Durante el debate de investidura celebrado hace algunas semanas, Mariano Rajoy afirmó lo siguiente: “mi intención es no subir los impuestos porque, con las dificultades que están teniendo las empresas y los españoles, no me parece lo más razonable”. Días después, ejerciendo ya como Presidente del Gobierno, Rajoy dio un giro de 180 grados y aprobó una inesperada y agresiva subida impositiva valorada en más de 6,000 millones de euros.
Ante una situación así, hacer uso del archivo periodístico es siempre un buen ejercicio. Podemos remontarnos a julio de 2009, cuando Rajoy declaró en Málaga que “quitarle recursos a los particulares y subir los impuestos (…) va contra el empleo (…), contra el bienestar y contra la riqueza”. El entonces líder de la oposición anunció que su partido se opondría “a cualquier nueva subida de impuestos que demagógicamente plantee el gobierno de España”. En septiembre de 2009, Rajoy visitó otra localidad andaluza, Dos Hermanas, y declaró lo siguiente: “la subida de impuestos no es necesaria (…), no se justifica (…) y es profundamente insolidaridad con las clases medias”. El discurso se mantuvo en 2010, cuando Rajoy prometió ser “beligerante” contra los aumentos de la presión fiscal, y también en 2011, cuando el dirigente popular afirmó que la única modificación tributaria que se planteaba era bajar la fiscalidad de las empresas.
Si abandonamos el archivo periodístico y revisamos los materiales de comunicación del Partido Popular empleados en los últimos meses, tampoco necesitamos mucho tiempo para encontrar carteles electorales como el siguiente:
Así las cosas, es evidente que la victoria por mayoría absoluta que consiguió el Partido Popular en las últimas Elecciones Generales no se puede explicar sin tener en cuenta su promesa explícita de reducir la presión fiscal y apostar por la consolidación presupuestaria para reducir el déficit público.
Las encuestas publicadas en los últimos días confirman esta realidad. Un buen ejemplo es la consulta elaborada por Sigma Dos para el diario El Mundo, que arrojó las siguientes conclusiones:
- El 64% de los españoles estaría en contra del aumento del IRPF y del IBI. Un porcentaje muy similar, el 58%, cree que Mariano Rajoy engañó al país tomando estas decisiones, mientras que el 60% opina que el nuevo Presidente del Gobierno debería haber explicado personalmente este chocante cambio de planes.
- El 61% de los españoles opina que el recorte del gasto público anunciado en el primer Consejo de Ministros de la X Legislatura fue “insuficiente”, por lo que instan al Ejecutivo a seguir reduciendo el peso del Estado en la economía con ajustes de mayor calado.
- El 80% de los españoles está de acuerdo con la creación de leyes que limiten el déficit público, estableciendo “techos de gasto” a nivel nacional y regional. El porcentaje se eleva al 90% para exigir “responsabilidades civiles o penales para los políticos que incumplan gravemente los objetivos económicos”.
- Más del 60% de los españoles considera “insuficiente” el recorte del 20% aplicado a las subvenciones que reciben los partidos políticos, los sindicatos y la patronal.
- Un 40% apoya la privatización de los medios de comunicación manejados por el Estado y sus instituciones. La oposición a la medida es apenas un 2% superior (42%).
Por su parte, el diario El País ha publicado una encuesta que arroja resultados similares a los publicados por el diario El Mundo. Los resultados de la consulta de Metroscopia evidencian lo siguiente:
- Más del 60% de los españoles está en contra de la subida del IRPF y del IBI.
- Casi el 90% de los españoles aprueban el recorte del 20% en las subvenciones a partidos políticos, sindicatos y patronales.
- Más del 60% de los españoles considera apropiada la reducción del presupuesto del Estado por valor de casi 9,000 millones de euros.
Si Mariano Rajoy no tiene en cuenta todo lo anterior y sigue apostando por políticas estatistas e intervencionistas como solución a la crisis, no solamente fracasará a la hora de recuperar el crecimiento y la creación de empleo, sino que además se enfrentará a un electorado desencantado y engañado.
Al final del día, el mensaje es sencillo: los españoles están pidiendo a gritos menos impuestos, menos gasto y menos intervencionismo. Así de claro.
La conversación sigue en Twitter: #NoMasImpuestos, #LIBOs.
