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'ES LA NOCHE DE CÉSAR'

Recarte responde: "De aquí a final de año será el momento más difícil de la crisis"

El consejero de Libertad Digital resuelve, como cada jueves, las preguntas sobre economía de los oyentes de esRadio.

Alberto Recarte ha vuelto este jueves a su cita semanal con los oyentes de Es la Noche de César. El economista y consejero de Libertad Digital ha respondido a las dudas sobre la situación económica que le han planteado los seguidores de esRadio. En esta ocasión, las preguntas han versado acerca de la salida de la crisis o la subida de la luz.

- La recaudación del IVA cayó en enero pese a la subida de Zapatero. ¿Sigue siendo un impuesto clave que hay que subir para reducir el déficit?

- No daría excesiva importancia a enero. Son muchos los cambios al final de 2011. Necesitamos dos o tres meses para saber cómo va la recaudación. Sobre si el IVA es fundamental, por supuesto que lo es. El IVA es una de las tres claves de la tributación del Estado. Probablemente no este año, pero sí el año que viene nos veremos abocados a que nos suban este impuesto. Además, es una figura de protección de las empresas nacionales y de fomento de las exportaciones. En ese sentido lo están utilizando nuestros competidores (franceses, portugueses, italianos...) Lo que ocurre ahora mismo es que es tal el nivel de defraudación que el Gobierno ni siquiera se lo plantea, porque sabe que no van a recaudar lo que sería lógico. Hay que esperar a que se ponga en marcha el plan de pagos a proveedores. Si las administraciones liquidan sus deudas puede calmarse el ambiente y llegar a una etapa más normal en cuanto a ingresos tributarios.

- ¿Podemos albergar la esperanza de que cuando se reactive la economía bajen los impuestos?

- La economía podría sanearse a finales de este año, principios del que viene. Entonces habrá pasado lo peor de la contracción crediticia. El tema fiscal va más lento, hemos empezado tardísimo. Los datos del año pasado dicen que el déficit público es del 8,51%, pero yo creo que ha estado en más. Cuando ayuntamientos y autonomías manden el listado de las cuentas que deben a sus proveedores nos podemos encontrar con más de los 35.000 millones que habría previsto Hacienda. Lo que supere la cantidad que de una u otra forma las administraciones públicas habían reconocido como deuda sí será déficit que habrá que imputar a 2010 o 2011. No me extrañaría que el año pasado el déficit fuera de 5.000-10.000 millones más de lo reconocido, con lo cual estaríamos en el 9,5%. De esta manera, no se habría reducido el déficit desde que Zapatero hizo las reformas a mediados de 2010. ¿Y se podrían empezar a reducir impuestos? Hay un impuesto que habría que eliminar rápidamente, que es el de Patrimonio, que es una locura por las distorsiones que introduce en la economía. El resto creo que vamos a tener que esperar.

- ¿Es posible el crecimiento con una política de reducción del gasto?

- Claro que lo es, pero el efecto inmediato de una reducción del gasto es de una reducción del PIB. Por lo tanto, si este año nos vamos al 5,3% desde una cifra que ni siquiera es del 8,5%, sino más, según lo que vamos sabiendo, eso va a tener un efecto contractivo. Pero si eso significa que las cuentas públicas se sanean y a partir de ahora hay mecanismos para impedir que se vuelvan a endeudar ilegalmente, eso significa más crecimiento para el futuro.

- ¿Qué le parece el proyecto de Eurovegas?

- Lo que yo entiendo es que no es una inversión tan importante como parece, sino que es una inversión sobre un número de unidades muy limitados. Luego, en la medida en que gane dinero, con ese dinero puede construir esa ciudad del juego. Sólo si hay beneficios habrá nuevas inversiones. Quizás no sea un proyecto tan importante como parece, sino uno menor que quiere negociar las mejores condiciones impositivas, por ejemplo en el tema del juego, que es una competencia de las autonomías. Si consigue que le bajen los impuestos, lo habrá conseguido para él y para los demás. Yo no soy un defensor del juego. Una de las características de la tributación de España menos atractiva es que el Estado se financie sobre la base el juego. No me gusta, aunque sea histórico y aunque evite de hecho en la práctica las mafias. No me parece la mejor de las políticas potenciar el juego

- El consejero de Economía de Cataluña ha afirmado que el 43% de los impuestos recaudados en Cataluña se gastan fuera, ¿es cierto?

- Es absolutamente imposible. Curiosamente, cuando los nacionalistas catalanes fueron los primeros que empezaron a hablar de balanzas fiscales, pusieron un enorme énfasis en hablar de este tema y explicar por qué y cómo Cataluña financia al resto de España. Si usted se fija, esos estudios han desaparecido. La reivindicación de una independencia fiscal como la del País Vasco es más fuerte. No se está utilizando ningún tipo de análisis. No estoy tan convencido de que, si se ponen todos los ingresos y gastos en la balanza, la financiación de Cataluña al resto de España sea del tamaño que se nos quiere hacer creer. Quizás pueda ser de un 3-4% de los ingresos tributarios. En Madrid debe ser aproximadamente el doble. Entre las dos se financia a las autonomías con menor nivel de renta, como Andalucía y Extremadura. Ése es el juego básico, pero la cifra no es ésa del 43%, es mucho menor. Me llama la atención que no se esté incidiendo en el análisis de las balanzas fiscales que era la base de la queja de los nacionalistas catalanes.

Lo cierto es que la deuda de las autonomías, o las apoya el estado español o no hay manera de mantenerlo. Hay una falacia respecto a cuál es el déficit de las autonomías. Se insiste en que el año pasado fue del 3,1-3,2%. Ése cálculo está mal hecho. Pero si vamos a sus presupuestos, el exceso de gasto de la autonomía catalana en relación con lo que ingresó estará en el entorno del 25%. En el resto de España, el déficit de las autonomías estará en el orden del 18%. Por no hablar de La Mancha, con un 7% a nivel de PIB, probablemente estamos hablando de un 30% sobre lo presupuestado. Deberíamos modificar el lenguaje y tener en cuenta que el déficit hay que calcularlo sobre los ingresos y gastos, no sobre el PIB. Y hay que pedir responsabilidades sobre esos presupuestos que han aprobado en sus parlamentos con todas las bendiciones.

- ¿Cuánto cree que podría incrementarse la factura de la luz? ¿Qué estrategia energética sería recomendable?

- Es uno de los temas más complicados a los que se enfrenta el Gobierno. Uno de los peores ministros que ha tenido España en su historia ha sido Miguel Sebastian como ministro de Industria. Creo que no hay una apoyatura legal, pero es de las personas que deberían ser juzgadas por los tribunales, por el tipo de problemas que ha creado a toda la economía española y que son permanentes y difíciles de resolver.

En España tenemos que aceptar que el 25% de la producción eléctrica se hace sobre la base de energías renovables muy subvencionadas o extraordinariamente subvencionada. Los 7.000 millones de déficit de tarifa salen de ahí. Somos uno de los países más verdes de Europa, pero no estamos pagando el precio. Estamos pagando la energía a precios estratosféricos. Se están beneficiando las personas que en su momento decidieron invertir en los parques eólicos o los centros de producción de energía solar, porque lo sabían o tenían influencia en un momento determinado con las autonomías, que eran quienes hacían los concursos. Casi todas estas empresas inicialmente se formaron con un capital mínimo, en torno a un 5-10%. El resto, un 90%, era crédito bancario que se daba sin ningún tipo de cautela por parte del sistema financiero porque estaba el compromiso del BOE de que durante un período larguísimo iban a mantenerse unas tarifas mínimas. Desde ese punto de vista, no estamos pagando el coste de la energía y va a tener que subir la luz. Este Gobierno hizo la trampa de congelar la tarifa y el Tribunal Supremo le ha dado la razón a las compañías. El porcentaje de la subida, no lo sé.

En segundo lugar, la estrategia energética. Hay costes que se podrían reducir. No es lógico que entren la hidroeléctrica y la nuclear, cuyas inversiones están completamente amortizadas, en el cálculo del coste de la energía. Estamos hablando de un 30 o 40% de la producción. Revisaría todo el procedimiento de reasignación de derechos a las renovables. Revisaría detalladamente si se han respetado los procedimientos a la hora de repartir los parques eólicos y solares. Ahí existen posibilidades de renegociar esas tarifas que se están negociando. Y luego hay una sentencia del Tribunal Supremo en el sentido de que una rebaja de tarifas excesivas (como el caso de las subvenciones) podía no ir en contra de la ley en la medida en que fuera excesiva respecto a los precios de este tipo de energía. Es la única escapatoria que se me ocurre. Finalmente, yo paralizaría todo tipo de inversión en renovables fotovoltaica o termosolar. Se puede negociar en el caso de la eólica. Probablemente ahí hay una negociación. Los molinos de viento que anteriormente tenían una capacidad de producción de 1 megavatio, ahora es de 3 megavatios y en el mar es de 7 megavatios. Se podría hacer una compensación con aquellos que tengan esos parques eólicos, con aquellos que tengan la capacidad de instalar molinos mayores. No se me ocurre otra salida.

- ¿Considera factible que el Gobierno alcance el 3% de déficit en 2013? ¿Y el 5,3% este año? ¿Cómo reducirá los 5.000 millones?

- No soy capaz de contestar a casi ninguna de estas preguntas. El 5,8% ya me parece muy difícil. Aunque la reducción nominal es de 30.000 millones, el pago de intereses va a crecer en unos 4.000 millones, pues el recorte en los otros gastos corrientes y de inversión, no será de 30.000 sino de 4.000 millones más. En segundo lugar, el paso del 5,8% al 3% el Gobierno no lo ha explicado. Ha habido manifestaciones confusas y contradictorias sobre este tema. Rajoy sí dijo en la última sesión de control que esta reducción del 5,8% al 5,3% afectará al crecimiento. Claro que afectará al crecimiento. Vamos a tener que esperar a que el Gobierno presente los PGE. Encajar todo esto en apenas siete meses va a ser muy complicado, porque los PGE van a entrar en vigor en mayo.

Respecto al 3% para el año que viene: si este año tenemos una caída de la actividad de entorno al 2% y llegamos al final del ciclo y el año que viene crecemos aunque sea el 0,5-1% más una inflación del 2%, eso significa que va a aumentar la recaudación tributaria directamente en 30.000 millones. Una vez alcanzado el suelo del ciclo, una vez hecho el esfuerzo más difícil, que es el de este año, pasar del 5,3% al 3%, pues me parece más sencillo que el llegar al 5,3%.

Lo más difícil de la crisis van a ser los próximos seis meses. De aquí a final de año, principio del año que viene. Dependerá de los sectores, pero va a ser lo más difícil. El sistema financiero sigue en una contracción del crédito durísima. Los impuestos autonómicos y estatales todavía no han subido lo que van a subir. Eso va a hacer que la contracción sea mayor, va a haber tipos de intereses más altos, menos crédito, menos empleo, menos ingresos en la Seguridad Social. Es un momento muy complicado. De aquí a final de año, son los momentos más complicados del ciclo recesivo que empieza en 2008.

- ¿Cuáles prevé que serán las líneas maestras de los PGE?

- El Gobierno ha intentado preservar que la caída del PIB no fuera tan fuerte reduciendo hasta el 5,3% desde el 4,4%. Yo creo que la prioridad absoluta es alcanzar el 5,3%. Si no, tendremos todo tipo de problemas. En estos momentos, esos problemas no se notan, parece como si no pasara nada. Lo que ocurre es que estamos adormecidos por los créditos extraordinarios del BCE a los bancos españoles, que les va a permitir no acudir al mercado a buscar los créditos que les vencen. Si ahora tuvieran que ir al mercado tendrían que pagar probablemente un 7-8-9% y a lo mejor no habría crédito. Eso está siendo sustituido por el BCE con un crédito del 1% a tres años. Eso sirve para que el déficit público de este año se pueda financiar sin ninguna dificultad por el sistema financiero. Eso nos protege y nos adormece. Pero es una decisión que toma el BCE y la UE para favorecer a Italia y España, sobre la base de que somos capaces en dos años de hacer los deberes y bajar el déficit al 3%. Es la prioridad más absoluta. Si no, estamos perdidos: nosotros, la UE y, por supuesto, el euro.

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