora y especialmente sobre la calidad del producto.

El fracaso en audiencia es tan gigantesco que ayer hubo más espectadores viendo los documentales de La 2 a la hora de echarse la siesta que personas visionando Malas Lenguas.
Otra manera de contabilizar el descalabro de Cintora es contabilizando los días que solo se ha emitido en el segundo canal de la televisión pública: de 308.000 a 218.000 en apenas nueve días, una merma del 29% de los televidentes.

Más tinte político en la parrilla de RTVE
Desde la vuelta de las vacaciones veraniegas del año pasado, RTVE ha impulsado una serie de espacios con un claro enfoque político, entre los que se incluye Malas Lenguas. Otros ejemplos destacados son La Revuelta, conducido por David Broncano, Mañaneros 360 de Javier Ruiz, recientemente estrenado, Futuro Imperfecto, de Andreu Buenafuente, aún sin debutar y otros tantos más.
Estos formatos, criticados por su sesgo ideológico, han sido presentados como herramientas para contrarrestar la desinformación, pero han recibido cuestionamientos por su falta de imparcialidad, especialmente por dedicar excesivo contenido a cuestiones menores de los partidos de la oposición o gobiernos autonómicos o municipales donde no está el PSOE, mientras pasan de puntillas por los escándalos diarios del Gobierno y también por su incapacidad para conectar con una audiencia amplia. Esta estrategia ha generado debate sobre la orientación editorial de la televisión pública, particularmente notoria desde la renovación de la cúpula de la RTVE, votada en el Congreso el día después de la tragedia de la DANA.
Broncano toca fondo
El programa La Revuelta, liderado por David Broncano, ha registrado su peor dato histórico de audiencia, cayendo por debajo del 10% de share sin la excusa de que hubiera partido de fútbol en abierto, lo cual retrasa su emisión o que sea una época de bajo consumo televisivo, como lo es Semana Santa. Este resultado ha provocado inquietud en RTVE, según cuentan en El Economista, donde se confiaba en que el espacio atrajera a un público joven y revitalizara la parrilla. Sin embargo, el declive en los índices de aceptación ha frustrado esas expectativas, dejando en evidencia los retos que enfrenta la corporación para renovar su oferta.
La Revuelta languidece
El espacio presentado por Broncano, que ha costado algo más de 28 millones de euros por dos temporadas, no logra remontar y poco a poco va languideciendo hacia una cuota de pantalla del 10%, un nivel que refleja su dificultad para competir en su franja horaria. Este bajo rendimiento subraya los problemas de RTVE para enganchar a los espectadores con propuestas que, pese a su ambición por descoronar a El Hormiguero de Pablo Motos, no han conseguido consolidarse como referentes en la programación actual.

Audiencias en número de espectadores de La Revuelta desde su estreno, fuente: Fórmula TV
Cabe recordar que según contó The Objective, el presentador de La Revuelta también tiene otra cláusula de confidencialidad que impide a RTVE desvelar el sueldo que recibe. Sin embargo, hace poco El Mundo publicó que una resolución del Consejo de Transparencia les obliga a dar esta información.