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Las sombras de la presidencia de Fernando Lugo

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Los siguientes párrafos completan el artículo de ayer sobre la destitución presidencial en Paraguay con un repaso breve a la gestión de Fernando Lugo.

Establecida la plena legalidad de la situación vivida por Paraguay en las últimas semanas, cabe plantearse si la salida de Fernando Lugo beneficiará a Paraguay. Hablamos, por lo tanto, del legado de un hombre que llegó a la Presidencia sin un partido político con el que desarrollar su proyecto de máximos. Esa posición de debilidad inicial había invitado al optimismo de muchos analistas, que anticiparon un Ejecutivo pactista y centrado. Sin embargo, en vez de apoyarse en actores políticos moderados o inspirarse en el exitoso modelo semi-liberal de la izquierda chilena o uruguaya, Fernando Lugo se peleó continuamente con el PLRA y coqueteo con grupúsculos marxistas como el Movimiento al Socialismo, el Partido Comunista, el Ejército del Pueblo Paraguayo o el movimiento de los “carperos” (también denominados “sin tierras”).

Los “carperos” fueron, precisamente, la tumba de la presidencia de Lugo. Sus excesos y afrentas contra la propiedad privada generaron una creciente tensión social que culminó en los graves enfrentamientos de Curuguaty, donde el choque con las fuerzas de seguridad se saldó con más de 17 fallecimientos.

En vez de ser consciente de la gravedad de lo sucedido, Fernando Lugo se comportó de un modo incomprensible: destituyó al Ministro de Interior para colocar en el cargo a un polémico ex fiscal vinculado con el Partido Colorado, la fuerza política oficialista durante la dictadura. No fue mucho mejor el nombramiento del nuevo Comandante de Policía, que recayó en el oficial que dirigió la actuación en Curuguaty.

El grupo de diputados liberales le exigió que reemplazase a ambos con nombramientos más sensatos, pero Lugo se negó, cavando su propia tumba política y adoptando un incomprensible acercamiento a los colorados. El presidente paraguayo pudo haber rectificado y eligió no hacerlo, sellando una alianza que pocos comprendieron y perdiendo el poco crédito político que le quedaba.

La situación de Lugo en sus últimos días en el poder fue tan desesperada que, según hemos conocido a través de diferentes informaciones, llegó a cortejar a los militares para que evitasen su caída, frustrado complot en el que los gobiernos de países como Ecuador y Venezuela también habrían estado implicados.

Con su salida de la presidencia, Paraguay dice adiós a un jefe de Estado muy aficionado a hacer visitas oficiales al extranjero. En menos de cuatro años, Lugo se paseó por medio mundo, acumulando 280 días fuera del país. Mientras tanto, a nivel doméstico, su gobierno apenas consiguió corregir un mercado laboral desastroso, impulsar la apertura de los mercados o facilitar la creación de empresas, manteniendo muy vivos los retos y problemas que se había encontrado al comienzo de la presidencia.

La delicada salud del mandatario ayudó a evitar un hundimiento claro de su popularidad, pero Lugo nunca tuvo un apoyo mayoritario y, peor aún, no supo entender que dicha fragilidad debería haberle llevado a actuar con mayor moderación. En cierto modo, Lugo recuerda a Salvador Allende, que llegó a la presidencia de Chile con un apoyo muy fragmentado pero, lejos de desarrollar un programa moderado y abierto, se empeñó en construir un modelo marxista de máximos.

Durante su periplo presidencial, Lugo apenas redujo la pobreza en un 1%. Este dato es especialmente bajo si tenemos en cuenta que, en el mismo periodo, los países vecinos sí consiguieron importantes avances en este campo. Este triste balance de la presidencia de Lugo no lo maquilla ni el espectacular auge exportador que disfrutó Paraguay en 2011. El crecimiento del PIB rondó el 15% durante dicho ejercicio, apoyado en las ventas de soja y carne, pero el espejismo de prosperidad apenas duró unos meses y el Paraguay de 2012 sigue enfrentando muchos de los problemas que atravesaba en 2008.

Este pobre balance de gestión va en la línea de lo conseguido por Lugo como obispo. Después de una década ocupando dicha responsabilidad eclesiástica, el ex mandatario dejó una triste herencia administrativa. Además , su periodo estuvo marcado por una fecunda actividad sexual que salió a luz con el paso de los años. Los numerosos reclamos de paternidad al ex mandatario ocuparon las páginas informativas de medio mundo.

Hoy, consumada la caída, en las calles de Asunción hay más gente de compras que protestando por su salida. Lugo fue prudente en las primeras horas que siguieron a su destitución, pero cada vez se muestra más radical en sus quejas, alentado por Chávez, Correa y otros aliados poco recomendables. Para colmo, no parece ver ningún problema en que los países del “socialismo del siglo XXI” impongan a su país un bloqueo económico, energético e institucional. Tiene gracia, por cierto, que sean quienes tanto se han quejado del embargo a Cuba los que actúen exactamente igual contra Paraguay. Y es triste, realmente triste, que Fernando Lugo no sepa tomar distancia de esos radicalismos y defender los intereses del país que gobernó hasta hace poco.

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comentarios
1 Marqués, día

En este caso lo importante no es que el presidente lo haya hecho rematadamente mal, es que su destitución fue legal, al igual que su elección. Un obispo simpatizante de la teología de la liberación, ya se sabía que amigos iba a elegir. El tema del bloqueo es un ejemplo más de la doble vara de medir. Imagínese una encuesta que preguntara, entre los muchísimos detractores del bloqueo americano a Cuba, sí estarían de acuerdo en implantar un bloqueo internacional a Israel por razones políticas y de derechos humanos. Iba a salir un resultado a la búlgara y no precisamente contra el bloqueo y a favor del libre comercio. Saludos.

2 Marqués, día

Perdon si salen comentarios repetidos, pero me esta dando errores.

3 Marqués, día

El tema del bloqueo es un ejemplo más de la doble vara de medir. Imagínese una encuesta que preguntara, entre los muchísimos detractores del bloqueo americano a Cuba, sí estarían de acuerdo en implantar un bloqueo internacional a Israel por razones políticas y de derechos humanos. Iba a salir un resultado a la búlgara y no precisamente contra el bloqueo y a favor del libre comercio. Saludos.

4 Diego Sánchez de la Cruz, día

Por cierto, hoy se ha votado la destitución del presidente rumano en el Parlamento... ¿Golpe de Estado también? En fin... ¡Un saludo, gracias por su interés, buen fin de semana!!