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Desconfianza absoluta

No existe disyuntiva entre austeridad y crecimiento, pues, en un país tan potencialmente insolvente como el nuestro, la primera es condición sine qua non del segundo.

flagusti dijo el día 18 de Mayo de 2012 a las 22:37:

El "illuminati" Huerta Soto dixit y los discípulos más bien excasos, id por el mundo y predicad el evangelio del jefe de la aseguradora.

Qu1jote dijo el día 16 de Mayo de 2012 a las 13:10:

40 + 30 años bajo el paraguas protector de papa Estado.

La edad media de emancipación era de 24 años en los años setenta, de 27,5 años en los años ochenta, en 1994 había subido a 31,5 años y hoy ya se sitúa cerca de los 33 años.

El estudio realizado, con una encuesta amplia y representativa de más de 1.200 jóvenes entre 26 y 30 años, muestra las siguientes conclusiones:

1) El 50% sigue viviendo en el domicilio de sus padres

2) El 67% no viven en pareja o no están casados

3) El 80% no tienen hijos.

4) Al llegar a la edad de 30 años, el 57% de los jóvenes tiene ya domicilio propio, el 42% vive en pareja y el 30% tiene hijos.

No hay genes en esta población aborregada para emprender, pensar por si mismos, buscar responsabilidades, soluciones... ni tan si quiera el 15-M, esta es la marca España

Como bien dice TALAYERO, apenas hay liberales y la casta política ya ha encontrado otro papa en quien refugiarse, Europa, para que nos saque las castañas del fuego.


Retablo dijo el día 13 de Mayo de 2012 a las 15:00:

Lo que no puede ser es que el BCE, que no es privado y actúa (suponemos) buscando el bien mayor de todos, inyecte dinero a entidades bancarias, que son privadas, y buscan sólo su beneficio.

Lo lógico es que el BCE inyectase dinero en ICOs nacionales, y ya serían éstos quienes lo distribuyeran en apoyo a las iniciativas empresariaes.

Por otra parte, son ésas iniciativas las que pueden volver a poner en marcha la economía, nunca la iniciativa pública. La riqueza es creada siempre por el sector privado -punto.

¿Es que el sector público no es un impulsor de riqueza? Sí, desde luego. Indirectamente, por proveer las infraestructuras. Y más directamente porque el gasto de construir esas infraestructuras es dinero que se trasvasa al sector privado.

Sin embargo, en las condiciones actuales, hay que olvidarse de todo nuevo gasto por parte del sector público, puesto que el problema son las facturas impagadas. En este momento, la contribución que puede hacer el sector público a la creación de riqueza no es por inversión, sino pagando todo lo que debe. De ese modo, igualmente se trasvasan los fondos al sectro privado, pero a aquellos que en toda justicia lo merecen, y sin crear mayores agujeros. Es el momento de saldar todas las deudas. Y con eso podría bastar -la gente ya sabe qué hacer, no necesita al estado para eso, lo único que necesita es que el estado les pague lo que les debe.

loboe dijo el día 13 de Mayo de 2012 a las 13:43:

@SuzukiVX

Absolutamente de acuerdo en que además de disminuir drásticamente el tamaño de las administraciones públicas -de ahí mi "amen" al Sr. Rallo-, sea preciso erradicar del subconsciente colectivo la idea de que el Estado es ese proveedor omniscente de todas las necesidades de los ciudadanos. Le aseguro que al respecto, no tiene que contarme nada, porque he oído y leído demasiadas veces ese argumento "nos tendrán que dar algo", ya sea de los pescadores en paro; de los cultivadores de tabaco, de los enfermos crónicos o de los transportistas ante las subidas de los carburantes, sin olvidarnos por supuesto de la idea de que es también el Estado el que tiene que dar trabajo a los pobrecitos parados -en Andalucía sabemos mucho de eso-.

Respecto al orden de importancia, entre tamaño de la Administración y mentalidad de los gestores, está claro que si tanto el presupuesto como el ámbito de actuación son más reducidos, existirán menos opciones para meter la mano en el carrito del helado. Pero independientmente del orden de prioridad que quiera asignarle, sigue pareciéndome de capital importancia la necesidad de cambiar la mentalidad colectiva respecto a qué es un cargo público.

Salu2.

HispAmr dijo el día 13 de Mayo de 2012 a las 12:46:

Es difícil creer que en el Gobierno, no sepan qué es lo que conviene hacer para no ir a la quiebra; como cualquier empresa estatal o privada. Si saben lo que hay que hacer y no lo hacen (aún teniendo la excusa de que obedecen a otro de más arriba, la Unión Europea), es porque asumieron el papel de presidentes como el de quien se saca la lotería con el premio mayor y no con el espíritu democrático (republicano o monárquico) de que es una carga parecida a la que tiene cualquier jefe de familia numerosa. Por eso, debiera haber algún castigo para quien se mete voluntaria y alegremente, en lo que no debe ni es capaz de afrontar. Zapatero nunca podría andar suelto.

SuzukiVX dijo el día 13 de Mayo de 2012 a las 11:06:

Sin que quepa la más mínima disensión con el artículo de Juan Ramón, quiero comentar lo escrito por loboe:

La regeneración a la que haces referencia es mucho menos importante que la reprogramación de las mentes de los borregos que han delegado su responsabilidad en el estado. La masa que espera que sea el estado el que le resuelva sus problemas.

La masa ha adoptado en su lenguaje habitual una forma de expresarse totalitaria en la que las recetas siempre son relativas a "lo que el estado tiene que hacer" para que tal o cual cosa se arregle. Recetas que, invariablemente, pasan por permitir que el estado decida e imponga a todos lo que el claropensador de turno tenga por ocurrencia.

Son múltiples las falacias que nos mantienen en esta situación. Y una de las más dañinas es la relativa a pensar que el liberalismo sólo beneficia a los mejor dotados. La creencia de que los intercambios libres favorecen al fuerte y perjudican al débil.

Los débiles son utilizados como excusa por los totalitarios para justificar la limitación de las libertades, en presunta defensa de los primeros, para al final terminar imponiendo una tiranía que además, pretenden, es incontestable pues resultaría de un principio moral superior: el bien del débil.

La clase política en estas democracias de ciudadanos aborregados tiene un cheque en blanco para hacer y deshacer. Que con o sin escrúpulos terminen creyéndose un cierto rol mesiánico que les legitima para robar en nombre del estado no es ninguna sorpresa. Y que individuos sin escrúpulos utilicen esa oportunidad para robar para sí mismos es, simplemente, una secuencia lógica.

Así nos luce el pelo.

Habría que hacer de la praxiología una disciplina en todos los colegios.

newbary dijo el día 12 de Mayo de 2012 a las 19:27:


Es difícil explicarlo mejor, pero creo que Bruselas y no digamos los "mercados" desconfían de la recuperación de la economía española porque están viendo que Rajoy se niega a eliminar parte del sector público, y sobre todo no creen que Rajoy vaya a desmontar las autonomías y los tropecientosmil ayuntamientos que son heridas por donde nos estamos desangrando.

TALAYERO dijo el día 12 de Mayo de 2012 a las 13:49:

Su receta parece correcta, pero no olvidemos que en España no hay ningún partido liberal, ni apenas liberales, pero bueno... tenemos lo que tenemos, y aunque el ritmo y a veces la dirección de las reformas que se están haciendo no nos parezcan suficientes, pensemos por un momento en la alternativa (PSOE o un tecnócrata impuesto por Bruselas) y démonos con un canto en los dientes.
En definitiva, el gobierno va lento... EPPUR SI MUOVE.

loboe dijo el día 12 de Mayo de 2012 a las 13:07:

¡AMEN!

Una vez más, enhorabuena y gracias. Esto último, por recordarme que la verdad es única, porque eso es precisamente lo que con mucha menos fluidez y elocuencia, vengo defendiendo en este foro.

Sin embargo, y a pesar de que su artículo se refiere al ámbito estrictamente económico, lo que por otra parte es natural y lógico debido a su deformación profesional, me gustaría echar un cuarto a Espadas, para señalar las que creo son las causas más profundas del asunto, que junto con las que señala, habría que atajar para que la curación fuese efectiva.

Me refiero a una regeneración moral y ética de la sociedad y que de una vez por todas, la función pública deje de ser considerada una prebenda con la que se supone que el beneficiario debe labrar su fortuna. Concepto este que por desgracia, llevamos escrito en nuestra genética social desde aquellas épocas en que los cargos públicos estaban en almoneda. Esta es -creo- la verdadera raíz del problema.

Salu2.