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Suiza se rebela contra la UE: mantiene el secreto bancario

"Puedo decirles que un intercambio automático de información no es un tema (de discusión) para Suiza".

La presidenta de la Confederación Helvética, Eveline Widmer-Schlumpf, reafirmó este miércoles que su Gobierno no aceptará el intercambio automático de información en materia fiscal, como reclaman algunos países en relación con las cuentas bancarias que sus ciudadanos tienen en bancos suizos.

"Puedo decirles que un intercambio automático de información no es un tema (de discusión) para Suiza", dijo la política en una rueda de prensa. Sostuvo que la cuestión del secreto bancario "ha evolucionado desde 2009" y que en Suiza existe el convencimiento de que "no debe ser un instrumento que permita la sustracción (evasión) fiscal u otra falta grave".

El principio del secreto bancario que aplica Suiza fue en los últimos años el blanco de fuertes ataques por parte de la Unión Europea, impulsados principalmente por Francia y Alemania, lo que le empujó a negociar nuevos acuerdos fiscales con varios países. Sin embargo, las negociaciones con Alemania, el Reino Unido y Estados Unidos han encontrado obstáculos.

Prueba de esas dificultades es que el Parlamento alemán ha cuestionado el acuerdo que Berlín y Berna habían suscrito por considerar que no va suficientemente lejos en el acceso a la información fiscal de sus ciudadanos con depósitos en Suiza.

El principio común a los acuerdos fiscales que Suiza ha negociado en los dos últimos años es que se aplica un impuesto fijo a los depósitos extranjeros en establecimientos financieros helvéticos, que luego es transferido al país de procedencia del cliente, pero respetando en todo momento la reserva de su identidad.

Widmer-Schlumpf dijo que esa tasa -conocida en Suiza como "impuesto liberador", garantiza "la justicia fiscal" y confió en que permitirá vencer la reticencia de ciertos países. Explicó que a Suiza le parece más justo un sistema que "engloba a más personas anónimas, pero que genera más ingresos" para sus propios países, frente a otro que permitiría "atrapar a algunas personas a través de una cooperación difícil y burocrática". La presidenta suiza expresó su convicción de que "encontraremos una solución" con Alemania y el Reino Unido", pero insistió en que ésta no implicará el intercambio automático de información.

Precisó que los acuerdos que se alcanzaron con ambos países (pendientes de ratificación) reposan sobre las normas vigentes en la Unión Europea, lo que ha sido reconocido por alemanes y británicos.

Sobre el diálogo fiscal con Estados Unidos, Widmer-Schlumpf mencionó que "no es un socio fácil", pero consideró que es posible llegar a un entendimiento final. La presidenta helvética declinó comentar nuevamente el caso del expresidente del Banco Nacional de Suiza (BNS), Philipp Hildebrand, que renunció el pasado lunes debido a una dudosa transacción en el mercado de divisas ordenada por su esposa en agosto de 2011. Reconoció, no obstante, que "es necesario restaurar la confianza en la plaza financiera suiza".

La partida de Hildebrand ha sido un duro golpe para Suiza en el ámbito monetario ya que era un economista considerado brillante, respetado a nivel internacional y al que se veía como el garante de la estabilidad del franco suizo. 

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