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¿Qué salario mínimo le impondría a su peor enemigo?

Para perjudicar a los trabajadores, el salario máximo debe fijarse lo más bajo posible o, alternativamente, el salario mínimo debe establecerse lo más alto posible.

deoses dijo el día 2 de Marzo de 2012 a las 15:14:

Berdonio, querido:
Puede que sea yo un arrogante (descalificación del interlocutor muy propia de todo liberal) pero usted es un impresentable.
Me permito indicarle que, al menos hasta ahora, no he bajado a la descalificación personal. He descalificado un argumento, no a la persona que lo sustenta. ¿Entiende usted la diferencia?. Siendo usted (a lo que parece por sus “argumento”) un fanático liberal, me temo que no.

berdonio dijo el día 2 de Marzo de 2012 a las 11:31:

Deoses:

Me ha llamado la atención su “brillante” manera de razonar. Equipara usted a efectos dialécticos la ausencia de salario mínimo con negar la comida y, en el otro extremo, un salario mínimo desorbitado con incitar a una mortal indigestión. Su ufana y recriminadora conclusión es que perjudicaríamos más a nuestro mortal enemigo negándole una comida, que tal vez no pueda conseguir por otros medios, que tentándole a atiborrarse sin medida, ya que se limitaría a comer sólo lo necesario.

Pues permítame que le diga que el simple y burdo sofisma es todo suyo cuando establece improcedentes analogías ad hoc. Usted asimila falazmente dar trabajo con regalar alimentos (salario); así, en efecto, será peor no regalar nada que muchísimo. Pero ni los alimentos ni el salario se regalan sino que es preciso ganárselos, y ese esfuerzo es proporcional a la cantidad de los mismos. Un salario mínimo (una comida mínima en su jerga) significa un esfuerzo mínimo que si arbitrariamente establecemos muy grande no todo el mundo será capaz de realizar. El problema de las mínimas grandes cantidades de alimentos a cambio del trabajo no está en que el afectado tenga que engullírselas, sino en que carezca de la capacidad de trabajo suficiente para cumplir tan elevadas expectativas. Asimismo, si no existe un obligado mínimo de trabajo, los menos dotados podrán trabajar y sin duda mantenerse en una economía que hace tiempo ha superado con creces el nivel de mera supervivencia para el trabajador tipo.

Los argumentos de Rallo, espléndido artículo encabezado por una pregunta que deberíamos formular a tanto despistado dispuesto a “castigar” a su peor enemigo con un salario mínimo cero, son meridianos y el falaz arrogante es usted.

HastLosH dijo el día 2 de Marzo de 2012 a las 09:54:

jorgegvr:

No se puede explicar mejor! Eso es exactamente lo que estamos padeciendo. Tiran de la cuerda mucho, fuerte, pero aún no estrangulan porque saben que nos rebelaremos.

Lo malo es que últimamente se les está yendo la mano...

Respecto al ejemplo del Sr Rallo, creo que sólo es válido en un país con libre competencia. En España no es aplicable. Como dicen otros comentarios, aquí o tragas o a la calle, y no hay competencia a la que marcharse.

Si no fuera así, millones de españoles estaríamos largándonos hoy mismo de nuetsras empresas.

deoses dijo el día 29 de Febrero de 2012 a las 18:28:

Sr. Loboe:
Por cuanto debemos suponer al sr. Rallo conocimientos suficientes para diferenciar las funciones de los funcionarios (valga el pleonasmo) con relación a los competencia de los poderes públicos, confundirlos implica un ejercicio torticero de desinformación, tendencioso e impropio de un informador de buena fe.
Por lo que respecta al argumento del sr. Rallo, me reitero: es un sofisma.
Vea usted. Por ejemplo, podemos preguntarnos: para enfermar a tu peor enemigo, ¿no le darías de comer o, por el contrario, le atiborrarías a hamburguesas?.
Si no le das comida, al sentir hambre se buscará la manera de conseguirla por sus propios medios, logrando así conservar la salud y la vida.
Si le atiborras a hamburguesas, enfermaría y moriría de infarto.
Argumento valido, tanto como el del sr. Rallo. ¿Dónde está el sofisma?.
En suponer que el sujeto comería todo lo que se le diera y, alternativamente, que de no darle comida estará siempre en disposición de conseguirla por sus propios medios.
Ocurre, sr. Loboe, que esto no siempre es así, tampoco trasladado al ámbito de un “mercado laboral” no transparente e inmerso en un modelo productivo proletarizado. Tanto más si se suma a esto un escenario de recesión económica.

et_rusk dijo el día 28 de Febrero de 2012 a las 15:25:

Y tambien:
http://etrusk.blogspot.com/2009/03/renta-basica-y-...

loboe dijo el día 28 de Febrero de 2012 a las 09:00:

deoses:

Admitiendo que el término "funcionario" no es quizás el más apropiado para describir al hipotético ejecutor de las medidas del supuesto planteado por el Sr. Rallo, y admitiendo que en su lugar quizás debería haber utilizado la palabras dictador, déspota, rey absoluto, o parlamento de descerebrados -como sería nuestro caso-, eso no invalida que el ejemplo sea tan cierto como que existen el día y la noche.

Desde luego, el supuesto es absurdo en sus planteamientos. Pero no olvide que un método de demostración se denomina precisamente reducción al absurdo.

Finalmente, sugerirle que aunque -supongo- usted pueda serlo, no debería tomarse tan a pecho el asunto de los funcionarios. Creo que de todos los lectores de este digital, de acuerdo o no con la tesis del Sr. Rallo, han entendido perfectamente el mensaje y que nadie ha percibido la menor intención de atacar a los funcionarios.

deoses dijo el día 27 de Febrero de 2012 a las 18:48:

Muy bien sr. Rallo. Esto que ha hecho usted en su artículo no es sino un simple y burdo sofisma.
Otra cosa, los funcionarios (aunque usted no lo crea) carecen de poder alguno para imponer nada. Eso le corresponde al poder legislativo (en un régimen de democracia) o al ejecutivo (si hablamos de España).

JoseARui dijo el día 25 de Febrero de 2012 a las 20:32:

La lógica de la señorita Pepis. Lo que hay que leer...

JoseARui dijo el día 25 de Febrero de 2012 a las 20:32:

La lógica de la señorita Pepis. Lo que hay que leer...

loboe dijo el día 25 de Febrero de 2012 a las 19:01:

Sr. Rallo: como juego de razonamiento de lógica deductiva, su razonamiento es de lo más original. Aunque me temo que servirá para lo de siempre. Quiero decir, para confirmación de los que ya lo sabían y para chanza de los que ni con ese ni con ninguna otra argumentación querrán verlo. Porque no hay peor ciego que el que no quiere ver.

En cualquier caso, como complemento se me ocurre otra cuestión y es que el Estado debería inmiscuirse en estos asuntos el mismo día en que pensara establecer un beneficio mínimo para los empresarios y en cualquier caso, el salario mínimo del obrero, no debería sobrepasar el del patrón.

Salu2.