El déficit público de Grecia superará el 10% del PIB en 2011, según las últimas estimaciones oficiales del Gobierno griego, frente al objetivo del 7,6% que exige Bruselas. Como resultado, y a la vista de la evolución de ingresos y gastos, Atenas ha decidido congelar por completo las devoluciones de impuestos y otros compromisos de pago a contribuyentes, empresas y pensionistas.
El Ministerio de Finanzas busca desesperadamente la forma de contener el déficit fiscal, que ha aumentado últimamente tras la inyección adicional de fondos a la Seguridad Social (entre un 0,5% y un 0,9% del PIB), y debido al retraso que está registrando la recaudación fiscal prevista en los primeros 11 meses del año, según informa el diario heleno Ekathimerini.
Atenas decidió el lunes congelar las devoluciones de impuestos y aprobar una nueva regulación a principios de 2012 para permitir que los contribuyentes puedan saldar lo que adeudan al Fisco mediante cuotas a fin de engrosar las arcas públicas con mayor rapidez.