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Pablo Molina

Socialicemos la amnistía

Los contribuyentes de a pie nunca vamos a tener la más mínima amnistía, porque hasta los indultos para los defraudadores los acaparan también los políticos. O socializamos las indulgencias fiscales, aunque sea un poquito, o yo así no juego.

El Gobierno ha decidido decretar una "amnistía fiscal" para todos aquellos que decidan traer de nuevo a España el capital que llevaron a otros países más respetuosos con la propiedad privada, de forma que sólo tendrán que liquidar un impuesto único del 10%, lo que supone menos de la mitad de lo que habrían pagado de haber dejado su dinero en la patria. Además quedarán exentos de las sanciones a que estarían expuestos por esa absurda regulación que impide llevar tu dinero al lugar que libremente escojas, para hacer todavía más atractivo este Pack Montoro.

Es una medida que suena bien en términos recaudatorios, porque permitirá al gobierno ingresar un dinero extra sin perjudicar el consumo o la inversión productiva nacional, dado que el capital objeto de la exacción no opera actualmente en nuestras fronteras. Ahora bien, mucho tendrá que esforzarse el ministro Montoro en la rueda de prensa de carácter técnico del martes próximo para convencernos de que no se trata de una decisión "impresentable", "injusta" y "antisocial", por utilizar tres de los adjetivos con que la secretaria general del PP se refirió en 2010 al intento del entonces gobierno socialista de hacer eso mismo que ahora ha aprobado el PP.

En aquellos momentos del PP en la oposición, cuando se avizoraba una derrota sin precedentes del zapaterismo, la euforia llevó a De Cospedal a calificar ese intento frustrado del gobierno socialista de dispensar a los evasores como "antisocial", sea eso lo que quiera que signifique. Además añadió que "no es de recibo que a los que pagan se les suban los impuestos y a los que defraudan se les perdone", subrayando que la medida fantasma de los socialistas era "tal barbaridad" que su partido no tenía más remedio que estar en contra.

Yo también lo estoy, con la diferencia de que aquel proyecto zapateril quedó en nada y lo que ahora hace el Gobierno del partido de Doña María Dolores ya va camino de la imprenta del BOE.

Probablemente esta absolución impositiva sea un peaje para retrasar la subida del IVA o la implantación del repago sanitario –lo del "copago" es una coña progre–, vaya usted a saber, pero lo que queda claro de todo este asunto es que la versatilidad de los políticos para hacer en el Gobierno lo que criticaban en la oposición no tiene un límite conocido. Y que los contribuyentes de a pie nunca vamos a tener la más mínima amnistía, porque hasta los indultos para los defraudadores los acaparan también ellos.

O socializamos las indulgencias fiscales, aunque sea un poquito, o yo así no juego.

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