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Bankia se enfrenta a su mayor pleito con un cliente por los bonos islandeses

Por los daños que le provocó la concesión de financiación para invertir en bonos estructurados de la entidad islandesa Landsbanki

Bankia se enfrenta actualmente a la mayor demanda que ha presentado un cliente individual, que le exige 25,2 millones de euros por los daños que le provocó la concesión de financiación para invertir en bonos estructurados de la entidad islandesa Landsbanki, quebrada en 2008.

El Juzgado de Primera Instancia número 3 de Madrid celebrará después del verano el juicio para dirimir la demanda presentada por la empresa agrícola Ribertierra, que en principio estaba fijado para el pasado 20 de junio, según detalla Bankia en el apartado de su folleto de salida a bolsa dedicado a sus principales procesos judiciales.

Los despachos de abogados Jausas y Zunzunegui, que asesoran a Ribertierra, explicaron hoy que la operación fue diseñada en 2005 por Altae, el banco privado de Caja Madrid, para intentar maximizar los 19 millones de euros que había obtenido la empresa por la venta de unos terrenos y que quería reinvertir en la compra de un inmueble.

Según los abogados Fernando Zunzunegui y Jordi Ruiz de Villa, Altae ofreció a Ribertierra mediar en la compra del inmueble, adquirido con los ingresos existentes y le recomendó pedir dos préstamos por valor de 25,2 millones para financiar proyectos e invertir en bonos con capital garantizado y con gran potencial de rentabilidad, lo que le serviría para pagar los intereses y amortizar los créditos.

Tras los 3 millones de euros de ganancias obtenidas en dos operaciones con productos de BNP Paribas y Crédit Suisse, Altae aconsejó en 2007 a la empresa invertir los 19,25 millones del préstamo principal en bonos estructurados de Landsbanki, que quebró a finales de 2008 ocasionando la pérdida total de la inversión, informa EFE.

La empresa se quedó entonces sin poder afrontar los dos préstamos, que está devolviendo a duras penas y podrían provocarle la entrada en concurso de acreedores.

Zunzunegui y Ruiz de Villa sostuvieron que Altae prestó un deficiente asesoramiento al cliente al asegurarle en el momento de la contratación que el capital invertido estaba garantizado y al recomendarle que mantuviera la inversión en julio de 2008, cuatro meses antes de que los bancos islandeses fueran nacionalizados, lo que sucedió en octubre de aquel año.

Los dos despachos de abogados cuentan con una conversación telefónica obtenida con las medidas cautelares aceptadas por el juzgado y que prueba la preocupación que tenía el cliente a mediados de 2008 y los mensajes tranquilizadores de la entidad financiera.

Los bufetes también acusan a Altae de malas prácticas bancarias, ya que la emisión en la que participó Ribertierra estaba diseñada especialmente por Landsbanki para la entidad financiera, que la colocó entre nueve clientes y le permitió cobrar cuantiosas comisiones (cobró 660.275 euros, el 3,5 por ciento de los 19,25 millones invertidos por la empresa agrícola).

Además, la venta se hizo verbalmente el 16 de mayo de 2007 sin decir que el emisor era Landsbanki y sin ninguna advertencia de riesgo y sólo el 5 de junio de 2007 se firmó la orden de compra, donde aparecía la información.

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